jueves, 26 de mayo de 2011

LAS REDES SOCIALES

Mis chicos me han metido en un buen lío. Lo digo en el título: en la red social facebook (me resulta complicado hasta escribirlo). He tratado de resistirme, pero al final sucumbí ante argumentos que herían mi sensibilidad. Harta de escuchar, es que la abuela de… está conectada, fulanita que tiene tu edad… Vamos, que es como si cada vez que me negaba me pusiesen años encima. Total, que accedí. Te lo instalamos directamente en la tableta con acceso directo, para que no tengas que hacer nada. Y nada tengo que hacer, porque los amigos literalmente me invaden, aparecen por doquier solicitudes de amistad sin que yo mueva ficha. Que si eres amigo de…, que si fulanito que es amigo de menganito te pregunta si quieres ser su amigo. ¡Menudo follón! Si se te ocurre –que se me ocurrió- darle a aceptar una invitación, prácticamente a vuelta de email (ya no se dice correo) aparece una interminable lista de solicitudes; que, si a su vez confirmo, se multiplican pienso que hasta el infinito. Así que aquí me tenéis, una analfabeta en las nuevas tecnologías -y en muchas más cosas, por supuesto-, tratando de coger un tren que me queda demasiado grande. Sigo investigando, no obstante, e incrementando mi número de amistades. Ya os contaré cómo me las voy arreglando, porque estoy desbordada y –sin que nadie se entere- no consigo pillar la mecánica.

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