miércoles, 30 de noviembre de 2011

"SOMOS DIFERENTES" artículo de Virginia Álvarez-Buylla publicado en EL COMERCIO


Hace 15 días en este mismo lugar publicaba un artículo de Virginia que sonaba a despedida, que era una despedida. Pues bien, desde entonces no han hecho más que preguntarme que qué le había pasado. Y , la verdad, no sabía qué decir porque estaba tan despistada como los lectores. No quise llamarla dejando pasar 15 días, esperando el miércoles, día que publica sus artículos. Y voilà, ahí está de nuevo nuestra amiga. Así que todos tranquilos, la despedida no era para nosotros.



"SOMOS DIFERENTES", por Virginia Álvarez-Buylla


Siempre he tenido la idea de que los españoles somos inteligentes, tenemos ingenio, somos rápidos para encontrar soluciones en un apuro. Desgraciadamente, cada día me cuestiono más si esa idea
mía era totalmente errónea. Leo, con foto incluida, que en Japón una carretera que había sido arrasada en una sección de 150 metros en la autopista de Gran Kanto, a causa del terremoto del 11 de marzo pasado, había sido reparada en seis días, también con foto demostratativa. Al mismo tiempo, veo un gran cartel (creo que el precio del susodicho cartel es de 2.700 euros) pagado por el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local que dice: 'Cambio de tres farolas de alumbrado público en Estepa de San Juan con presupuesto de 973.00 euros y un plazo de ejecución de tres meses'. Vamos a mes por farola.
Sinceramente, se me cae el alma a los pies. ¿Qué quiere decir esto? ¿Somos unos inútiles? ¿Somos unos ladrones? Me pregunto dónde están esos españoles ingeniosos en los que yo creía. Creo que siguen estando ahí, pero con la educación equivocada. ¡Hace tanto tiempo que sólo se premia al que hace dinero rápido y como sea, al ladrón de grandes cantidades (el pequeño ratero, a la cárcel), al tramposo, al 'trepa', a la cultura de conseguir todo con el mínimo esfuerzo!

Si en los centros escolares se deja pasar a los alumnos de curso con asignaturas suspendidas, obviamente éstas nunca las recuperarán. Si no se hace bien la recuperación de los alumnos con retraso por la causa que sea,los alumno estudiosos y los brillantes salen perjudicados. Si se hace más caso a los padres de los alumnos que a los profesores, que son los que saben de la enseñanza, mal vamos. Si se hace más caso en un centro a uno o dos padres que protestan porque se quiere cantar villancicos o celebrar la Navidad, mientras al resto de los padres no les importa o están encantados, mal vamos. Si los profesores son mal pagados, ninguneados, considerados unos vagos, quiere decir que los ciudadanos no han aprendido nada de lo que 'quema' la enseñanza y que a los profesores hay que apoyarlos y, a veces, incluso, venerarlos. (Publicado en El Comercio, 30/11/2011)

domingo, 27 de noviembre de 2011

DERECHOS NATURALES, DIVINOS Y HUMANOS, artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ, publicado en La Nueva España y en Religión Digital




El Código Canónico, el contrato matrimonial y la resolución de los problemas de los cristianos por parte de la Iglesia

Ángel Aznárez, notario gijonés, finaliza con el artículo de hoy su análisis del discurso del Papa ante el Parlamento alemán sobre los fundamentos del derecho y la política. Tras la entrega del pasado día 13, en la que se enlazaban los planteamientos de Benedicto XVI con la crítica de la actualidad europea, esta última está dedicada a explicar un asunto tan de actualidad como el del derecho canónico en relación al contrato matrimonial -sin obviar el controvertido enlace entre homosexuales- y los problemas que surgen a la hora de abordar la Iglesia algunos de los asuntos cotidianos de los cristianos

La política no es una religión, no salva a la gente. La Política es el arte para convivir, no para cambiar a la gente
Octavio Paz

Estos artículos sobre el importante discurso de Benedicto XVI en el Parlamento teutón acerca de la Política y el Derecho, pueden fatigar a lectores/as por mucho enredo de letras –el presente es el tercero y último de una trinidad-. A esos lectores/as, queridos todos, pido que, en lo posible, aguanten, pues en éste, después de unos introitos, haré lo mismo que los panaderos de antes: meter las manos en la masa (de asuntos matrimoniales), de mucha harina y levadura, para hacer la hogaza o el panecillo, o la torta ¡Dios proveerá! Antes, se intentará volar a ras de tierra, aunque se oigan los ruidos de algunos petardistas o talibanes ibéricos, también con denominación de origen.

Básica fue la siguiente frase del Papa:”El cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado”. Muy cierto: novedad genial del cristianismo es el Dios padre y misericordioso, que puso al poder (Cesar) en su sitio, pero que la Iglesia hizo, con frecuencia, nupcias con él, alumbrando o pariendo inquisiciones. Cerca de Berlín, la Reforma luterana (que nació contra la Roma papal por el tráfico de indulgencias y por la corrupción del nepotismo), dio paso a la Contra-Reforma, en la que “inquisiciones” impusieron “verdades reveladas”. El Papa añadió:” En cambio –el cristianismo- ha remitido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho”. Eso, que lo asumirían estoicos paganos como Panecio de Rodas o Cicerón de Roma, lo precisó el Papa Benedicto a continuación: “Fundadas en la razón creadora de Dios”. De manera semejante, el Cardenal Ratzinger, en la entrevista de Jaime Antúnez (libro Crónica de las Ideas), lo dejó claro: “Una constitución democrática debe cautelar, en calidad de fundamento, los valores provenientes de la fe cristiana declarándolos inviolables” (página 153 del libro).

Por esto último, pregunto: como cristiano me gustan las afirmaciones del Papa, pero ¿no es, Santo Padre, barrer en exceso para casa o causa nostra? No concibo la Política sin valores, como no concibo un Derecho sin normas. Cuestión distinta es que los valores me gusten o no, los comparta o discrepe, sean de los míos o de los prójimos (o lejanos), que igual derecho tenemos los unos y otros. Y si los “valores” (axiología) son sustanciales a lo político, también han de serlo a lo jurídico, que es derivado de lo político. Nunca se deberían confundir los valores con la “verdad”, teniendo claro que, cuando votamos en elecciones, ni votamos verdades ni escogemos entre el bien o el mal absolutos. Y ya estamos metidos en el importante tema del Derecho Natural, al que el Papa se refirió ante el parlamento alemán, recordando que en mi artículo, aquí publicado el 2 de junio de este año, El Papa sereno en la Serenísima República, pedí un texto magisterial del Pontífice; sé que eso sorprendió a muchos, pues ahí lo tienen.

Con el Derecho Natural ocurre lo que con Dios mismo (permítaseme la comparación atrabiliaria), al que unos “ven y tratan” en lo cotidiano, y otros dicen que no, que no existe. Reitero: frente al positivismo o a los hechos empíricos observables (Derecho Positivo, real y efectivo, sólo normas jerarquizadas y publicadas en boletines oficiales (Kelsen y otros), creo en un Derecho Natural, legitimador del positivo y trasunto de valores humanos previos. Esto es muy complejo, pues ese Derecho Natural, ideal, nos puede llevar al relativismo, los valores de unos pueden ser diferentes a los de otros, y también nos puede llevar a un conservadurismo reaccionario o al inmovilismo, si son tan inmutables…i

Sobre el Derecho Natural, el Papa (para entenderlo bien hay que leer el Catecismo de la Iglesia Católica, números 1950 y siguientes y tres Encíclicas, Fides et Ratio, Evangelium Vitae y Veritatis Splendor de Juan Pablo II, alguna muy rígida y alguna muy discutible), en su discurso, es valiente: “casi nos averguenza hasta la sola mención del término –el Derecho Natural-. Y es que, como tantas veces ha ocurrido y sigue ocurriendo en la Iglesia, las crisis llegan no de un normal uso, sino de los abusos (esto último puso tiesa mi pluma escritora, como una cobra hindú, por los abusos en las inmatriculaciones hipotecarias). Y con el Derecho Natural se abusó. ¡Cuánto podría escribir ahora sobre los manuales españoles y explicaciones de cátedra de los años sesenta y principios de los setenta sobre el Derecho Natural, con abuso de tradicionalismo: profesores como Corts Grau, Francisco de Asís Garrote, el dominico Todolí, Elías de Tejada, Delgado Pinto, etc. Y cuento una extravagancia: A los 17 años, estudié como libro de texto en 1º de Derecho, el Derecho Natural y Justicia Material de Hans Welzel.

Entremos ya en las harinas y levaduras prometidas: el Papa, con mucha prudencia, ni concretó ni mencionó “las cuestiones fundamentales del derecho, en las cuales está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad” –únicamente se refirió a la ecología, muy propio en Benedicto, que los franceses llaman el “Papa-ecolo”-. Acaso, el Papa pensara en las novedosas leyes sobre biomedicina, sobre la terapia génica, sobre la biopolítica (de la vida y muerte) y sobre el matrimonio unisexual. Precisamente sobre la natura y ratio en categorías matrimoniales sería interesante escribir, y sin duda, lo haremos. Aquí sólo y ahora trataremos de uno, el canónico, que, según la Iglesia, sus principios son de derecho divino positivo y natural. Una aclaración personal “por si acaso”: tengo los “papeles” sacramentales en regla por estar casado canónicamente una única vez, sin intermedios de nulidad canónica o divorcio civil, incluso tengo la “itv” pasada y repasada, gracias a Dios.

Que un divorciado no pueda recibir la Sagrada Comunión es asunto muy grave, gravísimo. No ignoro la doctrina canónica: inseparabilidad entre el contrato matrimonial (natural) y el Sacramento (entre bautizados), sacramento y consentimiento libre, que son, según la Iglesia, las verdades del matrimonio canónico, no por su voluntad, sino por exigencia de la ley divina y revelada. Recuerdo asimismo que el profesor italiano Arangio-Ruiz, en sus Instituciones de Derecho Romano, escribió:”La concepción del matrimonio como sacramento, que liga indisolublemente a los copartícipes por efecto de la voluntad trascendente que les une, se ha afirmado tarde”. Es decir, que la llegada del cristianismo a Roma, no modificó de raíz el Derecho romano, cuyo matrimonio estaba basado como el cristiano luego, en el consensus facit nupcias.

Después de lo anterior, escribo que cerrar puertas y ventanas, que decir no son de discusión otras causas de disolución del vínculo conyugal que la del actual Código canónico, sin posibilidad de admitir que el consentimiento esencial al principio, puede ser esencial al final, quizá, quizá sea un atentado contra la “Ratio” (la razón) que Benedicto XVI no deja de proclamar como esencia del cristianismo, pues la razón no ha de parar hasta resolver problemas graves, y mucha gente tiene por esto problemas graves. Una realidad, también sacramental e institución divina, es el Orden sacerdotal; pero, como no se puede ir contra la naturaleza de las cosas o violentar voluntades, el Código del Derecho Canónico (artículos 290 y siguientes), prevé que, aunque la ordenación sacerdotal nunca se anule, se “pierda” el estado clerical, con dispensa del celibato. Acaso del mismo modo que a un sacerdote no se le puede obligar a seguir siéndolo, a un cónyuge no se le puede obligar a seguir siéndolo, teniendo un derecho humano esencial: rehacer su vida, igual que los clérigos, y acceder a la Sagrada Eucaristía. Y que no se me diga que los argumentos de semejanza o analogía no valen; ya lo sé, pues en lógica sólo excepcionalmente se dan la semejanza y analogía estrictas.

Cinco consideraciones: 1ª.-Que los teólogos primero, y luego los canonistas, “sigan” trabajando, usando la “ratio” humana y cristiana, para “dar” adecuadamente con la “ratio” divina. 2º.- Que ese trabajo, los teólogos y canonistas lo hagan con fe, esperanza y caridad, que son tres virtudes y tres gracias. 3º.- Que se apunte en la buena dirección para que los tiros de lo “contra-natura” no salgan por las culatas de las nulidades matrimoniales, algunas disparatadas (¡Qué interesante es una sentencia cercana de La Corte de Casación italiana sobre su negativa a reconocer efectos civiles a una sentencia matrimonial y eclesiástica de nulidad canónica por contrariar el orden público. 4º.- Que no soy partidario de una Iglesia-débil o con dogmas coyunturales, ni considero ilimitados los derechos subjetivos, ni admito relajaciones en lo que ata (religión), pero no apoyo cerrazones. 5º.- En relación con las interpretaciones de la Revelación, la farmacéutica Roselyne (Bachelot), actual ministra francesa, contó que preguntó al cardenal Lustiger la razón del sacerdocio sólo masculino, respondiendo el purpurado judío que la base estaba en la Santa Cena (sólo hombres), replicándole la ministra que en el momento de dar sepultura a Jesús únicamente estaban mujeres: “María Magdalena y la otra María estaban allí, sentadas frente al sepulcro” (Evangelio de San Mateo). La farmacéutica Roselyne concluye: “¿Por qué cuando se trate de banquetes siempre hay hombres, pero en momentos de mucha pena y dolor las que están son mujeres”? (libro de Bachelot y Fraise Dos mujeres en el reino de los hombres, Ed. Hachette, 1999, página 273).

Concluyo con un texto de un gran teólogo, de la importante Orden de Predicadores, el dominico Yves Congar, texto que no está en sus “obras completas”, sino que es un modesto artículo, publicado en el periódico francés Le Monde el 3 de diciembre de 1972: “Uno de los rasgos mas chocantes del Evangelio es que Jesús sin cesar reintegra en la comunidad de hombres y fieles a los excluidos por su pertenencia a categorías discriminadas del resto: a los publicanos, recaudadores de impuestos por cuenta del ocupante; a la mujer adultera, Magdalena, que iba a ser dilapidada; a los samaritanos, de mezcla de razas, por ello excluidos de la sociedad judía; a los leprosos, excluidos por impuros del culto público “. Eso sí que son la natura et la ratio “natura et ratio” de los cristianos; las genuinas y auténticas.

P. S. Aviso que el siguiente artículo, nada que ver con éste, se titulará: «Las viudas del prócer (Jovellanos) con mantilla, peineta y castañuelas».






PERFIL DE ÁLVARO DOMÍNGUEZ-GIL, FARMACÉUTICO, MAGO, INVESTIGADOR: UN PROFESIONAL DIFERENTE, por EVA MONTES

Detrás del boticario
Es mucho más que un farmacéutico, es un espíritu libre avezado a ganar
Ayer mismo recibió su último reconocimiento público. Posiblemente, el más difícil de recibir. El de sus iguales. El del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, que aprovechó la celebración de la festividad de su patrona para hacerle entrega del Premio Jesús Maldonado. Con ello ha querido poner en valor su trayectoria. La científica y la divulgativa, mucho más que su labor profesional. En realidad, toda su vida, porque si algo ha hecho en sus 66 años Álvaro Domínguez-Gil Hurlé es romper esquemas. Y más laborales que personales. De ahí que no sea un farmacéutico al uso. No se quedó en elaborar, avalar o despachar fármacos. Aprendió, innovó y trasladó a Gijón un modelo de farmacia asistencial que busca seguir la evolución del paciente, enseñar a tomar los medicamentos que dispensa y mostrar al médico, mediante informe, sus avances o retrocesos.
Y a pesar de sus aportaciones, de sus conferencias, de sus ingenios, de sus clases y de sus investigaciones, Álvaro Domínguez-Gil esconde detrás del boticario un espíritu imprevisible. En cierto modo indomable. Desde el mismo momento en que aquel mal estudiante anterior a cuarto de Bachillerato fue capaz de inventar un sistema de copiado que incluía la entrega de las respuestas en un sobre que le era entregado en mitad del examen de parte del director. Solo tenía que abrirlo.
Era un travieso adolescente que siempre supo sacarle a la vida lo que en cada momento puso a su alcance. Y no siempre fueron bondades. Tenía 15 años cuando una enfermedad le dejó tres meses en cama. Y acababa de terminar el Bachillerato cuando hubo de guardar reposo un año más. No importaba. Su primera estancia en horizontal le convirtió en mago y la segunda, en perito industrial. El peritaje lo olvidó enseguida para seguir los pasos familiares en la Facultad de Farmacia de Santiago de Compostela y plantar los cimientos de su vida, pero la magia nunca más se separó de él. La lleva, consigo adonde quiera que va. Como distracción. Como herramienta. Como elemento desinhibidor. Y la desplegó en el escenario, en Villabona, en Proyecto Hombre, en el Ejército, en su casa y como método terapéutico.
Porque, por encima de todo, Álvaro Domínguez-Gil está acostumbrado a ganar. A las adversidades y al compañero. A la ignorancia y al propio triunfador. Compite con todo. Incluso contra sí mismo. Por ser mejor. Por ir más lejos. Por avanzar más rápido en la comprensión, en las soluciones, en la aplicación del conocimiento. Y eso que posiblemente nada le guste más a este farmacéutico enamorado de la botica que compartir sus saberes y sus habilidades. En el aula, en el café o en la oficina. Convencido, como está, de que son muchos, originales y divertidos. De que durante toda su vida ha destacado. Con ese punto de genio que igual le encumbra que le aleja de los demás. (EL COMERCIO, 27/11/2011)

"POR EL OVIEDO DE DOLORES MEDIO", de la mano de CARMEN RUÍZ TILVE, AURORA GARCÍA RIVAS, CHELO VEIGA, INMACULADA GONZÁLEZ, MARINE MIKAYELYAN...




La información que sigue ha sido publicada en LA NUEVA ESPAÑA por Ángel Fidalgo.
Por el Oviedo de Dolores Medio, es su título. Yo quise añadir en el blog el nombre de unas cuantas mujeres que siguen su estela, como dice en el texto Aurora García Rivas, No sólo por el interés que siempre despertó la escritora, sino por el ejemplo que dió como mujer luchadora.


Sesenta integrantes de clubes de lectura de la ciudad y Cantabria descubren los escenarios de «Nosotros, los Rivero»

Ángel FIDALGO.- La cronista oficial de la ciudad, Carmen Ruiz-Tilve, evocó ayer a la escritora Dolores Medio en un recorrido por la ciudad que retrata en su novela «Nosotros, los Rivero». Lo hizo ante un grupo de sesenta personas, pertenecientes a clubes de lectura de Oviedo y de Cantabria, que recorrieron las calles vinculadas a Dolores Medio y a su obra. Lena, la protagonista de «Nosotros, los Rivero», llega a la estación del Norte. El inicio del recorrido obra literario estaba claro, y desde allí partieron los lectores, que recorrieron la calle Uría para encontrarse con la cronista de Oviedo en el Edificio Histórico de la Universidad. El encuentro fue una sorpresa que celebraron los asistentes. Ruiz-Tilve relató que delante de la puerta principal de la Universidad se encontraba La bodega de España, que regentaba el padre de Dolores Medio, y que en las cadenas que marcaban el fuero de la Universidad se columpiaba Lena. Además, precisó la cronista, frente a la salida lateral del edificio, en la calle Ramón y Cajal, nació la escritora. Tras visitar la Catedral caminaron por la calle San José, que también está presente en la obra de la escritora, para llegar a la plaza del Paraguas, donde alumnos del Conservatorio les ofrecieron un pequeño concierto de música de cámara. Después recorrieron la calle Cimadevilla hasta la Puerta Nueva, y terminaron en el mercado del Fontán, otro lugar que describe Dolores Medio en sus novelas. Todo el recorrido estuvo tutelado por la bibliotecaria Chelo Veiga, que tuvo ocasión de demostrar todos sus conocimientos sobre la historia de la ciudad de Oviedo. La concejala de Educación, Inmaculada González, que acudió al recorrido, apostó por continuar realizando estos intercambios literarios, en los que destacó la labor de difusión de la lectura de los bibliotecarios de la red municipal. Dos escritoras participaron en este encuentro. La armenia afincada en Oviedo Marine Mikayelyan quiso descubrir ayer el mundo de Dolores Medio, «tan carbayón como mi marido, y ahora no podré hacer otra cosa que leer la obra de esta escritora». Aurora García Rivas, que escribe además de en castellano en gallego-asturiano, no dudó en sumarse al recorrido literario, no sólo por el interés que siempre le despertó la escritora, sino por el ejemplo que dio como mujer luchadora. Ruiz-Tilve aprovechó el acontecimiento para recordar que el 16 de diciembre se cumple el centenario del nacimiento de Dolores Medio, «la mejor fecha para hacerle un merecido reconocimiento». (LA NUEVA ESPAÑA, 27/1172011)

viernes, 25 de noviembre de 2011

EN EL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO








61 MUJERES ASESINADAS POR SUS MARIDOS EN NUESTRO PAÍS EN LO QUE VA DE AÑO







Una imagen es dura. La otra para algunas personas será irreverente. Pero en la realidad confluyen las dos cosas. Además, estoy segura que la frase - la irreverente- , que se pronuncia con total normalidad siempre que se quiere descalificar por cualquier motivo, ha sido acuñada por un hombre, aunque -éste- sustituya la "o" de género por una "a", de lo mismo. No me gusta, y no por cuestión de recatamiento, sino porque hace alusión a los hijos de una mujer que merece todos mis respetos. Y no sigo, sólo pretendo sumarme a esta jornada en la que se reivindica el derecho a la dignidad de la mujer, sea cual sea su condición.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

"EL RASTRO Y SUS COSAS", artículo de JOSÉ MARCELINO GARCÍA




DOMINGOS POR EL RASTRO




Mañana de otoño. El Piles tranquilo y en remanso de oro. Por las dos riberas, ánades, garcetas y garruchinos. Algo llueve, menudo, que da paz. Hombres y mujeres cruzan los puentes hacia el Rastro, cubierto (hoy más) con sus doseletes. Van hacia esa feria que aquí finca su mercado y que siempre tiene algo de montes, de rudo, de verso antiguo. algo de desenterrado. Es una heredad liberal para pobres y ricos, donde las palabras del trato se juntan con el murmullo de las olas de la San Lorenzo, y en donde unos distinguen el realismo insepulto que aquí hay, buscando gangas, y otros nada ven, nada encuentran, malterciando la mañana. Se arremolina la gente en círculos por los puestos que venden cadenas, anillos, colgantes. Van hacia los yerberos para comprar tisanas, a las zabarceras para mercar harina maíza o berzas, castañas o peras de cocer. Ángel, el gitano patriarca, destechado su puesto como siempre, vende madreñas herradas, cuernas de venado, candiles, dogales de cáñamo, monturas y jaeces para jacos, hoces afiladas y aperos para la siega y la labranza. Hay tratos y trasiego de dinero en la compra de gallos pintos y moceros para Nochebuena. Y buenos colores de moda en los vestidos colgados al aire: «Todo barato, barato, baratooo». Al pie del chiringuito de Dioni, los gitanos echan del cuerpo el mal dormir, la pereza chupona, fuman y sacan el humo al estilo ceutí, y ponen alegre su corazón de baile con cafeses, copitas y churrascos con cebolla pochada.





Rastro, patio de venta humanista, picaresco, popular, con vaho de fierros, maderas, libros y papeles amontonados de los clásicos autores. Farándulas de venteros con la color del tabaco y canas de viejo. Trajinantes que tienden, sin licencia, sus cobertores por el suelo, atentos a los 'mengues'. Barateros de El Bierzo y de León vendiendo género castellano: membrillos, sedas de cultos antiguos, ostensorios, sartas de guindillas y ajos morados como el manto del Nazareno. Así asoma el Rastro de Gijón cada domingo. Todo él por los suelos. Todo oportunamente embrollado según el protocolo. Así, gentil, berberisco, aldeano, a la gijonesa usanza. Que nadie, ¡nadie!, ose tocarlo.





(Publicado en El Comercio, 23/11/2011)

lunes, 21 de noviembre de 2011

"EL DEBER DE LOS POLÍTICOS, SEGÚN EL PAPA", artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA por el notario ÁNGEL AZNÁREZ



EL DISCURSO DEL PAPA (2ª PARTE)




Por su opción a favor del primado de la razón, el cristianismo permanece, aún hoy, siendo racionalidad.


Cardenal Ratzinger


(Conferencia en la Sorbona el 27-11- 1999)




Tres cuestiones previas respecto al discurso papal a los parlamentarios alemanes sobre los fundamentos de la Política y el Derecho: 1ª.- El Papa fue cuidadoso en extremo para evitar indebidas interpretaciones, que fue lo que sucedió con su discurso en la Universidad de Ratisbona, que tanta pena le causó y que con tanto esmero preparó. 2ª.- Benedicto XVI es un Papa-teólogo, no un Papa-jurista, sintiéndole más seguro y a gusto al tratar lo teológico que al rozar o bordear lo jurídico. 3ª.- El pensamiento del Papa es fruto de un proceso prolongado, manifestado en conferencias, diálogos, libros y entrevistas desde hace décadas y, por supuesto, en sus documentos pontificios. Lo principal del discurso, una lección de ética política y jurídica, viene de años atrás, tal como demostraremos.



Comenzaron sus reflexiones con relato del bíblico Libro de los Reyes (Jerusalen), si bien pudo también haberlo iniciado con la tragedia Antígona de Sófocles, siendo el conflicto entre Creón y Antígona clave para entender la política democrática (Atenas). Citó luego a San Agustín (Roma). El Papa Ratzinger -esto es importante- “tiene en San Agustín el punto de partida, esencial para comprender la prospectiva del jóven Ratzinger en referencia a la conexión entre teología y politica” (cita del libro de Giacomo Coccolini A la búsqueda de un ethos politico, Ed. Il Pozzo, 2011, página 67). La frase agustiniana, pronunciada en sede parlamentaria, fue la siguiente: “Quita el derecho y, entonces, ¿qué distinguen el Estado de una gran banda de bandidos”? Y escriba yo ahora que la política es la que hace el derecho en forma de leyes aprobadas por los parlamentos; que el derecho es a la vez acto de poder y límite del poder; que política y derecho, como casi todo lo humano, son duales: a un lado, el bien, la razón y la luz, y, al otro lado, la fuerza, la astucia, los intereses, incluso lo sombrío y tenebroso.



Muy acertadas las siguientes palabras del Papa:” Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político”. Y muy acertada la referencia previa a los bandidos. “Bandidos”, que permitió recordar al perverso régimen de Hitler –simbólicamente, en el mismo Reichstag, el Papa recibió a representantes de la comunidad judía de Alemania-. También permitió recordar a otros bandidos, más contemporáneos; pues “banda de bandidos” son los dictadores de los países árabes, al otro lado del Mediterráneo, unos ya caídos y otros en trance de caída por la llamada “primavera árabe” –en la lista del bandidaje está el Presidente Ahmadineyad de Irán ¡Qué bruto, qué criminal y qué destino le espera en cosa de horas!-.



Cuestión diferente y preocupante es lo que está ocurriendo en este lado del Mediterráneo, en la Europa democrática, sumida en crisis y desastres, que pudiéramos denominar “el otoño europeo”: “Primavera árabe” y “otoño europeo”. Gran responsabilidad la de los dirigentes europeos, de los que permanecen y de los ya expulsados del Edén del poder; por cierto, no por decisión popular sino de los prestamistas o acreedores, llamados “mercados” ¡Qué interesante es esto! Unos dirigentes europeos heterogéneos: algunos listos y alguno muy tonto, algunos serios y alguno, un desquiciado tarambana. Es asombroso comprobar que los países europeos, en peor situación, son, a la vez, los de mayor corrupción política (a más corrupción, más endeudamiento). Y el mejor de los sistemas políticos, el de la democracia parlamentaria, está “hecha unos zorros”.



Los políticos reciben su merecido: ser sustituidos por tecnócratas, una nueva “tecno-estructura”, regresando así a los años sesenta del pasado siglo. Hay más retrocesos: la grave crisis del parlamentarismo, base del sistema democrático, que tuvo de enemigos a todos los “ismos “del siglo pasado: al fascismo, al nazismo y al comunismo. Muy apropiada, pues, la estancia de Benedicto en el Parlamento. Carl Schmitt, al que nos referimos en el artículo El nacional-catolicismo de la Ley hipotecaria hoy (28 de agosto 2011), enemigo del parlamentarismo, vuelve a ser actual, pues, lo que está ocurriendo en Europa, pudiera darle, tristemente, la razón. La idea del jurista alemán del Parlamento como lugar de paralís o de parálisis, incapaz de decidir y en permanente bla-bla-bla, es de lo más claro de su laberíntico pensamiento, que fue muy seguido por la extrema derecha (pensadores del franquismo en los años cuarenta como F. J. Conde) y por la extrema izquierda de los años setenta (asunto explicado por Jan.Werner Müller en su libro Carl Schmitt, a dangerous mind, página 240 y siguientes).



Un Schmitt muy vinculado a España (cuento como anécdota que en los primeros años setenta del pasado siglo, se le podía ver paseando por las rúas de Santiago de Compostela, en la que vivía su única hija, Ánima, esposa del profesor Otero Varela, catedrático de Historia del Derecho en la Universidad compostelana). Un alemán Schmitt muy diferente al jurista austríaco Kelsen, que Benedicto XVI cita en su discurso o lección, no pudiendo, lógicamente, citar en el Parlamento alemán a Schmitt, al ser éste considerado por muchos de antisemita y de haber sido el jurista de cabecera (Kronjurist) del III Reich (de esto último sigo con dudas).



El Papa, por natural cortesía, no se refirió a la crisis del parlamentarismo ni a la corrupción política, de la que Alemania no se libra. Habrá que recordar que el demócrata-cristiano Köhl, a finales de los años noventa hundió su prestigio al reconocer que campañas electorales de su partido político (CDU) fueron financiadas con fondos secretos llegados de Suiza, y que, más reciente, el presidente del Partido Liberal alemán, Guido Westerwelle, haya sido acusado de patrocinar una rebaja del IVA en el sector de la restauración (lo consiguió), después de haber recibido un millón de euros de regalo de la cadena hotelera Mövenpick.



A propósito de las grandes cuestiones humanas, de antropología o de valores fundamentales, que puede convertirse en derecho vigente, planteó Benedicto XVI una cuestión esencial: “Es evidente –leyó- que en las cuestiones fundamentales del derecho, en las cuales está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad, el principio de la mayoría no basta”. En esta cuestión muy jurídica, el Papa no nos dio solución ni nos resolvió el problema, pues si la mayoría, incluso reforzada, no basta, sólo queda la unanimidad, que, además de imposible, es jurídicamente nula si se exigiese (el jurista austríaco Kelsen citado por el Papa analiza esto con precisión). Los acuerdos de las personas jurídicas, eclesiástica o civiles (un parlamento, por ejemplo), sólo pueden legalmente adoptar sus acuerdos por mayoría, que puede ser simple (el mayor número) o especial, que, a su vez, puede ser absoluta (más de la mitad) o reforzada (más que la absoluta, por ejemplo, dos tercios o tres quintos). Es verdad asimismo, y lo traemos a colación, lo que dispone el artículo 92 de la Constitución española, tan interesante y que tan poco gusta a los del Poder Ejecutivo:” Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Analizar en profundidad el tema de las mayorías y minorías exigiría partir del Derecho romano, con tanto miedo a las personas jurídicas y a la representación en general, pasar al Derecho canónico y terminar en la “ficción” de la representación política en Kelsen.



Por un básico principio de organización y funcionamiento, se excluyen las unanimidades, que son derechos de veto. La misma Iglesia Católica, para elegir al sucesor de Pedro en cónclave, establece la mayoría de dos tercios de los cardenales electores, excluidos los modos de elección per acclamationem y per compromissum (léase la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II). Téngase en cuenta, además, que los electores de un Papa lo son por designación de uno solo, el Papa, lo cual ha de favorecer uniformidades y acuerdos, siendo mucho más fácil el acuerdo entre designados (cardenales) que entre elegidos por muchos en votación popular. Cierto que no hay analogía entre una ley civil sobre valores esenciales y la elección del sucesor de Pedro, pero las mayorías son conformes a la razón y a la naturaleza de las cosas jurídicas. Podríamos hacer ahora una lista, tomada del Derecho canónico, de acuerdos por mayorías (Estatutos de conferencias episcopales, reglas de Órdenes y Congregaciones, etc) Y si la mayoría no basta, si la unanimidad, real o de facto, es imposible, la pregunta es: ¿Qué hacemos, Santidad?



Quiero destacar que la referencia del Papa Benedicto a las mayorías y minorías, incluso el texto del teólogo Orígenes, es casi idéntica a la que figura en la entrevista que le hizo Jaime Antúnez Adunate, siendo Cardenal y publicada en España en forma de libro Crónica de las ideas, editado por Encuentro Ediciones en 2001 (págs. 148 a 159). Un dato ese importante, que permite deducir la autoría papal y real del discurso.



(A la pregunta del “¿Qué hacemos” y a la referencia al Derecho natural en el repetido discurso papal, con alguna reflexión práctica sobre instituciones y regulaciones de “familia”, dedicaremos la siguiente y tercera parte, procurando que ésa sea la última, aunque el autor lo sabrá cuando la escriba; eso tocará la semana que viene, si Dios quiere).


viernes, 18 de noviembre de 2011

"EL ARTE DE VIVIR EN LA POBREZA" artículo del escritor JOSÉ ANTONIO MASES publicado en el diario EL COMERCIO


Neruda y Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias y Aleixandre, García Márquez y Cela son algunos de estos privilegiados representados por la agente catalana Carmen Balcells

No quiero hablar de la oleada de estrecheces que clava sus colmillos en la carne de España, la vieja España, de otra parte, acostumbrada a rachas de carestías y desacomodos, indigencias y desamparos, como está escrito en la historia del país. No quiero añadir nada a cuanto hoy se debate, se reprocha o se disputa en este proceloso paisaje de brazos caídos, zapatos remendados, desahucios, vuelta a los pasajes con destino a Alemania y hasta rebusca de despojos en el contenedor de la esquina.
A tenor de lo que acaba de salir a la luz pública, diré algo del inveterado desvalimiento en que los escritores se mueven a su paso por la vida. Y advierto que todo cuanto voy a decir puede ser extrapolable a cualquier campo de la creación artística, pues en mente de todos nosotros está la evidencia de tantos escollos como los que siempre dificultaron la peripecia personal de pintores famosos, músicos renombrados o pintores ilustres. Pero repito que me limitaré al ámbito literario, y ello en razón de lo que estos días propagan los periódicos y que más o menos ya se sabía: el escritor no ha nacido para ser rico.
Sin duda se me recordará que hubo, hay y habrá escritores de particular estrella como para poder disponer de nutridas cuentas corrientes -como cualquier creso vulgar-, viajar por todo el mundo, hospedarse en pomposos hoteles, deslumbrar en saraos y ser, además, abrumadoramente leídos. Sin embargo, el paradigma del escritor que reúne estos requisitos responde casi siempre al que muestra avispada pericia en hacer genuflexiones ante determinadas coyunturas políticas y en asilarse solapadamente a la sombra de gente poderosa, sea de la calaña que fuere y aun a riesgo de comprometer el propio decoro.
La noticia que hoy asoma a los periódicos, y que alguno de ellos califica como el afloramiento de «una historia secreta de la literatura», apunta al contenido de las dos mil cajas en que Carmen Balcells ha venido guardando, con el tesón de una coleccionista de recuerdos y el método riguroso de una gran comerciante catalana, los millares de cartas quejumbrosas, telegramas apremiantes y resguardos acreditativos que, a lo largo de muchos años, fueron rubricando los escritores de medio mundo, siempre a cambio de que la 'superagente' literaria les admitiera un texto original que, en caso de ser aprobado, generara el anticipo crematístico con que el autor pudiera abonar unos recibos atrasados o sustituir el traje raído por uno nuevo. Como se sabe, a la sabiduría de doña Carmen -hoy octogenaria matrona de pelo cano que sigue atisbando hacia el mundo de los libros desde su silla de ruedas- no le ha sido difícil llevar a su feudo de fichas, derechos y porcentajes una legión de autores en la que se alinean numerosos premios Nobel y un sinfín de nombres cuya obra ya se ha asegurado la posteridad, todo ello a costa de menesterosas esperas, depresiones y ruinas de salud. «Hasta Carmen -escribió Vázquez Montalbán-, los escritores firmaban liquidaciones agonizantes y a veces, como premio, recibían algunos regalos en especie, por ejemplo, un jersey o un queso Stilton». Pero llegó Carmen Balcells y puso orden. No sólo en la equidad de las cláusulas contractuales, sino también en la respuesta animosa que desterraba viejos abusos editoriales, aniquilaba los compromisos vitalicios y restañaba cuitas. Considerada la agente literaria más importante del ámbito de habla hispana, Carmen Balcells ha sido capaz de custodiar bajo llave, hasta hoy en que se hacen públicos, viejos papeles plañideros que, entre otros muchos, fueron sometiendo a su reino catalán de negociadora y amiga ciertos escritores novatos que garabateaban con el estómago vacío y hoy cargan sobre los hombros el título concedido por la Academia sueca. Neruda y Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias y Aleixandre, García Márquez y Cela son algunos de estos privilegiados representados por la agente catalana, y todos ellos ahora invocados en los 2,5 kilómetros de documentos que desvelan los archivos de Balcells.
Sin embargo, tanto la intercesión de la sagaz catalana como la buena estrella de estos nombres o algunas reivindicaciones atendidas, no resuelven el viejo problema: el escritor sigue siendo un trabajador mal pagado, e incluso es posible que aún existan resabios para considerarlo un trabajador.
De muy atrás viene la sinrazón. Cuando Cervantes fue apresado en Argel, el dinero familiar no alcanzó para liberarlo, hasta que un fraile trinitario depositó la suma de 500 escudos. Galdós murió lleno de deudas, ciego y rodeado de indiferencia. José Zorrilla acabó sus días en la miseria más trágica. A pesar de sus antecedentes de nobleza, el peculio personal del inmenso Valle Inclán atravesó etapas de gran escasez: en una ocasión escribió a Rubén Darío para que intercediera en el pago de una colaboración. Miguel Hernández llegó a decir: «Me vistió la pobreza, me lamió el cuerpo el río». César Vallejo y Juan Carlos Onetti vivieron siempre en la pobreza. Gabriel Celaya, que publicó un centenar de títulos, murió en la miseria...
La idea romántica que se tiene del escritor lo condena a vivir atado a la precariedad propia y al desinterés ajeno, a pesar de gentes beneméritas como Carmen Balcells. «Oye, a ver cuándo me pasas un ejemplar de esa novela que acabas de publicar», tal es la frecuente demanda con que el amigo se acerca al escritor. Al libro, hecho con pasión pero también con tinta y papel, no se le considera sustancia material, es decir, el pan que necesita comer su autor.
(El Comercio, 21/11/2011)
Nota aclaratoria: pese a que al comienzo figura como fecha el viernes, 25 de noviembre, el artículo ha sido "colgado" el lunes 28, fecha de su publicación. Los duendecillos que pululan por la Red no me han permitido poner la fecha correcta. Mi falta de pericia... espero que no tenga demasiada importancia... lo interesante es el artículo.

"ADIÓS", es el título del artículo que VIRGINIA ÁLVAREZ BUYLLA publica en EL COMERCIO. ¿QUÉ SIGNIFICA?



Pues eso, por qué se nos despide Virginia. ¿Que razón puede haber para que no volvamos a encontrar los miércoles su artículo? ¿Otro atropello? No quiero ni pensarlo.

Recuerdo la primera vez que fui a Italia para estudiar ese hermoso lenguaje que es el italiano. Cuando me despedía de mis amigos italianos, les decía 'addio' y ellos me reñían porque decían que se esa expresión se utilizaba si te marchabas lejos y no pensabas volver a verlos. Si ibas a verlos al día siguiente, se decía 'arrivederci'. Pues bien, pensando, pensando, he encontrado algunas personas y algunas cosas a las que quiero decir 'addio' y, además, voy a decirlo con alegría y esa pasión que yo pongo en todas las cosas.
Voy a decir 'addio' a esa gente de pocas miras que te juzga sin escucharte, que te desprecia porque piensa que eres de un partido político que no es el suyo y no sabe cómo eres y lo que realmente piensas, que no sabe ver que una persona puede merecer la pena, milite donde milite, que hay que analizar su trayectoria. Ya no voy a intentar explicarme o intentar acercarme a ellos, con esa vana e idiota manía que una tiene de caer bien a todo el mundo. Ya sé que este es un mundo materialista y sin sentido: «tanto tienes, tanto vales». Ahora lo sé y no me esfuerzo para encontrar un hueco en ese mundo de oropel, en ese mundo hueco que no te aporta nada.
Digo 'arrivederci' a mi queridísima familia, mi marido, mis hijos, mis nietos, mis primos queridos, porque quiero verlos mañana y pasado mañana y hasta el fin de mis días. Digo 'arrivederci' a esos queridísimos amigos que están siempre conmigo, algunos de toda la vida, otros nuevos, pero a los que quiero tener cerca hasta el fin de mis días. Digo 'arrivederci' a mis queridísimos alumnos senegaleses, marroquíes, chinos y asturianos, en los que querría dejar una huella permanente. Y digo 'arrivederci' a los queridos lectores que me han estado acompañando durante tantos años. (El Comercio, 16/11/2011)

martes, 15 de noviembre de 2011

ENTREVISTA EN LA NUEVA ESPAÑA A LA ESCRITORA AURORA GARCÍA RIVAS

«Es lamentable que tengamos que pedir que no nos traduzcan la fala»


«El "Pueblo ejemplar" significa mucho para los que vivimos de cerca el trabajo de la candidatura de San Tirso»


AURORA GARCÍA ESCRITORA. POR ANA M. SERRANO San Tirso de Abres

Aurora García Rivas es una gran entusiasta de su concejo, San Tirso de Abres. Esta escritora y poetisa vive en Oviedo, pero no olvida sus raíces, que la traen de vuelta al concejo más occidental de Asturias, donde vivió hasta que tuvo que emigrar en busca de un futuro laboral. Dice que escribir fue su sueño desde pequeña, «desde mis primeras lecturas de Rosalía de Castro. Quería escribir como ella y me aprendía sus poemas de memoria». En estas líneas reflexiona sobre su vida y su tierra.

-San Tirso ya es «Pueblo ejemplar». ¿Cómo valora este premio?

-Es el reconocimiento a la lucha, al respeto, a la concordia y al trabajo en equipo de mucha gente. Significa mucho para los santirseños. Los que hemos vivido de cerca el trabajo que supuso presentarse a la candidatura sabemos cuánto de generosidad, de paciencia, de tenacidad y de fe en el valor de lo nuestro hay detrás de todo ello. No se escatimó ningún esfuerzo.

-¿Cuáles serán los beneficios?

-Eso lo dirá el tiempo. Espero que no sea algo que llegó y pasó como una simple anécdota. Se ha luchado con tesón por salir de un olvido casi endémico. En realidad el municipio no empezó a sonar fuera de sus alrededores hasta que la Asociación Cultural San Tirso del Eo llevó su nombre lejos de allí con sus actividades culturales, por lo que recibió varios premios de gran relevancia.

-Hablemos de literatura. ¿Cómo observa el panorama en Asturias?

-En Asturias, tanto en asturiano como en gallego-asturiano, está habiendo una producción literaria de gran interés y calidad. Pero mientras no se oficialice el asturiano me temo que se queda en eso: literatura que apenas se lee fuera de aquellos a los que, de manera particular, nos interesa. Hay en general una gran pereza para leer, y más para leer en una lengua en la que no hay hábito de lectura.

-¿Existen nuevos proyectos?

-Sí. Hay un interesantísimo proyecto en el que ya hemos empezado a trabajar en la Asociación Cultural «La Arribada» de Gijón. Se trata de organizar la parte literaria y de lenguas vernáculas destinadas a un evento sobre el Arco Atlántico, que aglutinará tanto culturas de origen celta como de otros orígenes, encomendada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Gijón. Creo que es una forma de impulsarnos más allá de nuestros límites y de intercambiar intereses culturales con otros países.

-¿La llingua está en el lugar que se merece?

-La llingua está mejor tratada por algunos medios de comunicación, al menos publican artículos y hablan en ella. La fala aún no consiguió eso. En ese aspecto hago un llamamiento a los diarios impresos para que respeten nuestra lengua vernácula y, cuando nos hagan entrevistas en fala, no nos las traduzcan ni al castellano ni al asturiano. Es un derecho que no deberíamos tener que reclamar. Es de justicia. Es lamentable que tengamos que pedir esto, como si fuésemos hablantes o escritores de otro planeta. Algunas cosas tendrán que cambiar y confío en el buen criterio de los diarios y en su sentido de la equidad, así como en la Consejería de Cultura y la Oficina de Política Llingüistica, que algo tendrán que decir al respecto.

-¿Existe una buena promoción de la cultura asturiana?

-Equivocada. Se subvencionan publicaciones, pero luego los libros no se venden en casi ningún sitio. A veces pienso que escribimos para leernos a nosotros mismos. No se invierte en publicitar los libros, en moverlos. Algún apunte, alguna noticia, y todo se queda ahí. Es verdaderamente penoso. Yo, personalmente, si quise dar a conocer mi obra, tuve que moverla yo, y no soy la única. Mientras no se trabaje para que haya lectores, sobre todo escolares, nuestras dos lenguas se apolillarán en los estantes de las editoriales porque ni siquiera lo harán en los de las librerías.

-¿Qué estrategias propone?

-En primer lugar, la cooficialidad. Trabajar desde abajo. Dar a nuestras lenguas el valor que tienen como bien cultural. A nadie se le ocurre derribar, por ejemplo, Santa María del Naranco o el castro de Coaña? pues no entiendo que nuestras dos lenguas autóctonas no se consideren también un valor nuestro y merezcan ser conocidas y leídas. No se aprecia lo que no se conoce.

-Es usted del concejo más occidental de Asturias. ¿Hay sensación de abandono?

-Cada vez menos. Hace algunos años que están llegando turistas y la publicidad va de boca en boca. Es un rincón bellísimo, con una geografía amable, es tranquilo, con todos los servicios necesarios? El primer alcalde de la democracia, Jesús Ferreiro, lo transformó completamente, modernizó una aldea perdida en el tiempo con carreteras, agua corriente, luz eléctrica, teléfono, un puente nuevo sobre el Eo, un polideportivo, casa de cultura, se remozó la Plaza del San Juan, se estudiaron archivos, se editó un libro de fotografías antiguas? y facsímiles de la carta puebla. Y ahora se sigue trabajando en que todo esto se mantenga y mejore. Es un concejo bien comunicado y es fácil llegar allí. El problema es que no hay trabajo y la natalidad es bajísima, y se despuebla poco a poco; igualmente nuestra variante lingüística muere porque se castellaniza y se galleguiza.

-¿Qué futuro ve para Asturias?

-Asturias está inmersa en los mismos problemas del resto del país. A corto plazo, lo veo fatal. Espero que este nuevo gobierno sepa hacer las cosas con sensatez y administrar con cordura y honestidad. El de Occidente, mal, como siempre, o peor. La ganadería de leche es cada vez menos rentable, y la madera ya no digamos. Además, el turismo no es suficiente.

-¿Qué perspectivas culturales tiene el Occidente?

-Yo creo que culturalmente tiene una oferta espléndida. En todos los municipios hay una casa de cultura y actividades diversas. Lo que creo que anda peor es la lectura. Se lee poco o casi nada; las bibliotecas, que se crearon con una gran esperanza, están vacías. Pero éste es un tema difícil de resolver. Hay superabundancia de medios cibernéticos y de información fácil de digerir. Leer es pensar, interpretar? Eso requiere esfuerzo y no estoy muy segura de que estemos haciendo lo adecuado, en ese sentido, ni en las escuelas ni en las familias.

-¿Tiene el Occidente una apuesta cultural suficiente?

-Pues no lo sé. No me atrevo a aventurar soluciones porque el tema se me escapa. Soy de una generación que incluso sin medios leía bastante más. Tal vez ese es el problema. Hay demasiada oferta de todo.

Apasionada de Rosalía

Dos de sus escritores favoritos son Miguel Delibes y Stefan Zweig. Pero a Aurora García (La Antigua, 1948) quien la impresió de pequeña fue Rosalía de Castro y su obra. Si tiene que aconsejar una lectura, son varias las que cita: «Corazón», de Edmundo de Amicis, «un libro que entonces había en todas las escuelas rurales»; «La Regenta», «que leía a escondidas porque estaba en el índice de libros prohibidos»; «Platero y yo» y «El Principito». En su tiempo libre, Aurora García lee y escribe, pero también pasea por bosques asturianos y «a la orilla de los ríos».

domingo, 13 de noviembre de 2011

AUNQUE PAREZCA UNA PELÍCULA, NO LO ES, SUCEDIÓ EN GIJÓN




Tengo un amigo que está deprimido: muy deprimido. Y lo está por una injusticia, por una injusticia cometida precisamente por quienes deberían de velar por la justicia: los agentes del orden público. Para entendernos, por unos policías. Dicho así, lo sé, suena a poco creíble. Pues yo pongo la mano en el fuego por la historia que voy a contar aunque esos “policías” me lleven al cuartón y me sometan a las mismas vejaciones que a mi amigo.




Mi amigo, es un comerciante de Gijón, de la zona centro que se dice ahora, lleva al frente de su negocio si no me falla la memoria entre 25 y 30 años. Es muy conocido: de Gijón de toda la vida. Su comercio es especial: vende antigüedades, por lo que sus clientes son casi siempre gentes que disponen de dinerito para comprar esa pieza especial, artística, de oro o plata, de porcelana fina… que después colocan en sus, más o menos, lujosas mansiones. ¿A que se me entiende sin necesidad de más explicaciones? Pues por eso casi todo el mundo conoce a mi amigo que, entre otras muchas cualidades, destaca por su honradez y generosidad. Amén de santa paciencia con la clientela. No conozco a nadie que haya tenido un problema con mi amigo.




Pues bien, hace un mes al salir de su comercio, justo cuando estaba entrando en su portal , se dirigen a él “unos señores” (que así lo cuenta) que le preguntan: "¿Es usted fulano de tal?" "Sí, si, ¿necesitan ustedes algo?" "Somos policías y se le acusa de robo". "No les entiendo, vamos a la tienda que allí me pueden explicar". Y ya dentro le dicen que un fulano le acusa de haberle robado unas piezas por un valor de –creo- mil euros. Tira mi amigo de libro de asiento –todo lo que compra un anticuario ha de registrarlo con pelos y señales- y efectivamente allí constaba el nombre, el DNI y todo los datos de quien se lo había vendido, procedente según le habían explicado de una herencia. Todo bien según protocolo habitual, así que el responsable será, en todo caso, quien lo vendió. Hasta aquí todo correcto, no es ni la primera ni la segunda vez que herederos se lían y utilizan todo tipo de martingalas por hacerse con el botín del muerto, por desgracia eso está a la orden del día. Lo normal, es que la policía tome nota y luego proceda quien ídem. Pues no, le dicen que tiene que acompañarlos a comisaría. Mi amigo, que es un santo varón, no tiene inconveniente en hacerlo. En el trayecto comprueba que los policías saben donde vive, que tiene un comercio hace muchos años, que no está casado…, vamos, casi todo (menos de su honradez, parece) Y aquí empieza lo gordo. Y hago punto y aparte, por el giro de la historia.




Ya en comisaría a mi amigo se le desposee de todo lo que lleva encima, se le hacen fotos de frente, de perfil, de…, las huellas… y finalmente se le ordena que se desnude. Todo de mala manera, sin que medie explicación alguna y con muy malos modos. Ya sé, suena a no verídico, pero lo es: mi amigo no miente. Insisten en llamarlo ladrón y, sin entender nada, mi amigo se empieza a poner muy nervioso. Pide llamar a su madre, una anciana que le espera para cenar, para que no se preocupe: le niegan la llamada. Insiste, una y otra vez, y los malos modos van en aumento: insultos vejatorios que no repetiré. Lo conducen a los calabozos, le dan una manta para que duerma. Desesperado sigue pidiendo llamar a su madre, porque – además de tranquilizarla- necesita que le traiga una medicina ya que está a punto de tener una crisis de ansiedad. Y los polis (en este caso “malos”), erre que erre: que no. Finalmente acceden a que hable con su madre para que le traiga la medicina, pero –aclaran- siempre que la acompañe de la correspondiente receta-. Y la señora, una mujer mayor, con dificultades para caminar, se encamina –valga el término- hacia la comisaría, que no diré la de qué distrito, pero sí que está en la zona alta de Gijón, con medicina, receta y… el corazón en un puño. Todo esto pasada la medianoche. No dejan que lo vea, les entrega la medicina y me cuenta la madre de mi amigo que sin saber qué hacer pasó la noche a la puerta de comisaría, sin que la vieran, por si acaso. Las desgracias de mi amigo no terminan ahí, los nervios hacen que tenga necesidad de ir al baño cada poco. Le dicen que espere que deje de tocarles los… Y mi amigo se hace pis encima. Cuenta que se acurrucó en una esquina como pudo, sin pegar ojo por supuesto, y llorando pensando en el sufrimiento de su madre. Por el lloro le llamaron marica. Muy logrado, sí señor, tenemos una gran policía. A media noche llevaron al calabozo contiguo a un grupo de jóvenes, gritando insultando a los policías, y… les dieron tremenda tunda. Y eso que dicen que la policía no pega. Tras la paliza los alborotadores callaron y el resto de la noche mi amigo, que no es especialmente religioso, la pasó rezando. A la mañana siguiente se presentó su abogada y las cosas cambiaron. El trato ya fue diferente, pero el mal ya estaba hecho. Desde entonces mi amigo no levanta cabeza.




Ante lo rocambolesco de la historia, que me creí por venir de quien venía, pero que no logro asimilar, pregunté si ese comportamiento podía ser posible entre los policías. Y quien sabe de eso, me dijo que sí, que precisamente en esa comisaría se daban esas cosas con demasiada frecuencia. Y yo me pregunto, ¿en qué manos estamos? ¿Quiénes son esos personajillos que velan por nuestra seguridad? Que cada uno saque sus propias conclusiones, las mías prefiero no expresarlas aquí, no vaya a ser que esos “súper policías” –que confunden la vida real con las películas de buenos y malos- me esperen a la salida y con no importa qué historia me hagan pasar una noche en el calabozo: por chica mala.




Nota aclaratoria: mi amigo no había robado nada.




Reflexión: ¿Dónde coño se mete esa policía tan eficiente cuando un ladrón de verdad actúa? Y otra pregunta, ¿Habrán desnudado a Riopedre cuando lo detuvieron? No sigo: me hierve la sangre. Lo que más me preocupa es la depresión de mi amigo, y también la mala praxis de quienes están al cuidado de nuestra seguridad.





Artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ publicado en LA NUEVA ESPAÑA

RATZINGER EN EL EDIFICIO DEL REICHSTAG

El discurso del Papa

El notario gijonés Ángel Aznárez inicia hoy un examen de la visita del Papa al Parlamento alemán. El próximo domingo Aznárez relacionará las palabras de Benedicto XVI con la crisis del parlamentarismo y analizará sus teorías sobre el matrimonio homosexual o la indisolubilidad del matrimonio. (La Nueva España, 13/11/2011)



"Mi aliento desfallece y mis días se apagan, estoy abocado a la tumba. Vivo abrumado entre burlas, y los insultos me desvelan. Sé tu mismo mi fiador ante ti, pues ¿quién, si no, me tenderá la mano"
(Del bíblico Libro de Job)




El automóvil papal, después de pasar muy cerca de la Puerta de Brandeburgo y rodear el edificio del Reichstag, se estacionó junto al acceso trasero de éste, en Ebertstrasse, (por la fachada principal, que mira al jardín de la plaza de la República, hacen cola los turistas para subir a la cúpula del arquitecto Norman Foster). El Papa descendió del vehículo y entró en el Reichstag, sede del Parlamento (el Bundestag) para pronunciar el esperado discurso. El automóvil era un Mercedes, número de matrícula 70014 y con banderín del Estado de la Ciudad del Vaticano, escoltado por quince motoristas, que formaban en flecha o falange, un motorista en la punta y dos líneas de siete cada una en ángulo agudo. A Su Santidad, antes de pronunciar el discurso esperado, se vio emocionado, como impresionado, delicado, con apariencia de fragilidad. Ello muy al humano modo, con la sotana blanca, la cruz pectoral con piedra amatista y el anillo -naturalmente, sin mitra y báculo-. El aspecto de fragilidad propició el cálido acogimiento que tuvo (varios minutos de aplausos) y facilitó la recepción del acto de comunicación: el discurso. Muy diferente todo a la magnificencia y a la lejanía que resultan cuando, en las salas del romano Palacio Apostólico o detrás del altar en la plaza de San Pedro, colocan al Pontífice en tronos elevados o artificios barrocos entre telones y bambalinas. El Papa en el Bundestag, por no estar entre esos decorados, resultó cercano; mucho más creíble y convincente (de «con-vincere»). Es lógico que los papas no hagan en público comentarios sobre su estado físico o edad. Fue en el saludo a los periodistas, en el avión papal, con ocasión del anterior viaje a Alemania (Munich, Altötting y Ratisbona), en 2006, donde el Papa dijo: «Soy un hombre mayor. No sé cuánto tiempo el Señor me concederá aún». Precisamente, en el discurso del Papa a los parlamentarios alemanes -que aquí comentaremos- hay otra indicación: «Me consuela comprobar que a los 84 años (en referencia al jurista austriaco Hans Kelsen) se esté aún en condiciones de pensar algo razonable». Esa frase desató especulaciones, lo cual es natural teniendo en cuenta que de la «papolatría» contemporánea es fácil pasar a la actual tanatofilia papal. Y en aquella frase aparece uno de los rasgos destacados de la personalidad de Benedicto XVI: el sentido del humor. Recuerdo la primera entrevista que Peter Seewald hizo al entonces cardenal Ratzinger (73 años), que, a la pregunta del periodista sobre si Dios es siempre serio o también muestra sentido del humor, respondió: «El sentido del humor es una parte esencial del gozo de la creación» -esa entrevista, en España, se publicó en el dominical «El Semanal» el 18 de febrero de 2001, páginas 16 a 19-. El humor, pues, tema de Teología y también de Antropología. Me explico: es poco frecuente que en profesiones de alto voltaje simbólico el humor anide con facilidad, pues es espantado por muchas susceptibilidades e inseguridades. Eso pasa a bastantes clérigos, también a militares e, incluso, a los de la tauromaquia o taurinos (el lector o la lectora puede añadir otras profesiones de mucho simbolismo, luego poco dadas al humor). Excepcionalidad la de Joseph Ratzinger, no pudiendo estar de acuerdo con Umberto Eco, que la niega incluso en lo teológico, acaso por estar éste enrabietado por los zarpazos leonados o de pantera que, últimamente, le lanza el «L'Osservatore Romano» a cuenta de su aburrida (noiosa) novela «El cementerio de Praga». Por cierto, que la ancianidad aprieta ya mucho a mi bendito Benedicto y con mucha prisa, más volando que corriendo, lo cual, si para cualquier ser humano es drama, para un Papa también lo es. Hay rasgos de la personalidad de Benedicto XVI que recuerdan a Pablo VI, que, muy enfermo de artrosis, jamás usó bastón de apoyo, aunque mucho lo necesitó, ni siquiera subió a la «pedana mobile» (plataforma móvil). El Papa, horas antes, en el castillo de Bellevue, tuvo que escuchar del presidente de la República alemana, católico y divorciado, palabras de exigencia: «Qué compasión tiene la Iglesia católica por los fallos que surgen en la vida de las gentes. Cómo se libera la Iglesia misma de sus propias faltas y de los malos comportamientos de sus responsables». Ahora, en sede parlamentaria, tocaba escucharlo a él, al obispo de Roma. El presidente del Bundestag, Norman Lammert, desde su alta tribuna, dirigiéndose al Santo Padre -Heilige Vater- pronunció palabras de bienvenida, que destacamos la referencia a la Reforma (Alemania, país de la Reforma) y la cita del Preámbulo de la Constitución vigente: «Consciente de su responsabilidad ante Dios y ante los hombres... el pueblo alemán...». Benedicto XVI, desde el sencillo atril que usan los parlamentarios -no desde el más alto estrado del Presidente-, pronunció el importante discurso, que fue lección de ética política y/o jurídica, sobre los fundamentos o las fuentes de la política y el Derecho (esa cuestión, nuclear, será objeto de la segunda parte). El momento en el que el Papa pronunció su discurso no es de crisis; es de algo, pero de desastres generalizados, incluso (desgraciadamente) del parlamentarismo, esencia de la democracia, siendo el Parlamento alemán de lo más presentable. ¡Qué indiscreto resultó el pretendido y fallido referendo griego, dejando a la vista la potencia de lo económico y la impotencia de lo político! Además, los católicos germano-parlantes (alemanes y austriacos) están cada vez más en disputa sobre las funciones de los ex sacerdotes (¡ánimo don Mauro, cardenal Piacenza!), sobre la comunión de divorciados y el celibato, asunto este último que, precisamente, Pablo VI «sacó» del debate en el Concilio Vaticano II (carta de Pablo VI al cardenal Tisserant tres días antes de debatirse el decreto «sobre el ministerio y la vida sacerdotal»), que ahí está, cada día más incandescente. Y, mientras tanto, algunos, en Roma y aquí, tocando palmas de adulación (el Consistorio de creación de cardenales está próximo), o con susurros de pamplinas de sacristía. El Papa se introdujo en el meollo del tema; antes señaló su triple condición: connacional alemán, obispo de Roma y jefe de Estado. Su Santidad, que en el anterior desplazamiento a Alemania (septiembre de 2006) había manifestado que, viajar de nuevo a otras partes de Alemania, lo haría feliz y que «lo consideraría como un don de Dios», lo pudo ahora realizar, lo que explica en parte su emoción, tan bien transmitida. Es verdad que Ratzinger es nativo de Alemania, pero de la Alemania de Baviera, romanizada pronto y católica, muy diferente a la otra Alemania, la Alemania de Prusia, protestante y patria de la Reforma (el actual federalismo del Estado alemán es magnífico instrumento de unión entre lo diferente). Benedicto XVI, a continuación, señaló su condición de obispo de Roma, «que tiene la suprema responsabilidad sobre los cristianos católicos». No podemos pararnos en analizar la visita papal a la ciudad de Erfurt, la de Lutero, pero sí destacamos que la Reforma luterana fue un acontecimiento trascendental que marcó el fin del monopolio de la Iglesia romana en Occidente. Por eso, a la Reforma siguió la Contrarreforma, con resultado de guerras y muertes, y también de realizaciones excelsas y provechosas (entre otras, Ignacio de Loyola y los Jesuitas). Y el Papa Ratzinger, en cuanto obispo de Roma, es el jefe de los otros y de lo otro: de la Iglesia romana. Horas antes, en el castillo de Bellevue, el Papa había advertido lo siguiente: «Aunque este viaje es una visita oficial que reforzará las buenas relaciones entre la República Federal de Alemania y la Santa Sede, no he venido para obtener objetivos políticos o económicos». La referencia en el discurso papal a su condición de jefe de Estado (Santa Sede) fue como ambigua, sin manoseo y vista desde muy alto, casi en forma de delicada perífrasis: «De este modo, ustedes reconocen el papel que corresponde a la Santa Sede como miembro dentro de la Comunidad de los Pueblos y los Estados. Desde mi responsabilidad internacional...». Dejando de lado la equívoca expresión (que no equivocada) «de este modo», son ya hechos jurídicos la personalidad internacional de la Santa Sede y que el Papa es jefe de Estado. Eso es así, aunque el jurista australiano Geoffrey Robertson lo rechace. Ese conocido jurista es el autor del libro «The case of the Pope» (2010), traducido al italiano este año con el título» Processo al Papa»; libro que es la base de la acción penal contra el Papa y contra altos prelados vaticanos ante la Corte Penal Internacional, por causa de los actos de pedofilia de algunos clérigos -acción penal que, por diferentes razones jurídicas, rechazo sin dudarlo-. La tesis contraria a que la Ciudad del Vaticano sea un Estado la desarrolla el autor en los capítulos 4, 5 y 6 de su libro (páginas 83 a 139), negando validez a los Pactos Lateranenses entre el fascista Mussolini y la Iglesia (asunto fascinante y complejo el de las relaciones entre el fascismo italiano y la Santa Sede). Una cosa es negar lo evidente (Geoffrey Robertson) y otra, diferente, señalar deficiencias en el funcionamiento de la burocracia vaticana; una «burocracia célibe», según Carl Schmitt, en catolicismo y forma política (a Schmitt traeremos en la segunda parte para acompañar a Kelsen), o señalar la dificultad, en ocasiones, de separar lo apostólico de lo político (ello lo denunciamos en anteriores artículos aquí publicados). En este momento interesa apuntar que el Papa, por las razones que fueren, y en la forma antedicha, recordó a los parlamentarios alemanes que «la Santa Sede es miembro de la Comunidad de los Pueblos y de los Estados».

sábado, 12 de noviembre de 2011

COSAS DE MUJERES

Pues sí: de mujeres. Así que los lectores al periódico, esto no les interesa; entre otras cosas, porque no lo entenderían.
Esta mañana el espejo, que es el primero en darme los buenos días, me descubrió tremendas ojeras y tan mal aspecto que me dieron ganas de volver a arrebujarme entre las sábanas. Menos mal, pensé, que vivo sola, que nadie verá mi cara hasta que no pase por el taller de restauración, o más bien de reciclaje. Para colmo de males me asomo a la ventana y llueve y, por si fuera poco me duele una rodilla. Una buena ducha y… una mala idea: pesarme. El remate: la falda que no me abrocha no es que haya menguado en el tinte es que… Nada eso no os importa, forma parte de mis secretos mejor guardados. ¿Y qué demonio les pasa hoy a mi pelo? Tengo canas: una por aquí, otra por allá… Desastre. La hora se echa encima y no hay más remedio que ponerse manos a la obra. Eso ya no lo cuento porque la que más y la que menos sabe que una sombrita oscura, un corrector, un pintalabios, un rayita en el ojo…, pueden hacer milagros. La cosa va mejorando, y hasta la rodilla parece que me duele menos. Pensándolo bien… no estoy quedando tan mal. Lo menos, lo menos… me he quitado diez años de encima. Bueno, tal vez no tantos, ¿colarán tres o cuatro? Y si pongo ese suéter largo no se me notará ese estúpido michelín. No entiendo con lo poco que como, cómo puedo tener esta tripa. En realidad…, qué cené. No, mejor no hago balance, seguro que se me colaron un montón de calorías. Mañana ayuno: lo prometo firmemente. El vinito, la tortilla, el choricito que viene de la aldea…tampoco es cosa de dejar que se vaya a estropear, digo yo, lo lógico es que me lo coma; y, además, para qué demonios quiero estar delgada. Seguro que si pierdo un par de kilos me salden un montón más de arrugas. ¡Qué cruz! esto de los años, porque estoy segura que lo que engorda es la edad. No me cabe la menor duda.
¡Atrapado!, ¿qué hace, señor, leyendo esto? Son cosas de mujeres ya le advertí. ¿Qué frivolidad, verdad? Cómo somos las mujeres, que vacías, que superficiales. Tiene razón, pero puede explicarme por qué se da la vuelta cuando pasa una mujer bonita, por qué el día que una tiene el guapo subido –que alguno hay- se apresura a pavonear a su alrededor. No sé, no sé, me da la impresión que ustedes las prefieren guapas. ¿Me equivoco? Digamos bien parecidas. Pues para eso, para “presentar” bien hay que cuidarse ídem. Y ahora le voy a decir otra cosa, a nosotras también nos gustan los hombres que “presentan” bien, que se molestan en tener un aspecto agradable. Y eso no tiene que ver ni con la edad, ni con las arrugas, ni con la gordura o delgadez, tiene que ver con el cuidado personal. Es decir, si usted luce una tripita cervecera, haga lo mismo que yo: una camisa tapa todo. Que la piel de la cara arruga y arruga, tal vez una cuidada barbita (me encantan los señores con barba), y así sucesivamente. No tenga miedo señor a cuidar su envoltorio. A ustedes les gustan las mujeres bonitas y a nosotras los hombres de aspecto cuidado. Sin pasarse, claro.
Pues sí, esto no es más que un texto tonto con un contenido sin interés, pero así soy yo: normalita, del montón, de mi barrio. Con una virtud que no se me puede negar: tremendo olfato para rodearme de gente que escribe muy bien, que piensa mejor y que vuela alto. Por cierto, he añadido a blogs que sigo uno nuevo: La villa de Jovellanos, echarle un vistazo, seguro que os gustará.
Y punto final, feliz fin de semana a todo el que se asome hoy a esta ventana. Yo me he levantado tristona, y por los aires que corren se avecinan malos tiempos. Tal vez por eso escribo cosas vacías, para evadirme de la realidad que me ahoga. Vendrán tiempos mejores, espero.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ, publicado en LA HORA DE ASTURIAS


EL DEBATE ELECTORAL QUE YO VI

Otra crónica de excentricidades


Cada época, cada situación económica produce sus tipos específicos y en el escenario del mundo entran y salen las figuras según se tire de la cuerdecilla correspondiente.

Josep Pla












Ilustraciones del autor tomadas en América)


El periodista de La Nueva España, con brevedad de telegrafista y precisión de taquígrafo, transcribió fielmente mi respuesta, publicada en la edición del martes 8 de noviembre, a la pregunta sobre el debate Rajoy-Rubalcaba: “El debate me pareció antiguo, viejo y rancio”. Le dije más, bastante más: que con una crisis general y un desastre global como los actuales, el formato y contenido del debate podía ser interesante y novedoso en los años noventa del pasado siglo, pero de ninguna manera ahora; y que si los debates electorales son necesarios, han de ser de otra manera. También dije que tuvo el olor o tufo de un clásico de la TVE, como los reportajes navideños de las colas en la Gran Vía ante el despacho de Doña Manolita para comprar la Lotería, o las doce campanadas en la Puerta del Sol el 31 de diciembre.


Por intuir eso, no tenía pensado ver el debate, pero, dado que La Nueva España fue y es mi periódico de cabecera -en la calle Campomanes no se leía otra cosa-, por fidelidad, me sacrifiqué y contemplé el debate, para opinar luego. Al parecer, el que no lo vio fue don Rodrigo Rato, ex Directo fugaz, visto y no visto, del Fondo Monetario Internacional; ahora presidente de uno de eso que llaman bancos, con domicilio social en Madrid y no en provincias, de las extintas Cajas de Ahorros y de los Montes de Piedad, de muchas Obras Sociales y de bonus millonarios a sus directivos, nombrados por mérito del enchufe.



Nada me iba a interesar lo que dijeran los candidatos sobre Economía y Finanzas, pues eso no será decisión de ninguno de ellos, deudores, sino, como es natural, de los acreedores, que son los que realmente mandan –los acreedores siempre mandaron-. Para saber si habrá reajustes en los despidos, subidas de IVA, “retoques” en pensiones, habrá que preguntárselo, repito, a los acreedores, a esos que se llaman “los mercados”, teniendo más a mano a la madama Merkel o al Fondo Monetario Internacional. Vamos a ver: ¿Dónde se ha visto que los deudores sean los que decidan? Los romanos, que tuvieron una fase muy cafre de su Derecho, a los deudores los metían en prisión –la prisión por deudas-. Tengo la esperanza de que nuestros acreedores, los “mercados”, no nos encarcelen a todos, y que, al menos, nos permitan la tan cacareada dación en pago, que es objeto de deseo hipotecario.


Y lo que sigue es muy serio y lamentable: los sistemas parlamentarios, la Política, está haciendo aguas por todas partes, tambaleándose ante la firmeza de lo económico. No sólo hay que lamentarse, también preguntarse: ¿Cómo es posible que los Estados se endeuden en cantidades astronómicas? Algo muy profundo ha fallado y provocado el actual hundimiento. Y de todo ello, la corrupción política, la pública y la privada, más generalizada que menos, no tiene toda la culpa. ¡Qué gracia me hacen esos “liberales” emprendedores que desde altillos y tribunitas piden y suplican que el Estado no se entrometa en sus negocios, y ellos no paran de zascandilear en oficinas públicas en demanda de chollos dinerarios con arrogancia de ricos nuevos y maneras de indianos de Indias!


Pero no nos distraigamos y volvamos al debate cachondo. Declaró a La Nueva España el realizador Navarrete (en foto aparece con cabeza sin pelo y luciente, como un pepino o pimiento de Navarrete (La Rioja), que pretendió que el debate no fuera encorsetado; pues bien, resultó con corsés, fajas y con férrico cinturón, como de castidad. El presentador, Campo Vidal, me recordó a David Cubero o a Matías Prat (padre), de la primera TV, de principio de los años sesenta del pasado siglo. A pesar de su experiencia en este tipo de debates, el presentador estaba como desbordado por una gran responsabilidad, por una neutralidad pura como lo sagrado, por una exquisitez de esos lindos que, por finura, toman la sopa con tenedor y no con cuchara.


Y ocurrió un hecho lamentable y alucinante. Que en un debate electoral, que en teoría sirve para que los electores formen su opinión, se interrumpa, que el presentador diga “a tontas y a locas” que “vamos a publicidad” y que adonde nos llevaron fue al programa “59 segundos”, en el que opinaron tres periodistas del PSOE y otros tres del PP (no se si gratis o a sueldo), eso no me pareció admisible por juego sucio, acaso admisible en Tanzania o en Antananarivo, capital de Madagascar. ¿Eso habrá sido idea de Navarrete? ¿Es que los electores españoles necesitan que “gurús”, de no se sabe qué, les den claves secretas, como si un debate fuera un laberinto igual al del Minotauro cretense?


Fue de antología la subida al estrado, dando la espalda a las cámaras de los dos contendientes y del presentador. ¡Qué estilazo subiendo escaleras! ¡Qué esbeltez y derechura apolíneas las de Rajoy y Rubalcaba, sin las redondeces dionisíacas de barrigas y culos! ¡Qué disciplina férrea hay que tener para mantener la línea y las líneas, con tics de mirar abajo por obsesión de báscula! Seamos justos: el candidato Rubalcaba en esto no se debe esforzar mucho, pues es de natural esmirriado y escuchimizado; dicen que las insidias le carcomen, en lo que no estoy de acuerdo, al conocer gordos, muy, pero muy gordos e insidiosos, alguno de la derecha política. Rajoy en esto, seguramente, tiene más problemas, debiendo hacer más sacrificios, pues ser registrador de la propiedad de un pueblo cabeza de partido judicial, suele abrir los apetitos. Estoy seguro que don Mariano se priva con pena de empanadas y de empanados, que le gustan y engordan por la mucha harina.


A don Alfredo la papada le colgaba del mentón más por un lado que por otro; ese colgante asimétrico y flácido, unido a los pelos de la media barba, no le hacía guapo sino feo. Por eso, en un momento, yo un poco distraído, tentado estuve de acercar al televisor mi máquina de afeitar. Y el colgante papudo de don Alfredo, es lo contrario de los colgantes, imponentes perendengues, de los gallos de pelea. Mas aún: es inadmisible que eso le pase al candidato del Partido Socialista, que lleva como lema de campaña: lo siguiente: “Pelea por lo que quieres”. Don Mariano, al ser un poco más joven, tiene más tiesa y dura la papada, aunque la mirada de miope nos transmite una cierta tristeza o melancolía, lo cual es romántico. Don Mariano movió las manos con más candor que su contrincante Rubalcaba, que parecían (las manos) manojos de culebras. Rajoy, con apariencia de bueno, me recordó a aquellos caballeros de antes, que, a todo quitado y en el trance amoroso, preguntaban a su amada: ¿Gozas, vida?


Rajoy fue contundente al decir: “no pienso dar dinero público a las entidades financieras”. Pudiera ser que Botín, junto a sus auxiliares o directivos botones, retrepado en su diván, al oír eso, hubiesen movido algunos dedos de su mano derecha con ademán desafiante. Rubalcaba estuvo “dale que te pego”, obsesivo, con lo de suprimir las diputaciones. Eso, a los asturianos ni nos va ni nos viene, pues aquí, por no tener, desde hace años que no tenemos ni diputación; sólo tenemos un gobierno, que el pobre está en una minoría de las más minoritarias, aunque eso sí, con muchos cascos o monteras de bombero o torero.


Fue injusto el flaco Rubalcaba al culpar a la Ley del Suelo del PP (la de 1998) del desbarajuste inmobiliario español. Vamos a ver don Alfredo: ¿ De la macro-urbanización del Pocero, en un lugar de La Mancha, y en otros lugares, tiene la culpa el exministro popular de Obras Públicas que hizo la Ley, el hijo de Arias Salgado, que nada más dejar el Ministerio, lo colocaron en unos supermercados? No. ¿Acaso no será más culpable el amigo del “pocero”, el socialista Bono, presidente que fue de esos lugares de La Mancha, que hizo la Ley del Suelo de su autonomía? Sí. ¡Cuánto podríamos escribir sobre la utilidad de la legislación autonómica para burlar con fraude requisitos impuestos en la Legislación estatal! Eso, don Alfredo, pasó con el urbanismo y con las Cajas de Ahorros (directivos con mandatos tramposos por ser ilimitados en el tiempo).


Concluido el debate, apagué el aparato. Seguramente habrán vuelto a discutir los tres periodistas del PSOE y los tres del PP. Por cierto, qué lastima que el también gallego Antón Losada, uno de los tres del primero, que, con excelencia, me enseñó Ciencia Política, ahora ande metido en zascandilerías y tertulias. Y a causa del debate, me acordé del teatro, ese que en el dulce italiano se llama “il teatrino”; me acordé de Umbral, que en una columna del Mundo escribió, con tono de desprecio, escribió: “Precisamente al que está en el interior de la caseta no le puedes obligar a que crea en el títere”. Y me acorde por lo de las figuras y las cuerdecillas del maestro Pla, solterón, con boina, payés del Ampurdán y fumador, más de pitos que de pitillos, “Ideales”, los de papel amarillo y no blanco de librito.


(En el próximo número, continuaremos con las excentricidades, pero las genuinas, las caseras como las de la abuela, de la calle Campomanes, que salen como salían antes los churros caseros, o sea, metiendo la masa en el cilindro de la churrera, sujetándola con las dos manos como por las orejas y empujando con la barriga para la penetración del rodillo. Será la crónica XXVI).


Ángel Aznárez (LA HORA DE ASTURIAS, 10/11/2011)