viernes, 22 de marzo de 2013

"EL LARGO Y GÉLIDO INVIERNO" artículo de VIRGINIA ÁLVAREZ-BUILLA publicado en "LA NUEVA ESPAÑA"


El largo y gélido invierno Este ha sido el invierno más frío y deprimente que he conocido. Está a punto de comenzar la primavera y no cambia un ápice. Viene un sistema frontal detrás de otro y cuando no estamos en alerta roja por lluvia lo estamos por viento, y cuando no, lo estamos por nieve. En Asturias el tiempo siempre ha sido muy cambiante, nunca estamos seguros de qué pasará a dos días vista, y es muy difícil predecir con exactitud si el fin de semana lloverá, nevará o lucirá un espléndido sol, por lo cual nuestros festejos son casi siempre improvisados, y gracias a ello somos de los mejores anfitriones del mundo. Yo creo que los meteorólogos nos odian: con nosotros no pueden lucirse. Eso sí, cuando luce el sol en Asturias es el clima más hermoso del mundo y disfrutamos el doble que los habitantes de esos sitios en los que casi siempre solea.

Como corresponde a este invierno tan extremo, ha pasado de todo, y suma y sigue. La crisis sigue galopante. El Gobierno se las ve y se las desea para atajar tantos problemas, la oposición se las ve y se las desea para protestar sin encontrar una sola idea aprovechable, las manifestaciones se suceden con tanta frecuencia que ya nos pasan desapercibidas. Todo el mundo pide algo que en la mayoría de las casos es lícito pero que no se puede conceder porque no hay de dónde sacarlo, y el Gobierno hace como decía mi madre: «Contra el vicio de pedir está la virtud de no dar». La espada de Damocles sigue colgando encima de nuestras cabezas.

Una de las dos grandes sacudidas de estos últimos tiempos es la muerte del dictador megalómano de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez. Luchó contra la muerte con verdadera fuerza, pero, sobre todo, luchó su sucesor elegido muy democráticamente por el mismo Chávez, Nicolás Maduro. Además, ha sido nombrado vicepresidente Jorge Arreaza, yerno de Chávez, hasta las próximas elecciones. Todo muy democrático. Pobre pueblo venezolano, que no levanta cabeza, primero aquellas oligarquías millonarias que no hicieron nada por su pueblo, sólo beneficiarse ellos, y después, Chávez y sus huestes, que por un lado presumían de ocuparse de los pobres, pero en la realidad no repartían más que miseria y el dinero del petróleo, para Bolivia, Ecuador, Argentina y Cuba. Deja un pueblo analfabeto que no hace más que tragarse las absurdas consignas de sus gobernantes y no reclama nada más que la bolsa de comida que les reparten. No reclaman que se creen trabajos, que se elimine la violencia, y están llenos de odio indiscriminado.

Otra gran sacudida de este invierno ha sido, primero, la renuncia al papado por parte de Benedicto XVI, y el cónclave y elección de un nuevo Papa, que nos ha mantenido a todos, creyentes y no creyentes, pegados a los medios de comunicación. Después de un montón de quinielas, todas ellas equivocadas, fue elegido el cardenal primado de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. El primer jesuita y el primer americano en llegar al papado. La elección fue rápida, la segunda más rápida de la historia moderna, tras solo cinco votaciones. El nuevo Papa, que eligió el nombre de Francisco, en memoria de San Francisco de Asís, el santo humilde, defensor de los pobres, nos recordó que una de sus mayores preocupaciones es la lucha contra la pobreza. La defensa de los pobres ha sido siempre su caballo de batalla. Su sencillez, su vida austera, alejada de todos los signos de ostentación, su renuncia a vivir en el palacio arzobispal, sus traslados en autobús para ir a atender a los fieles necesitados son su seña de identidad.

En el mismo momento en que salió a saludar desde el balcón central de la basílica de San Pedro conquistó a todos los congregados allí y a la mayor parte de los que estaban viendo la ceremonia por la televisión, creyentes y no creyentes. Demostró ser un hombre cercano, modesto y con sentido del humor. Se le ve fuerte, a pesar de su edad, algo muy importante, teniendo en cuenta la ingente labor que le espera. Me temo que va a encontrar la oposición de muchos miembros de la curia, los conservadores como Bertoni y sus seguidores. Tiene que intervenir en las finanzas del Vaticano y en los antiguos errores de la banca vaticana.

No faltan algunas voces en contra del recién elegido Papa, se revelan datos no probados de la relación del Papa Francisco con el general Videla en Argentina, salen unas fotos en las que se le ve saludándole, se dice que no protegió a dos sacerdotes que fueron apresados y torturados por los militares. El nuevo Papa siempre ha rechazado esas acusaciones y nunca ha sido imputado. Él mismo dijo que había ayudado a muchos jesuitas a escapar y había protegido a muchos. Quizás es demasiado conservador en algunos temas como el matrimonio homosexual y el aborto, pero, afortunadamente, ha tenido y tiene una postura enérgica de condena contra la pederastia. Hay luces y sombras en todos los hombres y habrá que ver cuál es su trayectoria a partir de ahora.

Yo estoy con el Papa Francisco, me gustan su modestia, su austeridad, su imagen de luchador implacable cuando cree en una causa, su exquisita y sabia educación jesuita y su simpatía. Me gusta una de sus frases favoritas: «El Señor jamás se cansa de perdonar». También me parece de suma importancia su deseo de acercarse a todas las religiones. Me quedo con una frase que ha dicho su hermana Elena refiriéndose a él: «Después de hablar con mi hermano compruebo que detrás de Francisco sigue estando Jorge».

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