domingo, 17 de marzo de 2013

"AD MULTOS ANNOS", artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ ("LA NUEVA ESPAÑA")

"El autor, pensando"


            La Clementina, de Clemens VIII Pont.Max., con frescas pinturas y fríos mármoles, más que Sala, parecía Aula o parvulario, sentadas Sus Eminencias a la espera de la entrada del Reverendo Director. Casi todos, como manda el reglamento, con las manos apoyadas en las rodillas. El cardenal Ré cruzaba, con apariencia de frivolidad, sus piernas de flaco; el cardenal Scola, que parecía tener prisa (no dejaba de mirar al reloj), escondía los dedos artríticos de sus manos en los sótanos de la sotana negra con ribetes rojos.

Con el Papa ya en el Trono, dando la espalda a la gran chimenea clementina, habló el Decano Sodano, que volvió a repetir lo que últimamente tanto le preocupa, eso de que el Buen Pastor, jamás, jamás, debe abandonar a sus ovejas; preocupación loable y demostrativa de que no está dispuesto a dejar tranquilo al emérito Benedicto. El Obispo de Roma, sentado con las piernas extravertidas, acaso en exceso, y calzando unos “zapatones” negros (el “agudo” cardenal Lajolo, emérito Presidente del “Governatorato” los miraba asombrado), en su alocución, volvió a mencionar al diavolo (demonio en la homilía de la Sixtina).

Es muy interesante el pensamiento sobre Satana (el Maligno), tanto de Pablo VI (Homilía del 29 de junio de 1972) como de Benedicto XVI (Audiencia General de 21 de febrero de 2010 y conferencia de Teología Política en 1962). Sólo destacaré, por ahora, la rapidez apresurada y la reiteración de Franciscus en apuntar a Lucifer -en pagano Belcebú o Belfegor; y explicable por dos hechos: Franciscus es jesuita –en los “Ejercicios” de San Ignacio hay mucho de tentaciones y del Tentador, y el dantesco Infierno ahí está con sus demonios-; además, los argentinos, acaso Franciscus también, son, de nacimiento, apasionados por el psicoanálisis, que es, a veces, cosa de demonios y endemoniados.

            La seguridad que está manifestando el Sumo Pontífice es total, lo que revela que el apoyo en el Cónclave fue masivo por los electores, muy superior al recibido por mi bendito Benedicto en 2005; ello milagro o gracia de Benedicto, del Vaticanleaks, del IOR y de lo “otro”. También sabe el Papa que tiene el apoyo -ahí estarán- de casi dieciocho mil jesuitas, y eso, no es “moco de pavo” (perdóneseme el recurso a la ordinaria volatería). Y mientras tanto, el cardenal Bagnasco, Presidente de la CEI, afeitó su cabeza, pareciendo que allá arriba, lleva colocada una cacerola en vez de un solideo o casquete. Y mientras tanto, el purpurado español, que no votó a Francisco, ya empezó a hacer eso que se llama “de la necesidad virtud”, y es que al Conclave concurren, además del Espíritu Santo –esto con toda seguridad-, también y quizá, Satana y alguna “meiga” que, en masculino gallego, se llama “meigallo”.

Y que todo sea, como bien dijo Sodano --asimétrico, con el hombro izquierdo mucha más alto que el derecho-- en su final de saludo al Obispo de Roma: Ad multos annos, y que así sea. 

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