sábado, 12 de noviembre de 2011

COSAS DE MUJERES

Pues sí: de mujeres. Así que los lectores al periódico, esto no les interesa; entre otras cosas, porque no lo entenderían.
Esta mañana el espejo, que es el primero en darme los buenos días, me descubrió tremendas ojeras y tan mal aspecto que me dieron ganas de volver a arrebujarme entre las sábanas. Menos mal, pensé, que vivo sola, que nadie verá mi cara hasta que no pase por el taller de restauración, o más bien de reciclaje. Para colmo de males me asomo a la ventana y llueve y, por si fuera poco me duele una rodilla. Una buena ducha y… una mala idea: pesarme. El remate: la falda que no me abrocha no es que haya menguado en el tinte es que… Nada eso no os importa, forma parte de mis secretos mejor guardados. ¿Y qué demonio les pasa hoy a mi pelo? Tengo canas: una por aquí, otra por allá… Desastre. La hora se echa encima y no hay más remedio que ponerse manos a la obra. Eso ya no lo cuento porque la que más y la que menos sabe que una sombrita oscura, un corrector, un pintalabios, un rayita en el ojo…, pueden hacer milagros. La cosa va mejorando, y hasta la rodilla parece que me duele menos. Pensándolo bien… no estoy quedando tan mal. Lo menos, lo menos… me he quitado diez años de encima. Bueno, tal vez no tantos, ¿colarán tres o cuatro? Y si pongo ese suéter largo no se me notará ese estúpido michelín. No entiendo con lo poco que como, cómo puedo tener esta tripa. En realidad…, qué cené. No, mejor no hago balance, seguro que se me colaron un montón de calorías. Mañana ayuno: lo prometo firmemente. El vinito, la tortilla, el choricito que viene de la aldea…tampoco es cosa de dejar que se vaya a estropear, digo yo, lo lógico es que me lo coma; y, además, para qué demonios quiero estar delgada. Seguro que si pierdo un par de kilos me salden un montón más de arrugas. ¡Qué cruz! esto de los años, porque estoy segura que lo que engorda es la edad. No me cabe la menor duda.
¡Atrapado!, ¿qué hace, señor, leyendo esto? Son cosas de mujeres ya le advertí. ¿Qué frivolidad, verdad? Cómo somos las mujeres, que vacías, que superficiales. Tiene razón, pero puede explicarme por qué se da la vuelta cuando pasa una mujer bonita, por qué el día que una tiene el guapo subido –que alguno hay- se apresura a pavonear a su alrededor. No sé, no sé, me da la impresión que ustedes las prefieren guapas. ¿Me equivoco? Digamos bien parecidas. Pues para eso, para “presentar” bien hay que cuidarse ídem. Y ahora le voy a decir otra cosa, a nosotras también nos gustan los hombres que “presentan” bien, que se molestan en tener un aspecto agradable. Y eso no tiene que ver ni con la edad, ni con las arrugas, ni con la gordura o delgadez, tiene que ver con el cuidado personal. Es decir, si usted luce una tripita cervecera, haga lo mismo que yo: una camisa tapa todo. Que la piel de la cara arruga y arruga, tal vez una cuidada barbita (me encantan los señores con barba), y así sucesivamente. No tenga miedo señor a cuidar su envoltorio. A ustedes les gustan las mujeres bonitas y a nosotras los hombres de aspecto cuidado. Sin pasarse, claro.
Pues sí, esto no es más que un texto tonto con un contenido sin interés, pero así soy yo: normalita, del montón, de mi barrio. Con una virtud que no se me puede negar: tremendo olfato para rodearme de gente que escribe muy bien, que piensa mejor y que vuela alto. Por cierto, he añadido a blogs que sigo uno nuevo: La villa de Jovellanos, echarle un vistazo, seguro que os gustará.
Y punto final, feliz fin de semana a todo el que se asome hoy a esta ventana. Yo me he levantado tristona, y por los aires que corren se avecinan malos tiempos. Tal vez por eso escribo cosas vacías, para evadirme de la realidad que me ahoga. Vendrán tiempos mejores, espero.

3 comentarios:

  1. Eres genial acabe llorando de la risa con la rodilla y la chapa y pintura..... y por cierto y a Dios pongo por testigo que la culpa de todo la tiene edad, y tambien le agradezco a esta señorita que gracias a que cumplo años me hago mas la despistada y tengo mas recursos que antes no tenia asi que mañana me dolera en otro sitio y arreglaremos otras cosas pero seremos felices por contarlo ERES GENIAL.... ;-))

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  2. Estupendo y divertido relato. Felicidades. Soy Angel, el de la FE, no el confitero de merengues, aunque yo me dedique a leches merengadas. Hoy, que es tu día de ayuno, mi reina, te animo para que no te levantes tristona; es mucho peor y dañino acostarse tristona.

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  3. A Ángel, el del INGENIO, ¡vaya! me traicionó el subconsciente, el de la FE.
    Que sí es pastelero, aunque como ingrediente utilice únicamente sus neuronas, pergeña tremendas tartas, con guinda incorporada, que algunos engullen sin enterarse.
    Pues a Ángel, que vuela alto, según su virtud, gracias, por arreglarme el domingo con lo mejor: el humor. No tengo más que acordarme de "sus" cosas, pícaras, socarronas, y veraces, para reírme y echar fuera las nostalgias del otoño. Gracias, amigo.

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