martes, 22 de febrero de 2011

EL FUTURO ES HOY


Queda lejos aquel tiempo en el que todo lo proyectaba pensando en el futuro. Estudiaba para labrarme un futuro que decían mis padres, después trabajaba para alcanzar –también en el futuro- una posición acomodada; a renglón seguido –aunque ese “seguido” hayan sido unos cuantos años- todo se organizaba para que los hijos tuviesen una vida mejor –como si no los hubiésemos criado entre algodones, pero siempre se aspiraba a más…para el futuro, claro. Yo diría que hoy ya estoy en el futuro. O más bien que ahora prefiero que no llegue el futuro. No me apetece nada pensar en lo que debo –en el mejor de los casos- preparar para…ya saben para qué, por no repetir diré que para el día de mañana. ¿Tal vez una silla de ruedas, o… una buena residencia de ancianos? La verdad, no se me ocurren demasiadas cosas programables para ese tiempo que ha de venir –eso con suerte-, así que prefiero que mi futuro sea hoy.

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