jueves, 10 de febrero de 2011

LUCHAR POR LA JUSTICIA, artículo de VIRGINIA ÁLVAREZ BUYLLA

Yo, cuando era joven, quería cambiar el mundo. Cada vez que me encontraba con una injusticia, y era bastante a menudo, me enfrentaba como una leona. ¡Infeliz de mí! Creía que podía hacer algo y la mayor parte de las veces me estrellaba contra un muro infranqueable. Siempre he sido abogada de causas perdidas y lo peor es que no he cambiado, sigo exactamente igual. He envejecido, las arrugas se ven en mi cara, los michelines me adornan y debo reconocer que me los he ganado a pulso, disfrutando estupendas viandas con amigos y familiares. Las canas pueblan mis cabellos; bueno, en realidad, no se ven porque, como todas las mujeres mayores, soy rubia de frasco. Pero en mi interior sigo siendo la misma sufridora y luchadora contra las injusticias. Por eso me siento tan frustrada, porque pocas veces consigo mi objetivo y siempre acabo oyendo lo mismo, «Es que te metes en lo que no te llaman». «Deja que la gente solucione sus problemas». «Vale más no tomar partido». Parece que lo mejor en la vida es pasar de todo y vivir una vida con orejeras. Pues lo siento, pero no pienso hacerlo y seguiré diciendo lo que siento, pese a quien pese. Seguiré insistiendo en mi apoyo a Cascos, lo mejor que nos ha pasado a los asturianos en mucho tiempo. No podemos dejar pasar esta oportunidad y si lo hacemos vale más emigrar a una isla desierta. Creo que todavía queda alguna en el Pacífico.
Creo que lo que está pasando en Túnez, en Egipto o en Yemen puede ser una catástrofe, porque una cosa es que se pase a un régimen de libertades, deseable y necesario, y otra que los fanáticos islamistas lleguen al poder. Y me temo que eso es lo que está detrás.
Cada vez que sale a la luz una presunta estafa como lo de Riopedre y compañía se me ponen los pelos de punta, porque cosas así cada vez nos parecen más normales. Me parece que voy a retirarme a mis cuarteles de invierno e intentar luchar sólo en uno o dos frentes.
(Publicado en el diario EL COMERCIO)

2 comentarios:

  1. Amiga, te he visto luchar en varios frentes, te he visto defender cosas justas y perderlas, te he visto caer y levantarte. Y espero que lo sigas haciendo, el día que no defiendas aquello que crees justo algo malo te estará pasando, que eso no suceda. Puede que no veas el fruto de tus desvelos, pero, como mínino, serás la chinita en el zapato de quienes vulneran todos tipo de normal legales y morales. Serás, como mínimo, ejemplo para tus hijos y, aunque no nos veas, somos muchas las personas que estamos de tu lado. Y, además, yo confío en que las personas que vienen detrás, los jóvenes tan vilipendiados por los más corruptos -que no todos son botellón, ni mucho menos- tienen otros conceptos muy diferentes. Un amigo, cuando ve mi deaeperación, siempre me dice "la manera de combatirlos es no parecerse a ellos".No resuelve mucho, pero es un comienzo. Ánimo amiga. Una última cosa, me parece cuando menos curiosos que no hace nada quienes pretendían hacerte daño dijeran que eras de izquierdas, que eras feminista, etcétera, etcétera. ¿Qué dirán ahora? Son maestros de las artimañas malignas. Por cierto, ellos ahora también son de Cascos. ¡Vivir para ver!, que se dice

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  2. Pues si,la mejor forma de combatirlos es no parecerse a ellos,pero no lo digo yo,lo dijo Marco Aurelio cuyas "Meditaciones" debieran ser de obligada lectura para todos.

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