jueves, 27 de septiembre de 2012

MAESTRO A VIVA VOZ: JOAQUÍN PIXÁN


El tenor Joaquín Pixán ofrece en La Calzada una clase práctica llena de consejos y recomendaciones a cuarenta intérpretes líricos y de canción asturiana


Ignacio PELÁEZ (La Nueva España, 26/09/12)

«Un cantante no puede ser timorato. Los nervios nunca se pueden notar, hay que llevarlo por dentro». Con este consejo inició ayer el tenor Joaquín Pixán su «master class» en el Centro Municipal Ateneo de La Calzada pese a reconocer que «yo cada día salgo al escenario con más nervios». Un tenor al que las grandes voces del país respetan y admiran -«posee la mejor voz que yo haya escuchado», tal dijo de él Montserrat Caballé- ofreció una clase magistral de canto a más de cuarenta aficionados a la canción lírica y a la tonada asturiana. Unos, para alimentar sus oídos, y otros, para obtener consejos del artista de Cangas del Narcea.

La importancia de la calidad armónica de cada voz, su tesitura y volumen son elementos «indispensables», a juicio de Joaquín Pixán. «En el mundo de la tonada el volumen adquiere una importancia muy grande», sostenía ayer momentos antes de encontrarse con sus «alumnos». «No soy profesor, vengo a intentar ayudar», explicó Pixán, que, lejano de un papel de divo, dijo que «hay dar consejos siempre que te lo pidan». «De alguna manera eso es lo que motiva que yo esté aquí. Más por viejo que por otra cuestión, alguna experiencia por trayectoria de años les puede servir», aseguró en referencia a los alumnos, de variada edad, que aguardaban que el reloj diera las siete de la tarde, momento en el que comenzaron las recomendaciones, acompañadas de interpretaciones de estos incipientes artistas.

El «aula» era pequeña, «así resulta más cercano, hay más proximidad entre todos y podemos participar y hablar», señaló Pixán. A su lado, de espaldas al público, Mario Bernardo sentado al piano, un músico que acompaña con las teclas a la voz de Joaquín Pixán allá donde va. «Uno procura rodearse de los mejores», aseguró el cangués.

Los nervios de los participantes se sentían en el ambiente, más si cabe cuando Pixán sacó una lista y fue llamando a la «pizarra» a los participantes. El tenor los intentó tranquilizar: «Hay tiempo, si estáis nerviosos y no sale bien lo repetís».

«Hay gente que canta muy bien en su casa y luego no lo traslada al escenario. El miedo escénico ha sido cortapisa frecuente para muchos intérpretes que no lo han podido superar y aquello que hacían en la intimidad no llegaba al público», resaltó para intentar paliar la inseguridad de quienes acudieron a él en busca de consejo e indicaciones musicales.

Geli Suárez fue la primera alumna -interpretó «Nobody knows»- que agradeció los aplausos de los presentes para romper el hielo. Unos aplausos que fueron rotundos cuando Fernando Entrialgo y, posteriormente, Miguel Viñuela se atrevieron con palos de la canción asturiana.

Se trata de una variedad musical que atraviesa «un buen momento, por lo que veo y los datos que me llegan; es una etapa excelente de la música asturiana, no ha habido otro mejor momento que éste», dijo Pixán a la par que resaltó que «me consta que hay gente de grandes valores vocales, muy joven y eso es muy esperanzador».

No faltaron consejos para quienes se quieren dedicar profesionalmente a la música. «Es difícil triunfar en cualquier cosa en la vida, al fin y al cabo esta profesión depende de la aceptación de los demás». La clave desde la perspectiva de un músico consagrado es el estudio. «La seguridad en el escenario se adquiere cuando se estudia. Cuando uno va bien armado se vencen nervios e inseguridades», sostuvo.

Joaquín Pixán aprovechó la ocasión para recordar a uno de sus maestros, Alfredo Kraus. «Él siempre decía que no puedes hacer una nota que antes no hayas pensado, tienes que tenerla primero en el cerebro para luego recrearla con tu garganta». Es por ese motivo por lo que, como dijo a modo de recomendación última a los aspirantes, «el canto es un ejercicio intelectual», sin olvidar que, como cualquier buen deportista, la voz «hay que entrenarla todos los días».

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