sábado, 20 de noviembre de 2010

ARTÍCULO DE JOSÉ LUIS CAMPAL, PUBLICADO EN EL DIARIO "MÁLAGA HOY"




DOS CARTAS ASTURIANAS DE SALVADOR RUEDA

MANTUVO Salvador Rueda, el insigne poeta modernista malagueño, una relación cordial y atenta con Asturias, región a la que dedicó composiciones líricas, a la cual visitó varias veces y donde fue agasajado, cultivando amistades que no se marchitaron con el paso del tiempo y la mengua de su fama. Ejemplo de esto último fue el vate llanisco Félix Eduardo Gavito Pedregal (1865-1936), quien le brindó el 15 de febrero del año 1913 una epístola en verso con motivo de un viaje a la Argentina para ofrecer conferencias y lecturas poéticas. En sus once sextetos, impregnados de templanza culturalista, Félix Gavito plasma el perfil psicológico del genio malagueño y le desea una feliz singladura transoceánica, con el temor añadido que le hace, primero, rogar por que no se vaya a la Argentina de gira y, después, eludir en la despedida la palabra "muerte".Recientemente localicé dos cartas de Salvador Rueda dirigidas al inteligente escritor gijonés de corte sardónico Alfredo García García, que firmaba como Adeflor y fue un gigante del periodismo asturiano de la primera mitad del siglo XX. Ambas misivas, de corta extensión, se encuadran dentro de la estancia que el padre del Modernismo español realizó al Principado en el mes de julio de 1911, una visita que desató la admiración de los ilustrados provinciales. Así, Menendo de Piloña declara que "leyendo sus versos se oye el retumbar de los cañones, la fragorosa sinfonía del cataclismo apoteósico, se toca la plasticidad esplendorosa de la mujer soberanamente bella y se siente la dulce espiritualidad de los idilios". Por su lado, el narrador Manuel Álvarez Marrón se congratulaba de "contar como huésped de nuestras montañas al primer favorito de las musas castellanas", ya que "no dejarán las gracias infinitas que ella encierra de despertar su inspiración maravillosa".La primera carta asturiana ruedina está datada en Infiesto el 9 de julio de 1911, alude a la celebración del primer centenario de la muerte de Jovellanos y dice en sus principales párrafos lo que sigue: "A descansar vine a esta tierra asturiana, pero al verla por segunda vez, después de muchos años, vuelvo a comprender que tiene demasiadas hermosuras, demasiados prodigios naturales, para que el alma pueda permanecer tranquila. Es imposible descansar donde la sublimidad de la Naturaleza tiene mis nervios en una constante excitación. Ayer mismo he estado viendo cuadros tan grandiosos entre estas montañas, que me han sacudido fuertemente, y mis nervios, algo enfermos, no están ahora para conmociones violentas. Ya sé que la hermosa Gijón atrae en estos días la atención de toda España, con el próximo centenario. Y me figuro cómo estarán esas calles y esos hoteles de gente venida de La Habana, ¡de aquella originalísima y hospitalaria Habana, que yo adoro con toda mi inmensa gratitud!".En la segunda carta, correspondiente al día 30 del mismo mes y año, el malagueño Salvador Rueda se refiere al multitudinario homenaje de que fue objeto en Infiesto: "Tengo que dar sentidísimas gracias a usted y a toda la noble prensa de Gijón y de Oviedo, que hace pocos días enviaron distinguidísimos representantes al banquete de Infiesto. De todos aquellos poetas, escritores y periodistas se hizo amigo mi corazón. Deseo vivamente de la bondad de usted que por medio de su popular diario transmita mi infinito reconocimiento a tantas plumas insignes como me enaltecieron. Yo solo puedo repetir anegado de emoción y de eterna gratitud: ¡Gracias, gracias, gracias!".Dos muestras en prosa que, con toda justicia, engrosarán, si no lo han hecho ya, la correspondencia de un autor incuestionable en la historia del más productivo movimiento literario hispánico.
JOSÉ LUIS CAMPAL (Miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos)
Publicado el 19 de noviembre de 2010

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