viernes, 17 de febrero de 2012

AQUILES TUERO DE ROVIGO, artículo de JOSÉ MARCELINO GARCÍA

Hay días en que aparece por Gijón Aquiles Tuero de Rovigo, viejo muchacho de las mariñas de Quintes, andariego del alma, soltero cuerpo, varón y galán del Romancero asturiano, con su color de ausencia y lejanía, que se ha puesto el mundo por montera para tomar castillos. Ha vuelto otra vez Aquiles con su gran abrigo de febrero, su traje de bolsos sin fondo, sus largas piernas tan seguras, su pelo de violinista en llamas, el hijo de su madre, el chico de su pueblo, fauno con gaita para tocar con ella sueños de quintana, y dandi universal y provinciano por Madrid y Nueva York vendiendo todo lo español. ¿Dónde está Aquiles, de dónde viene?: Aquiles Tuero de Rovigo hay días en que aparece (como se aparecía Baudelaire sobre un armario a Paco Umbral) tomando café bajo un espejo del Dindurra mientras piensa en sus cosas musicales, o se le ve por Corrida con sombrero de ala caída, llovido de varios cielos. Pero, ¿está vivo o muerto? Vivo o muerto puede hablarte en inglés o en un catalán sonoro como un soprano del Liceu. Puede echarte sus baladas o cantar un fragmento de la 'Forsa', puede convidarte a comer en el Riscal, siempre con su impar elegancia. A veces, Aquiles Tuero de Rovigo tiene algo así como la triste belleza de un atrio de Iglesia en extramuros o de un jardín con ciprés, como el de Silos, al que va mucho a curar sus hipocondrías con Raúl del Pozo, que es el columnista más genial, culto y acumulado de belleza literaria de España. Entonces, vuelve a Gijón y cena en zapatillas y calcetines de dormir en casa de Rodolfo y Carmen, donde la mar de San Lorenzo tiene balcones, y luego, hasta el alba, ve películas de estaño: Quinn, Boyer, Lamas., que fueron sus amigos. Sí, a veces, le abulta demasiado el mundo y siente la nostalgia de su llosa verde, de su mar que siempre está muy perfumado y de un 'paxo' de manzanas del paraíso (que ya no existen). De este modo, repite vuelo y viene de otros países con su vagabunda humanidad. A mí se me aparece a veces bajo la adoración de las luces de la noche de Gijón, que alargan más su figura, en las inmediaciones de la plazoleta del escritor Luis Fernández Roces. Y Luis, que vive en frente y ve las cosas visibles e invisibles, se asoma a la ventana, saca su mano a lo distante y nos saluda y bendice desde su cuarto como un papa. Entonces, Aquiles Tuero de Rovigo, erguidamente con su gracia, se quita el sombrero y devuelve el saludo al escritor. Luego, desaparece bajo el dolor de la luna o el 'orbayu' de la noche. Hasta la próxima. (Publicado en el diario EL COMERCIO, 15/2/2012)

jueves, 16 de febrero de 2012

PUBLICAR TEXTOS EN BABLE

LA ILUSTRACIÓN NO PRETENDE MÁS QUE UNA SONRISA
Supongo que algunas personas que leen este espacio se extrañen  al ver  que con cierta frecuencia publico textos en bable. Adelanto que no sé bable, más allá de esas cuatro palabras que manejamos los asturianos en la vida diaria. Tampoco tengo intención de profundizar en su conocimiento, pero sí respeto a quienes lo hacen. Y ese respeto me viene de hace muchos años, cuando mi padre –con mayor o menor acierto, con más o menos conocimiento- publicaba algunas cosas en eso, en bable. Ando por los comienzos de la   década de los setenta. Entonces era yo estudiante y hablar en bable era una ordinariez. Mis abuelos procedían del campo y utilizaban muchas palabras entonces vetadas para quien aspirase a ser alguien importante en la vida. Si es que se sabe lo que eso significa exactamente. Por eso mis padres y mis profesores no dudaban en corregir cualquier palabra que no fuese estrictamente castellana. Sin embargo, mi padre, amante de lo autóctono, de lo genuinamente asturiano, fuese habla, artilugio o costumbre, se permitía publicar aquellas “Cartas a Pepín el concejal” en el diario local. Cada semana un labriego –llamado entonces aldeano peyorativamente- escribía a Pepín, ese “aldeano” metido a político y para más señas concejal, que se comportaba igual que lo hacen algunos ahora.  Aún conservo aquellos textos que hoy, 40 años después, analizo con cariño –con el cariño de una hija-. Reconozco que el bable  que utilizaba mi padre no era el que ahora está en vigor, sino el que hablaba entonces la gente corriente, de manera especial quienes se habían desplazado del campo a la ciudad. Como libro de cabecera –como diccionario- el de Apolinar y Rato que aún conservo en una edición de 1891 y algunas obritas menores de otros autores. El resto lo sacaba mi progenitor de la vida diaria, de la que transcurría a pié de calle, en el mercado, en el campo, en la aldea. Por aquellas fechas, algún periodista publicó en el diario opuesto que eso era “aldeanismo”. Me consta que a  Moro, mi padre, le dolió el desprecio, que eso era lo que quería hacerle. Recuerdo perfectamente el nombre del periodista, ya fallecido, que no nombraré: yo sí le guardaré respeto. Y decir a Dios que ahora tendrá el probín que convivir con él en las alturas..., porque allí están  los dos: mi padre porque era bueno y el inquisidor porque rezaba mucho-. Lo que son las cosas. Pese a todo, Moro,  siguió adelante, casi de la misma manera que hago yo cuando se me cruza un imbécil (¿eso no debería de decirlo?, pues lo digo y me quedo tan tranquila), que me sucede con alguna frecuencia.  Pues por ese respeto que siempre tuve a lo que escribía mi padre –insisto que probablemente hoy no pasaría el tamiz de la Academia- y porque asistí a un primer curso de bable que se impartió en el hoy CAI,  junto con Luis Argüelles que fue quien me convenció, que creo –no estoy muy segura- impartió Xuan Xoxé y que  por los resultados no debió de interesarme entonces demasiado. Con posterioridad fui testigo de muchas batallas dialécticas: bable sí, bable no. Yo ahora, cuarenta años después –casi nada- leo con verdadero interés publicaciones en bable y lamento no poder escribir en la lengua de mis antepasados. Pero como otros lo hacen, pues por eso lo publico.

miércoles, 15 de febrero de 2012

MAÑANA, XUEVES, 16 DE FEBRERU CONCIERTU NEL MUSÉU CASA NATAL DE XOVELLANOS

Mañana xueves día 16 de febreru, a les 19,30, nel Muséu Casa Natal de Xovellanos celebraráse un alcuentru d’harpistes nel que participarán con un conciertu dellos músicos, como l’harpista bretona Morgane Le Cuff y los asturianos José Jaime Rubial y Dani García de la Cuesta.
           
Morgane Le Cuff, ye una harpista moza qu’estudia nel Conservatoriu de Rennes, en Breizh, y visita Asturies y Galicia dientru d’un proyeutu d’investigación sobre música tradicional y la so adaptación a les harpes.
            Nel so repertoriu pueden sentise melodíes bretones y tamién temes d’anguaño.
Los harpistes asturianos tán venceyaos a un llargu camín dientru la música astur, tantu en grupos folk como Zapica, Dani G. de la Cuesta o de manera solista, José Jaime Rubial, como improvisador y acompañante n’alcuentros poéticos.
Interpretarán delles melodíes de los sos repertorios.
Entamen el conciertu l’Asociación Cultural Esbilla y Juventudes Musicales de Xixón
La entrada ye de baldre

lunes, 13 de febrero de 2012

TE QUIERO, AMIGO/A


No recuerdo cuando hice la última entrada a este, ya, “nuestro” blog. Pues creo es de todos menos mío. Objetivo que, a decir verdad, me agrada. Siempre me gustó compartir, tengo muy poco desarrollado el sentido de la propiedad y a estas alturas es un poco tarde para aferrarme a casi nada. Bueno, no es exacto, pues con el paso del tiempo, con los años cumplidos, cada vez me aferro más a las personas –a algunas, no a todas, aunque procuro que no se note-, también a los árboles, a mis plantas, a la brisa mañanera, a quien descubro detrás de un texto bien escrito, a la inesperada llamada telefónica de un amigo, al calorcito  en las noches de mis sábanas de franela, a muchas cosas. Nunca pensé que con las arrugas me llegaría el amor. Y aquí estoy enamorada como nunca, de otra manera, claro. Dispuesta a celebrar San Valentín, por eso quiero hablar del amor. Hasta hace muy poco despreciaba olímpicamente ese 14 de febrero que me parecía comercial, cursi, propio de adolescentes inmaduros. Pero he te aquí que quienes verdaderamente pasan –como ahora se dice- de todo eso son precisamente los adolescentes. Yo no paso. No quiero que se me escape ningún momento en el que pueda decir te quiero, en el que pueda querer, a mi manera claro ¿A quién? Bueno, eso ya me resulta un poco más complicado, porque en mi vida hay muchos quienes. Me enamoro de una conversación, de una lectura, de un libro, de quien pierde cinco minutos para escucharme, de una canción, de la alegría de la persona que  esté conmigo, del éxito de un amigo… En realidad creo que me enamoro de casi todo lo que suponga vida. Y probablemente quienes mejor me entiendan sean aquellas personas que han sido golpeadas por la enfermedad y la muerte de seres queridos, únicos infortunios importantes. Hoy soy, tal vez más que nunca una “chica de barrio”, de esas que dicen lo que piensan  aunque no sea muy correcto, de esas que no necesitan demostrar nada porque no aspiran a cosa distinta a la que tienen. Aunque reconozco que sí tengo algún privilegio: tú que me lees ahora. Santo y paciente hombre o mujer que me ofreces  tu amistad virtual, que haces pequeñas incursiones a este espacio, que  es sólo importante porque en él cuelgo tus cosas, que rescato de aquí y de allá muchas veces sin permiso. Pues a ti, amigo, amiga, te quiero. 

"CLEO", artículo de VIRGINIA ÁLVAREZ-BUYLLA publicado en LA NUEVA ESPAÑA



Cleo, mi sexta nieta y la primera niña, ha abierto los ojos al mundo. Ha nacido en un momento en que nuestro país sufre una crisis económica escalofriante, en una tierra dividida, y en general, con unos ciudadanos desilusionados con la situación, con poca fe en sus políticos y sometidos a informaciones contradictorias por todos lados. Pero yo resucito mi espíritu optimista pensando en ella y recuerdo que muchas veces se han vivido épocas convulsas y tantas otras veces hemos salido de estas trifulcas entre hermanos, propias de nuestra idiosincrasia belicosa y mediterránea. Que tantas veces la humanidad ha pasado por etapas peores, porque los hombres no cambian, y seguimos cometiendo los mismos errores que nuestros antepasados, y tantas veces hemos corregido el rumbo. 

Cleo, mi vida, afortunadamente lo único que puedes ver a tu alrededor es amor. El amor de tus padres, Silvia, mi niña, la pequeñita de la familia, que va a ser una madre estupenda, tierna, cariñosa y dulce, que nunca levanta la voz, y Seve, que te mira con arrobo, y sabe todo sobre los niños, cree él, porque ha leído todos los libros del mundo, yo no quiero desengañarle, pobrecito mío. El amor de tus abuelos, tus tíos, tus primos, que es lo más importante, es lo que te ayudará a sobrellevar las penas, a esquivar los escollos que te encontrarás en tu camino. Es inevitable, no puedo pedir que no tengas sufrimientos, que tu vida sea un camino de rosas, porque incluso las rosas tienen espinas, pero sí que con nuestra ayuda y tu fuerza los superes. 

Te miro y pienso por sexta vez cómo es posible que se produzca este milagro de convertir a una plácida señora madura en una mezcla de amor inmenso y a la vez en una leona que en su deseo de defender incluso mataría o moriría para proteger esta vida que tengo en mis brazos. Yo pensaba que había llegado el momento de permanecer en la retaguardia, en mis cuarteles de invierno, vamos. Pero, no, voy a seguir en la brecha por ti y todos mis nietos, voy a luchar y participar para que las cosas cambien. Voy a estar allí donde haga falta, incluso aunque no quieran que esté. Sé que voy a conseguir poco, pero muchos pocos hacen algo grande. 

Mi único dolor es que no me queda mucho tiempo, no voy a verte convertida en una mujer, pero sé que vas a sentir mi presencia. Yo seré esa especie de hada madrina, de defensora, esa presencia que te advertirá cuando vas por mal camino, ese consuelo y ese cariño que percibirás aunque no sepas de dónde viene. Esa vocecita que te dirá que no te preocupes, que es normal lo que te pasa, que cuando llueve aparecerá el arco iris al final del camino, que no estás sola. 

Vas a ser una mujer de valía que honrarás a todas las valiosas mujeres de la familia que te han precedido. Vas a ser una mujer orgullosa de ser mujer. Vas a trabajar por tu ciudad y por Asturias y las vas a querer tanto como lo ha hecho tu familia durante muchas generaciones. Probablemente no serás ni famosa ni rica, como sucede a muchos miembros de nuestra familia, porque serás demasiado honrada y sincera, pero no importa, serás importante para nosotros. 

Cleo es un nombre griego que significa «celebración», así que te deseo que tengas más celebraciones que vigilias, más alegrías que penas, más amigos que enemigos y más amor que desamor. Hasta siempre, mi niña, mi amor. (La Nueva España, 8 de febrero de 2012).


Nota de la bloguera: Virginia nos ha enviado a sus amigas una foto de Cleo entrañable. Yo sé que esas fotos íntimas no deben publicarse, pero me apetecía hacerlo. Busqué manera de justificarme, pensé que una foto de Virginia la he publicado muchas veces y no encontré razón para no publicar la de un ángel: la de Cleo. Si hay algún problema, la retiro.

jueves, 9 de febrero de 2012

"MANUEL, UN MACHADO NADA MENOR", ARTÍCULO DE JOSÉ L. CAMPAL, EN CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DE LA APARICIÓN DEL LIBRO "CANTE HONDO" (1912)

(Artículo exclusivo para el blog Las mil caras de mi ciudad)

Manuel, un Machado nada menor


El sevillano Manuel Machado (1874-1947) sufrió el infortunio de dedicarse a la literatura y tener por hermano, para peor mala suerte, a un gigante del siglo XX como Antonio Machado, con quien, fuera del género poético, escribió a cuatro manos un buen puñado de piezas teatrales: Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Don Juan de Mañara (1927), Las adelfas (1928), El hombre que murió en la guerra (¿1928?), La Lola se va a los puertos (1929), La prima Fernanda (1931) y La duquesa de Benamejí (1932). Antonio no sobrevivió a la guerra civil, mientras que Manuel hubo de someterse a las directrices del bando nacional, pues el golpe de Estado le sorprendió, enfermo y desencantado, en Burgos y no quiso complicarse la existencia ni jugarse el pellejo. Sin embargo, eso le estigmatizó y le orilló. A Antonio le canonizaron como indiscutido maestro y a él le reservaron un puestito de monaguillo. No obstante, esta trivialización no aguanta la prueba del siete, es un sarampión ilusorio que se cura con la lectura. Además, en su época el literato que paladeaba las mieles del éxito era Manuel, no Antonio; se referían a Manuel como «el mayor de los Machado», no como «el hermano de Antonio», que sería moneda corriente después.
En 1912 –año infausto para el hermano menor, al morírsele su esposa, Leonor– tanto Manuel como Antonio publicaron dos libros memorables. Si a finales de abril, la editorial Renacimiento sacaba de Antonio Machado Campos de Castilla, obra mítica del dolorido sentir noventayochista, unos meses antes (el lunes 5 de febrero de 1912 El Liberal anunciaba que acababa de ver la luz) Manuel Machado ofrecía Cante hondo, del que Andrés Trapiello afirmó en 1997 que se vendieron «mil ejemplares el día en que fue puesto a la venta».
Hijo de un adelantado de la investigación folclorista llamado Antonio Machado Álvarez, Manuel Machado colocó al frente de su libro –que, lo que son las cosas, sería arrinconado, dos décadas más tarde, cuando Lorca publique su Poema del cante jondo, convirtiéndose en el abanderado de esta especialidad– el oportuno y aclaratorio subtítulo de Cantares, canciones y coplas compuestas al estilo popular de Andalucía.
Ansiaba el mayor de los Machado concebir una poesía alejada de las élites culturalistas, empapada de palpitaciones humanas, dotada de ligazón ancestral, vinculada y comprometida de pies a cabeza con la sinceridad verbal de las emociones del pueblo llano, pero sin por ello desatender el rigor de estilo que como autor de ganado prestigio ya lucía y deseaba defender. Que Manuel Machado iba muy bien encaminado en sus pretensiones de enaltecer la métrica flamenca lo demuestra el que muchas de las composiciones (seguiriyas, tonás, soleares, serranas, cañas, malagueñas, livianas) de Cante hondo fueron asumidas por los cantaores, dada su espontaneidad expresiva, como procedentes del acervo popular. En un artículo de marzo de 2010, Juan Vergillos escribió en Diario de Sevilla lo siguiente, harto clarividente: «En la ristra de soleares hay al menos ocho coplas que han pasado con toda naturalidad al repertorio flamenco sin que sus intérpretes tengan conciencia de su autoría. (...) En otros casos, como en el capítulo de “Malagueñas”, vemos que algunas coplas han pasado a ser populares por otros estilos, así “La naranja y el azahar”, popularizada por Morente por tangos, o el propio Paco de Lucía y sus “Cositas buenas” que procede de este libro, aunque tal vez ni el propio Paco de Lucía lo sepa, puesto que no lo acredita. (...) Del capítulo “Soleariyas” anotamos una letra, “Ay, perdonadme por Dios”, cantada por Morente en algún recital, aunque aún no la ha registrado en disco. De “La ausencia” también anotamos un fragmento cantado por Morente en el disco Niño Josele, del tocaor almeriense. De las “Tonás y livianas”, Camarón usó una de las coplas en la introducción de la bulería “Na es eterno”, de nuevo sin acreditar».
Como recordatorio del gran literato que fue y seguirá siendo Manuel Machado, recojo de ese libro un vivaracho poema de asunto amoroso titulado “El querer”, resistente a los embates de modas y tendencias que se han sucedido a lo largo del último siglo:

En tu boca roja y fresca
beso, y mi sed no se apaga:
que en cada beso quisiera
beber entera tu alma.

Me he enamorado de ti;
y es enfermedad tan mala,
que ni la muerte la cura,
según dicen los que aman.

Loco me pongo, si escucho
el ruido de tu falda;
y el contacto de tu mano
me da la vida y me mata.

Yo quisiera ser el aire
que toda entera te abraza;
yo quisiera ser la sangre
que corre por tus entrañas.

Son las líneas de tu cuerpo
el modelo de mis ansias,
el camino de mis besos
y el imán de mis miradas.

Siento, al ceñir tu cintura,
una duda que me mata:
que quisiera, en un abrazo,
todo tu cuerpo y tu alma.

Estoy enfermo de ti;
de curar no hay esperanza:
que, en la sed de este amor loco,
tú eres mi sed y mi agua.

¡Maldita sea la hora
en que penetré en tu casa,
en que vi tus ojos negros
y besé tus labios grana!

¡Maldita sea la sed,
y maldita sea el agua!...
¡Maldito sea el veneno
que envenena y que no mata!

RODRIGO OLAY participa mañana en los Encuentros Poéticos en el Antiguo Instituto


Centro de Cultura Antiguo Instituto. Viernes 10 de febrero a las 20.00 horas
Rodrigo Olay (Noreña, Asturias, 1989) estudia Filología Hispánica en la Universidad de Oviedo. Su ópera prima, Cerrar los ojos para verte(Universos, 2011), resultó merecedora del Premio «Asturias Joven» de Poesía en 2010. Ha sido incluido en las antologías Una música, un rumor y un símbolo, El triunfo de la muerteyFrondas de fuego. Catálogo del III Encuentro Nacional de Poesía Joven «La Ciudad en Llamas». Sus versos han aparecido en las revistas Hesperya, El Alambiquey enEl Cuaderno,suplemento cultural de La Voz de Asturias.Colabora regularmente con Clarín. Revista de nueva literatura.
Presenta: Javier Almuzara
Música: Dani García de la Cuesta
Organiza: Asociaciones culturales “Encadenados” y “Versos Libres"

miércoles, 8 de febrero de 2012

"GÉNESIS DE UNA ODA A JOVELLANOS", articulo de CUCA ALONSO publicado en LA NUEVA ESPAÑA


Joaquín Pixán presenta hoy en el Ateneo Jovellanos su trabajo de homenaje al prócer, para el que contó con notables colaboraciones literarias y musicales




CUCA ALONSO Si el propio Jovellanos hubiera podido diseñar la oda que en su homenaje se presenta esta tarde en el salón del Ateneo Jovellanos (19.30 horas), sin duda hubiera elegido a los mismos que dos siglos después han tenido la feliz idea de realizarla. Todos asturianos, todos artistas de primer orden en su respectiva especialidad, hoy unidos en una bella causa: la de poner un sello de oro al bicentenario del vecino más ilustre que ha dado la villa. Pero como las iniciativas no surgen de las ramas de los árboles, o de las luces del amanecer, era preciso preguntar sobre la génesis de ésta, retroceder caudal arriba hasta descubrir a la madre del río. Y ahí, entre las brumas del desconocimiento nos topamos con un nombre, Joaquín Pixán. «Yo siempre he sido un artista en la búsqueda de espacios poco frecuentes y el bicentenario de Jovellanos me pareció una buena oportunidad para elaborar un producto de gran calidad, que le rindiera homenaje en clave musical y literaria». Así se inició la historia, aunque el propio Joaquín Pixán reconoce que más le hubiera gustado que el proyecto partiera del Metropolitan Opera House de Nueva York, por ejemplo, o sin ir tan lejos, de los organismos oficiales asturianos. «Pero las instituciones no están para estas cosas». De manera que su propia empresa de gestión se puso en marcha. La idea era conseguir una obra con proyección de futuro, que no fuera flor de un día, construida con los mejores mimbres asturianos. El primer paso fue buscar un escritor para la elaboración del texto. Joaquín Pixán indagó; Pedro de Silva le dio la clave: Antonio Gamoneda. Un poeta grande, un asturiano antiguo, un hombre de fácil acceso. Aceptó. Los versos del inicio son una joya. «Eres un clavo de oro / en la conciencia lívida de España. / Eres la melodía del silencio, / la cercanía de las lontananzas». 

Sobre el texto había que escribir la música. Se pensó en Jorge Muñiz, por supuesto otro asturiano, aunque formado y residente en Estados Unidos; en la actualidad es jefe del departamento de música de la Universidad de Indiana. «Ha hecho un trabajo soberbio, con clara vocación universal; la música cuando quiere trascender tiene un lenguaje muy especial. Y lo importante en este caso es que la música está pegada al texto», señala Joaquín Pixán. De otro modo, Jorge Muñiz conoce muy bien la orquesta, nuestra OSPA. Aun así, hizo que le enviaran la plantilla; cuántos violines, cuántos chelos, cuántos oboes... A su vez, el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias es otro viejo conocido en la dilección de Jorge Muñiz. 

«Oda a Jovellanos» consta de tres movimientos, una duración de treinta minutos y se ha escrito para tenor solista, coro mixto y orquesta. Pero, ¿quién habría de alzar la batuta? Intencionadamente se buscó a un gijonés, Oliver Díaz, un hombre que ofrece un perfil magnífico como director; su gran autoridad musical no calza con su juventud. Frente a él, la orquesta, el coro y la hermosa voz de tenor de Joaquín Pixán, el narrador de toda la obra. Comenzaron a hilvanarse los primeros ensayos y hubo un instante en que los versos de Antonio Gamoneda decían: «Pronto te llevó el destierro / a la cartuja lejana. / Fuiste rehén del silencio, / cautivo de la añoranza». Y fue entonces cuando el espíritu de Jovellanos llenó la escena, sostenido de una sola palabra: añoranza. Desde el Castillo de Bellver, añoranza de Asturias en todas sus dimensiones, aire, verde, bosques, olas... Era preciso hacer un alto en el camino para escuchar los suspiros melancólicos de Jovino, darles respuesta. Así, al final del segundo movimiento, cuando nadie lo espera, surge la tonada. «Que me oscurece, / ay de mí, que me oscurece / a la baxada del monte. / Maruxina de Los Llanos, / dame posada esta noche». Sin duda ha de ser el momento de mayor emoción. 

Pixán reconoce que este proyecto de la «Oda a Jovellanos (cantata) y canciones de su tiempo» le sirvió para acercarse a la figura del prócer, conocer la época en que vivió y al mismo tiempo, con relación a su propio arte, recuperar sonoridad y unos niveles vocales que hacía tiempo no frecuentaba; no es lo mismo cantar acompañado de un piano que de una orquesta, ni tampoco hacerlo con una orquesta de cuatro amigos que con la OSPA, valorada ésta como una formación de primer nivel. La grabación de la obra se completa con varias canciones del tiempo de Jovellanos: en la presentación de hoy, Joaquín Pixán interpretará tres, compuestas por Mariano Rodríguez de Ledesma. Por su parte, el Ateneo Jovellanos, como ha manifestado su presidente, José Luis Martínez, se siente orgulloso de ser el anfitrión de este acontecimiento que remata el gran trabajo que la entidad ha dedicado a celebrar el bicentenario de Jovellanos, ofreciendo once conferencias y la realización de una película. (LA NUEVA ESPAÑA, 8/02/2012)

martes, 7 de febrero de 2012

MAÑANA MIÉRCOLES SE PRESENTA EN EL ATENEO JOVELLANOS LA "ODA A JOVELLANOS"

"ME INTERESÓ JOVELLANOS COMO PERSONA"




Pone su poesía al servicio de una cantata. Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) firma la letra de 'Oda a Jovellanos' que mañana se presenta en el Ateneo Jovellanos. Un trabajo por encargo, en equipo, diferente a los que acostumbra pero que le tiene encantado. Dice que la música de Jorge Muñiz impulsa sus palabras y las agranda.
-¿Cómo se metió en este lío?
-La idea promotora es de Joaquín Pixán. Él se dirigió a mí proponiéndome que hiciera la letra para la cantata a la que pondría música Jorge Muñiz. Yo en principio no me sentía muy animado, no por la naturaleza del proyecto, sino porque no suelo escribir de encargo y sobre un tema dado.
-¿Le costó decir que sí?
-Lo que pasó fue que, aún sin haber dicho que me comprometía a hacer esa escritura, empecé a hojear a Jovellanos. Con independencia de que ya tenía antigua noticia de la personalidad de Jovellanos, sus diarios y algunas partes de su correspondencia me dibujaron una personalidad realmente atractiva. No solo eso, sino también, de alguna manera, cercana al que puede ser mi pensamiento. Estaba ya muy cerca de hacer mía la idea de la cantata y dije que sí.
-Sí, fue un trabajo que hubo de hacerse en comunicación con el compositor, porque naturalmente en ocasiones él tenía que adecuar la música a la rítmica de mi escritura y viceversa, también yo debía procurar la rítmica de la palabra a la música. Pero esas dificultades fueron, por tanto, mejor o peor superadas. Después el trabajo continuó en la grabación del disco ya con actuación de orquesta y coro además del tenor. Porque incluso en el acto definitivo de la grabación también se dio alguna pequeña ocasión en la que conviniese todavía alguna modificación por una u otra parte. Fue una experiencia muy interesante para mí la de advertir la técnica de los músicos para incorporar la palabra a su trabajo.
-¿Cómo suenan sus palabras?
-El cómo yo no puedo decirlo porque necesitaría de unos conceptos musicales de los que no dispongo, pero lo que sí puedo advertir es que hay una adecuación y una potenciación de la palabra por parte de la música que la hace mucho más sensible y significativa de lo que imaginaba.
-Dígame, ¿qué imaginaba y qué ha resultado ser?
-La incorporación de la música es siempre una sorpresa, pero como le he dicho yo hice mi letra procurándole una estructura rítmica, y posteriormente advertí que tanto en su aspecto sensorial como significativo mi escritura dejaba de ser escritura para ser algo mucho más directo, intenso en relación con el sentido de la audición, en el orden de las significaciones, es decir, mi letra resultaba potenciada a extremos imprevistos por mí y potenciada por la música. Todo ello ha sido una satisfacción grande. Me alegra mucho haber aceptado la propuesta y ahora estoy en la situación de confiar en que los oyentes, principalmente asturianos, porque además esta es una obra de asturianía, le den el visto bueno. Tanto los ejecutantes como los autores, todos somos asturianos y esta asturianía plenaria es un hecho que me gratifica.
-La escritura es un acto de soledad y sin embargo en esta ocasión usted ha tenido que trabajar de una manera muy diferente.
-Pues sí. Hemos hecho todo tipo de comunicación incluso una conversación a tres voces en Madrid, Nueva York y León por esos medios que yo no entiendo.
-¿Le ha resultado difícil abandonar esa soledad?
-Digamos que yo he tenido que crear mi soledad. Otra cosa es que después hubiera aspectos que teníamos que conjuntar y hacer compatibles y armoniosos entre sí. Es cierto que esas modificaciones, que no fueron muchas, en alguna ocasión se vieron instantáneamente y en otras tuve que llevarlas a mi soledad. En la poesía siempre hay que llegar a una situación de plenitud solitaria incluso cuando se trata de una escritura no solitaria en sus fines y en su espíritu, sino solidaria.
-¿Ha descubierto a otro Jovellanos al abordar este proyecto?
-Me interesaron particularmente los diarios. Con independencia de las ideas sociales, del sentido de la ideología ilustrada y generosa, en los diarios aparecen las pequeñas cosas de cada día. Este aspecto traslada al ideólogo, al hombre de acción, al político, al pensador social, a un espacio de humanidad, del nivel de la que podemos tener cada uno de nosotros en las cosas de cada día. Esta humanización me hizo más sensible no ya a la personalidad sino a la persona.
-¿Y su retrato va por ahí? ¿Cómo es el Jovellanos de la cantata?
-Sí, pero la poesía no debe ser explicada porque a veces explicándola se la destruye. También me refiero a aspectos relacionados con su sentimentalidad, su manera de contemplar la cercanía de otros seres humanos y quizá también sea significativa su relación estética con la naturaleza. Por tanto, mi trabajo atañe más a la persona que a la personalidad, me interesó sentir a Jovellanos como persona.
-¿En qué proyectos anda metido?
-Ando metido en demasiados asuntos. Y digo demasiados pensando en que no pueda ser bueno estar en tanto. En los últimos cinco o seis años he viajado muchísimo y mi escritura se ha resentido, no había tiempo para ella. Pero ahora estoy tratando de avanzar tres libros simultáneamente. Uno de ellos está finalizándose, el otro sobrepasada la mitad y el tercero apenas está empezando.
-¿Nos puede adelantar algo más?
-Uno de ellos es 'Canción errónea', que ya lleva dos años de retraso en relación con mi promesa al editor. El que está mediado es un libro que me atrae mucho, pero quizá por eso va más despacito, en el que trabajo con el poeta y pintor Juan Carlos Mestre. Es un libro en el que yo he de escribir sobre sus dibujos, pero encima, yo pongo la pluma encima de sus dibujos y escribo. Será un libro de tirada corta. En poesía estoy con esas dos cosas. Y lo que apenas tengo iniciado es el segundo tomo de mis memorias, que abarcaría desde el día después de cumplir los 14 años hasta el 31 de agosto de 1959.
-¿Cuándo se publicará el primero de ellos?
-Voy a procurar en diez o doce días irme a una isla para atar los cabos de 'Canción errónea' para poder dárselo antes de finalizar primer semestre de este año al editor.
-¿Se publicará este año?
-Yo espero que sí.

(Entrevista  de Mari Fé Antuña publicada en EL COMERCIO, (7/02/2012) 

lunes, 6 de febrero de 2012

McLintock en el CENTRO MUNICIPAL LA ARENA, versión n' asturianu, el próximo viernes


El viniente 9 de febreru, xueves, a les 19 hores, va proyectase en Xixón la versión n’asturianu del llargumetraxe McLintock, protagonizáu por John Wayne y Maureen O’Hara. Sedrá nel salón d'actos del Centru Municipal Integráu de L'Arena, allugáu na cai Canga Argüelles 16-18, baxu. Previo al pase, fadráse la presentación del DVD cola película, publicáu por Gonzali Producciones. La entrada ye llibre.

McLintock estrenárase en 1963. Tien una duración de 127 minutos. El director foi Andrew V. McLaglen, con guión de James Edward Grant, fotografía de William Clothier y música de Frank DeVol.

Nel so repartu figuren, ente otros, John Wayne, Maureen O’Hara, Yvonne de Carlo, Patrick Wayne, Stefanie Powers, Jack Kruschen, Chill Wills, Jerry Van Dyke, Edgar Buchanan, Bruce Cabot, Leo Gordon, Robert Lowery y Hank Worden.

El doblaxe asturianu ta fechu por Gonzali Producciones, con un repartu integráu por Antón Caamaño, Mayra Fernández, Fernando Marrot, Eladio Sánchez, Arantxa Fernández, Carlos Alba, Norberto Sánchez, Ana Díaz Morán, Carlos Novoa, Fernando de Luxán, Alberto Álvarez Peña, Rodrigo Alba, Armando Felgueroso, Inma Rodríguez, Carlos González, Ruth González, Marcos Nogueiro, Hugo García, I.G. González, Marisa López Diz, Jéssica de la Paz y Carlos Rodríguez. El director de doblaxe ye Antón Caamaño.

SinopsisGeorge Washington McLintock (Jhon Wayne), ye un terrateniente d’Arizona con unos caducos principios basaos na rudez y el machismu, y que tarrez la llegada de colonos. Al empar, produzse la vuelta de la so muyer, Kate (Maureen O’Hara), que lu dexara por nun soportar les costumes del oeste y agora torna col enfotu de llevar a la so fía a un sitiu más civilizáu. A partir d’esi momentu, van asocedese les engarradielles ente dambos, lo que va provocar situaciones cómiques, agravaes pola contratación d’una nueva y guapa cocinera na facienda (Ivonne de Carlo).

El versionáu a la nuestra llingua de McLintock tien una subvención menor de la Conseyería de Cultura del Principáu d’Asturies.

Esti actu ta entamáu por L’Arribada y cunta cola collaboración de Gonzali Producciones.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA:

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Asociación Cultural L'Arribada

viernes, 3 de febrero de 2012

"VIVIR EN GIJÓN", artículo de JOSÉ MARCELINO GARCÍA

Como tantos, uno (que no lo nacieron aquí) vive desde hace muchos años en esta ciudad rojiblanca, vieja, novísima y cortés, templada de clima (con algo también de zarza ardiendo en sus hornos de arrabio, donde hierve el hierro), perros felices, caras de gente por siempre repetidas o de razas nuevas, pantalana de velas y trinquetes de antiguos señoritos de la cosa y del ladrillo: un Gijón jovellanizado, a veces, y todavía un punto carantoñero, con su grisalla de trabajo y paro, pero siempre con los manteles puestos para los visitantes. Capitana de las noches clamorosas en sus bares, chigres y mancebías para el pecado nocturno, es Muro por donde camina, a veces doblado el nordeste y La Escalerona que lo baja a su Ganges salado donde se lustra y deposita sus cenizas. La gente que llega (lo decía la escritora Sara Suárez Solís) encuentra aquí más libertad, más alternancias y menos fingimientos. Y va sabiendo que la flor de la libertad mejor soñada brota, sale, aparece cada mañana por la raya del horizonte. Le nace la mar a Gijón como una marea que va creciendo (de ola en ola) hasta llegar a convertirse en su respiración misma, en símbolo de su coraje y su amor. Amarrada a esta mar, prendido a ella, Gijón atraviesa cada día sus honduras, recorre y pisa descalzo el cuerpo liso de su playa canela y mira desde ella al mundo de muchas maneras. Habla de sí mismo a través de hermosos bables, del castellano de sus escritores y poetas, del hierro y la piedra de sus trabajadores y artistas, del arte de sus pintores: verdes evaristos, ocres maroleros, árboles, paisajes y flores de Piñole, marinas de espuma y agua de los abades. Con todas esas hablas, con todas esas voces, con todas esas manos, expresa esta ciudad su dolor, la risa, el amor, sus bellezas, las luchas y esperanzas. Cosido a sus vecinas tierras con raíces de castaño y de pomar, tiene Gijón un propio humor quevediano de ciudadela antigua (proletaria y marinera). Humor 'playu', cáustico e ingenioso, erótico y mordaz de 'Nordestín' y 'Dascoite': Puro humor gijonero, vacilón y villano de Arturín, el nuestro. Y con el oro y el hierro de lo viejo y lo nuevo, de lo de aquí y de allá, Gijón confecciona este decano EL COMERCIO que pone cada mañana en nuestras manos cuando el cielo regresa transportando el alba. Un periódico forjado en las fraguas de su vida. Un viejo amigo que debes leer con devoción y doblar siempre con mano suave y cariñosa.
(Publicado en EL COMERCIO, 01/02/2012)

miércoles, 1 de febrero de 2012

25.º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE UN INTELECTUAL DE CUERPO ENTERO: "LUCIANO CASTAÑÓN Y LA LLITERATURA ASTURIANA", CONFERENCIA EN BABLE DEL INVESTIGADOR JOSÉ LUIS CAMPAL (M.C. DEL RIDEA)



Retrato de Luciano Castañón, obra de Tejerina (Cortesía Familia Castañón)

La insobornable voluntá d’espardimientu y intercambiu arriquecedor contornió’l devenir intelectual d’un home d’imparable vocación cultural como foi’l xixonés Luciano Castañón Fernández (1926-1987). Nun-y bastó con facer investigación folclórica, etnográfica, paremiolóxica y bibliográfica; nin tampoco con dexar asoleyaes noveles, cuentos, poemarios, una pieza teatral, biografíes de pintores y milenta collaboraciones de crítica d’arte. Camentaba que la lliteratura había, sí, que tallala en solitariu nel silenciu del despachu, alloñáu’l creador d’interferencies, pero vía perñidio qu’ensin un canal pa compartila yera xera valera y amarguxa. Aguiyáu por esi determín, en 1966 Castañón entamará a redactar, en castellán, una fueya selmanal nel diariu uvieín Región, onde dir dando anuncia de tolo qu’arrodiaba l’impuru universu d’escritores y llibros, una estaya qu’empicipió’l 27 de febreru d’aquel añu y que caltendrá con regularidá fasta’l 28 d’ochobre de 1979, coincidiendo cola llegada a la direición del periódicu católicu de Juan de Lillo. La páxina, dende payares de 1979, sustituyóla Región por otra denomada “Cultura asturiana” na qu’escribíen, ente otros, Ramón Baragaño y Belarmino Prada González.

La páxina de Castañón bautizóla’l periódicu de Ricardo Vázquez Prada de primeres como “Letras” y depués pasó a nomase, pero ensin continuidá, “Página literaria” o “Tiempo de leer”, anque acabó retomando la cabecera inicial y, a partir de febreru de 1977, llámase, nel trancu postreru del suplementu, “Literatura”. Salía los domingos, anque apaeció de xueves dende xunu de 1975 fasta xineru de 1976. A la firma de Castañón, única d’entrada y demientres varios meses, acompangáronla depués, masque con intermitencies, otres como les de Carlos Álvarez, Juan Manuel Pendás Benito, Ramón García de Castro, Antón Rubín, José María Usera, María Nieves Castañón, Pedro de Lorenzo, G. Lombardero, José M. F.-Pajares, José Antonio Burriel o José López Martínez, pero sedrá’l so más constante escuderu, Víctor Alperi, quien se fexo responsable d’estayes más duraderes como foron les entitulaes “Escritores españoles”, “Novelistas del día” y “Glosa literaria”; l’escritor mierense vendría a constituise nun llaboriosu complementu pa los petites divulgadores del artífice y coordinador Chano Castañón.

L’esquema de la páxina definíalu la cenciellez y sofrió poques variaciones nos cuasi sos catorce años d’esistencia: un testu llargu, una retafila de reseñines de les novedaes lliteraries, un garapiellu de notes curties pero xugoses que llamó “Correveidile” y, dacuandu, retayos poéticos d’autores d’España y d’Hispanoamérica embaxo’l rótulu de “Poesía joven” o “La poesía”, un apartáu nel que van velar les sos primeres armes poetes de la rexón como Alejandro Cuesta o’l zamoranu Felipe Prieto, ún de los primeros representantes del Surdimientu y el cualu, al poco d’apaecer la fueya, ufiértamos el so autorretratu nun sonetu de pesimismu rabiosamente socialrealista.

Los artículos llargos acabaron por adoptar la cadarma d’analís monotemáticos; asina tenemos, por exemplu, la reseña de llibros como Entre manzanos, de Alfonso Camín, o Más poemas de Llanes, de Celso Amieva, de los qu’anota que «añoran la emulsión de días y de hechos concitando al poeta para que plasme la plástica remembranza, haciéndola dúctil al tacto del oído y al contacto del corazón». Por embargu, los primeros años de la páxina emplegó Castañón estos testos, non pa facer comentarios d’asuntos d’hestoria lliteraria (fai alcordanza de la muerte d’Ignacio Aldecoa y de la rellación de Galdós con Asturies o traza semblances reivindicatives d’eruditos como Eduardo Martínez Hombre, Adolfo González Posada, Feijoo, Enrique García Rendueles, Roque Pidal, o Xulio Somoza), y somanera de novedaes llibresques o d’esposiciones plástiques (Marola, Úrculo, Piñole, Alejandro Mieres, César Montaña, Vaquero Turcios, Luis Fernández o Aurelio Suárez –al que tien pol pintor surrealista más importante d’España–, ente otros), sinón p’amosar los sos porgüeyos como autor activu al traviés d’una estructura mista que conxuga la socioloxía ficcional cola fábula del cuentu (des)moralizante, los diálogos teatralizantes con personaxes que son una ampliación de les sos esmoliciones y la reflexón crítica escontra los vicios qu’afueguen l’exercitamientu del oficiu d’escritor ensin pilancos. Anque neses incursiones nun va faltar una modalidá bien querida pol autor: les estampes de les sos caminates peles montañes y aldegues la rexón (Bulnes, Ballota, Vega de Poxa, Cuadonga, el llagu Ubales, el Sueve, o Peñamayor faen cola equí), los motivos que toca avísenmos d’una taraballera enforma concreta y que anguaño sedríen materia d’esame: los encontos del escritor, la vocación, l’entusiasmu descomanáu por tolo foriato, los concursos de duldosa solvencia/decencia y la compraventa votos del xuráu (ún de los artículos titúlase “Compro, vendo, cambio”), les feries del llibru, los ex-libris, los disgustos y allegríes que-y da la so pasión bibliófila (qu’él llama “bibliomaníaca”), les ediciones llimitaes como rempuesta a un mercáu ensin salides, les estrenchures económiques y el despreciu que padez l’escritor, al que nun se-y retribuyen los trabayos que-y encarguen; lo muncho que cuesta facer lliteratura serio, les tertulies como reductu, el fomentu de la llectura, l’arribismu y el silenciamientu del valir por mor de les presiones grupales, el rebuscu nos rastros madrilanos y la caza d’exemplares non veniales nes imprentes d’Asturies, el reconocimientu tardíu na vieyez, eicetra. Un sucedáneu curiosu ye’l de los diálogos ente llibros o ente personaxes d’obres lliteraries perconocíes.

Dientro la seición “Correveidile”, que más alantre tendrá otros epígrafes como los de “Notas literarias” o “Escaparate”, Castañón informa de concursos y congresos, reseña publicaciones venceyaes con Asturies y lo asturiano, avanza proyeutos en marcha d’escritores del Principáu y alcuérdase d’aniversarios d’autores perdixebraos como Baroja, Baudelaire, Bécquer, Machado o Dante. Por embargu, el tonu templáu nun destierra l’ácidu sarcasmu, como fai’l 6 de marzu de 1966 cuando tres dramaturgos nacionales (Antonio Gala, Gómez Arcos y Emilo Romero) protestaron con fuercia escontra los críticos que-yos dieren lleña, a tolo cual Castañón entrúgase lo que vien darréu: «¿Merecerán el nombre de ingratos dado que cuando en ocasiones anteriores fueron ensalzados por los mismos críticos no manifestaron tan publicitariamente su deudor agradecimiento?».

Nel requexu dedicáu al versu –que prodigaráse fasta mitá de los años 70– dirá enxertando Castañón composiciones orixinales, mayoritariamente en castellán: abondoses son les roblaes por Andrés García García, Tino Castaño o Fersoca, amás d’otres puntuales d’autores conocíos nel ámbitu rexonal (Florina Alías) o desconocíos (Mª del Carmen Alonso), y otru puñáu de poemes diversos sacaos de llibros acabantes de publicar. Del mesmu mou, anque en cantidá menor, l’asturianu ta presente nos sonetos retratistes de Luis Aurelio –pertenecientes a la so serie “Xente de casa”– y en composiciones de Constantino Cabal (“El madrigal de la boca”, de L’alborá de los malvises), José Fernández Obaya (“Viva el tiatru asturianu”) o Matías Conde (“Les armes del asturianu”, de Sol en los pomares).

Otres seiciones que dirán cristalizando col correr de los años sedrán les dedicaes a la recensión de llibros y revistes lliteraries (ente les publicaciones asturianes, informó d’El Cuélebre Literario y d’El Glayíu) de les que Castañón faise ecu, y les munches entregues d’aforismos nes qu’el xixonés va sacándo-yos tou’l xugu connotativu a conceutos y definiciones, una modalidá a mediu camín del reflán y la greguería, y que Castañón atropará nun fargatáu de xeneroses series como: “Parecido pero diferente”, “Mentiras”, “Definiciones enhebradas”, “Sílabas impávidas”, “Más fraseología”, eicetra. Son pildorines sentencioses afitaes na insolitez del contraste y les combinaciones sospresives, microdescripciones d’asuntos perfechamente sintetizaos nos encabezamientos e inclusu de finxu llíricu: “Musiquería”, “Ballet”, “Gente, gente, gente”, “Playeando”, “Hospital”, “Un poco de café”, “Como”, “Crítica literaria” son los títulos de dalgunes, que Castañón bautizare n’otru llau como “bobadines”, “quisicosas” o “sinsustancialidades”.

La lliteratura fecha por autores asturianos en castellán atenderála Castañón al recoyer lo que van algamando escritores de la rexón de toles époques y tendencies estétiques como: José Antonio Mases, Concha Suárez del Otero, Juan Uría, Manuel Arce, Cándido Sánchez, José Manuel Castañón, Ángel González, Héctor Vázquez Azpiri, Dolores Medio, José García Nieto, Carlos Bousoño, Pérez de Ayala, Manuel Pilares, Juan José Plans, Ovidio Gondi, Luis Fernández Roces, Emilio Pola, Jesús Castañón, José Luis Martín Vigil, Xovellanos, Óscar y Mauro Muñiz, Javier Vallín, Ana de Valle y un perllongu eicetra nel qu’ocupa llugar cimeru Alfonso Camín, pos alrodiu del poeta de La Peñuca afayamos media docena d’artículos de Castañón sobre la urxencia d’asitialu onde se merez. Acusa a la sociedá asturiana d’afondigayalu nel olvidu depués de tener fecho d’él bandera política mentantu vivió esiliáu en Méxicu’l prolíficu epígonu del Modernismu. Ponmos como exemplu un homenaxe’l 15 setiembre de 1978 nel Atenéu Xovellanos de Xixón nel que Castañón participó xunto a Patricio Adúriz y Senén Guillermo Molleda: «Causó una impresión decepcionante por la escasa asistencia de público. Las sillas vacías clamaban la injusticia que se estaba plasmando con el escritor más prolífico de Asturias, y el más expresivo, literariamente, de esta región». Y dispara ensin atayos escontra «quienes hace años enarbolaban su nombre como si fuera un pasquín de protesta, ahora lo abandonan y ni se dignan dedicarle tres cuartos de hora» (1-X-1978).

Polo que cinca al panorama de les lletres llariegues que l’estudiosu xixonés dibuxa, nun discrimina unes corrientes en favor d’otres, y asina los sos afalagos empobínalos tanto al xéneru poéticu y dramáticu como al prosísticu, y tanto a escritores d’entesieglos (Fabricio, Pepín de Pría, Pepín Quevedo) y de posguerra (Emilio Palacios, José Campo, García Oliveros) como a mozos que tan espoxigando como Nel Amaro o Felipe Prieto, de quien aplaude, en marzu de 1968, los sos «poemas testimoniales» de «fondo social», onde s’eliminen «todo matiz humorístico o detalles que minimizaran su fondo», escribe Castañón anticipando les señes del primer Surdimientu, entá sin conformar.

L’amor polo asturianu embúrrialu a llamar la atención sobre inéditos como’l poema al conde de Campumanes –que publicaría, andando’l tiermpu, l’Academia de la Llingua Asturiana– y un diálogu en bable que se recueye nun cartafueyu de 1858 fechu pa festexar una visita real a Avilés (20-V-1979); o mesmamente a denunciar l’abandonu d’edificios con hestoria lliteraria, como la casa ñatal en Prendes d’Antón de Marirreguera, tapecida, escribe Castañón, por «una enmarañada trama de escayos, tan propicios, además, a proliferar» (22-I-1978).

Un llamentu recurrente en Castañón, al tratar d’ediciones n’asturianu, ye’l de la desidia tipográfica y ortográfica, que nun-y duel sorrayar. Al reseñar la recopilación de poesíes de Pepín Quevedo fecha pol IDEA diz que «es de lamentar el descuido que existe en las poesías recogidas en el tomo, con impropiedades en acentos, apóstrofes y elusiones de vocales». Y tres cuartos de lo mesmo atopamos na glosa que fai d’una edición de Pepín de Pría.

En poesía contemporánea, Castañón avérase a les produiciones de José Campo, García Oliveros, Ángel Pola y Bernardo Guardado. El llibru Per les caleyes d’Aller, de José Campo, resúmelu diciendo que son poesíes chispeantes y populares nes que desenrolla «argumentos basados en costumbres, dichos, cantares, querencias, la caza y pesca, las faenas campesinas o lugares del concejo allerano» (30-VI-1968). A propósitu de la reedición de los Cuentiquinos del escañu, del mélicu y bibliófilu naviegu Antonio García Oliveros, Castañón afirma que les pieces poseen «gracia nerviosa» amás d’un «cuidadoso bable, dos aspectos propios de quien hace lo que se propone, con fe y conocimiento de causa», calificándo’l so llinguaxe como «dimanante de un genuino venero» (4-VII-1971). Al reseñar Perdones de la romería, d’Ángel Pola, apunta Castañón que los sos monólogos destilen «la sugestividad de lo popular» (9-IV-1972), y del avilesín Bernardo Guardado comenta dos obres (Coses y cosadielles y Cantando a Asturias), afirmando dél que «sabe conjugar su preocupación por la lengua vernácula con el aliciente de refrendar los rasgos fundamentales de vidas y argumentos de su villa», y que lo fai con versos enllenos «de humor y de ingenio» (23-X-1975).

Ente les recuperaciones poétiques, recueye les de Pepín Quevedo, Antón el Chiova y Pepín de Pría. La Poesía (en bable) de Pepín Quevedo xúlgala Castañón como «poesía sin complicaciones, anecdótica y amistosa, chistosa y halagadora», y qu’usa «del verso en su estricta manifestación cómica» (2-VII-1972). Na mesma veta entraríen los Versos d’Antón el Chiova, asoleyaos con un entamu de José León Delestal pol Ayuntamientu Llangréu, y al que define como autor «que sabía conjugar la gracia y la modestia» (3-IX-1972). La espublización de Nel y Flor (Cuento idílico en verso), de Pepín de Pría, paez-y preñada, y ye otra vuelta una opinión adelantada de Castañón a lo que cree la crítica académica actual, d’un «saturador lirismo» y un «depurado bable en infrecuente convivencia» (13-VIII-1972).

Nel apartáu prosísticu, fala Castañón de la traducción de Fernández de Castro del Evanxeliu según San Mateo y de testos filolóxicos y eruditos como’l Nomenclátor en bable, de Juan Santana y les tesis doctorales d’Ana María Cano y Victoria Conde El habla de Somiedo (15-IV-1979) y El habla de Sobrescobio. Ehí atopa sitiu Castañón pa confesar en público que ta sentíu porque nun se citen investigaciones de só. Nel casu del llibru d’onomástica asturiana, siñala qu’él ye autor d’un trabayu «casi idéntico al ahora publicado por Juan Santana» (12-II-1978). Y nes tesis echa en falta, na bibliografía d’elles, la referencia al so compendiu Refranero asturiano, y trescribe la so deceición diciendo con retintín que, «dado el alto nivel metodológico, sistemático, universitario, académico, etc., de la obra», entós ye lóxico deducir «que puede no figurar en ella una obra como el Refranero asturiano, aunque en el mismo se hagan menciones claras, concisas y fehacientes de un pormenor del bable de Sobrescobio» (22-X-1978).

En teatru, quéxase de la poca produición impresa que nesta embelga se da n’Asturies. Apúrremos noticia de l’apaición de dos sainetes cómicos de José Campo y José Suárez (Baxaron cuatro alleranos y Día de caza) y apárase na perconocida comedia playa d’Emilio Palacios Lenguateres, sentenciando que «toda la picardía de las sardineras del barrio de Cimadevilla queda reflejado con fidelísimas locuciones y perspicaz captación psicológica» (19-VII-1970) nunos personaxes femeninos que, apunta Castañón, «hablan incesantemente, hilvanando picardías, disculpas, insinuadas procacidades», pos «tienen un pico florido y la doble, triple o cuádruple intención campea chorreante mientras permanecen incansablemente de pie» (8-VIII-1971).

Hai sitiu, del mesmu mou, pa falar de comedies de menor proyeición como una d’Eloy Fernández Caravera entitulada El burru del tíu Bernaldo, de la que Castañón dizmos que tien «un ingenuo desarrollo argumental, con gracia de situaciones y dominio de frases» pa pintar la dualidad sicolóxica del mediu rural: «Los egoístas intereses en el ámbito campesino hurgan los corazones y afanes de ciertos familiares, lo que queda compensado con la evidencia, en otros, de ciertos sentimientos más nobles».

Ente los escritos más llargos de Chano Castañón d’enfotu asturianista afáyense dos consagraos a Fabricio (12-XII-1971) y a García Oliveros (25-VI-1978). Del que fora cronista oficial de Xixón diz que-y resultaba fácil espresase na llingua rexonal porque «conocía la realidad lingüística por su contacto con los campesinos, lo cual facilitaba también el empleo por parte del escritor de argumentos cargados de ironía y perspicacia». Y ufiértamos una descripción del propiu Fabriciu del idioma asturianu que naide nun debiera enxamás d’escaecer: «Bien entendido y depurado es apto para expresar en prosa y en verso todos los efectos y sentimientos del alma, y quien no lo entienda así no lo conoce a fondo». A García Oliveros píntalu Castañón na so faceta de biógrafu de Tiadoru Cuesta, d’investigador sobre la imprenta n’Asturies, d’animosu filatélicu, de bibliófilu apasionáu (poseedor, escribe, de «la más importante biblioteca asturianista por su cantidad y selectividad») y de poeta festivu: pa Castañón, Antonio García Oliveros, AGO, ye un «clásico vivo del bable» cuyes poesíes «se leen con deseo mientras bulle la esperanza del hallazgo coloquial».

Esti percorríu a man alzada pelos xuicios de Luciano Castañón, y axustándomos namás a lo qu’asoleyare na fueya que coordinó nel rotativu conservador Región demientres cásique tres llustros, aparéyamos la imaxen d’un asturianista de primera, curiosu, tolerante y cuciu defensor de lo de só. Magar que nun emplegue’l bable pa escribir, Luciano Castañón Fernández pescáncialu dafechu en toles sos fondures y recovecos muncho meyor de lo que lo fain güei dellos cultivadores de la nuesa variedá idiomática.

Conferencia dictada en “Arribada 2008” (Centro Cultural Antiguo Instituto, Gijón, jueves 18 de septiembre de 2008)