Esto parece una ruina... |
Pero siempre nos queda esta solución... |
Querida Isabel:
Dices que "hay que ser valiente y tirarse a la piscina". Totalmente de acuerdo y sobre todo en este tiempo.
¿Te parece poca mi presencia en la radio, en la televisión y en la prensa, siempre tirándome a la piscina, sin hacer la pelota a ningún zascandil, aunque se crea dios? (con minúscula).
He manifestado, entre otras cuestiones, las siguientes:
-que la llamada "concertación" asturiana es una "memez" y que ya está bien de engaños mediáticos.
-que todo, la sanidad, la educación y el resto de nuestro "Estado de Bienestar", son a crédito, pues son otros los que nos prestan el dinero, ya que España apenas tiene, en contra de lo que pensó el zapatero.
-que mientras unos pagan muchos impuestos, otros están muy tranquilos y cada vez más ricos, pues lugares de España, de la misma España, son paraísos fiscales.
-que se explique a los contribuyentes y ciudadanos el destino, con detalle, de los Fondos Mineros y las ayudas a las empresas mineras, para saber si alguno o algunos los robaron (que no me extrañaría).
-que la actual crisis va a poner en el centro del escenario la gran tarta o el robo masivo que los ciudadanos hemos tenido que soportar, casi como los griegos.
-que se diga lo que han cobrado, desde 2007, los directivos y consejeros de las Cajas de Ahorros, de todas, todas y todas, así como tipo de interés de los créditos con los que algunos han construido sus mansiones, al tiempo que obligan a los trabajadores a volver a firmar contratos de trabajo con intimidación y dolo o engaño (de esto sé mucho:nací en una Caja, soy hijo de Director General y fui miembro del Consejo de Administración de una muy importante de Cataluña).
Isabel: ¿Has entendido, por ejemplo, mis artículos sobre el Vaticano?. Parece como si quisieras, no que me lance a la piscina, sino que me ahogue.
Debes verme más en La RTPA -mientras, naturalmente, me sigan invitando- y leerme mejor (por ejemplo el próximo lunes en la RTPA, a las 21,30). No dudes, Isabel, que todo lo hago por sentido de responsabilidad -eso creo-, y porque no estoy a obediencia de nadie -de eso, estoy seguro- ni tengo un carnet de Partido Político para alimentarme o alimentar a los míos, colocándoseme por aquí o por allá.
Tratar de hacer Literatura satírica es uno de mis múltiples quehaceres, que, juntos, me suponen un trabajo que me ocupan más, muchas más, de una docena de horas al día y a la noche.
Y esa Literatura es compatible con las tragedias con las que al día convivo y que tengo obligación profesional de solucionar en lo posible.
¡Que escribir hoy, que, al tiempo, que se bajan sueldos a unos, funcionarios, otros, por ejemplo, los parlamentarios -algunos- siguen cobrando o robando dietas por desplazamientos, viviendo en un pisito o pisazo a escasos metros del Congreso (Madrid) o de la Junta del Principado!(aquí, a mi lado, tengo la lista)
Léeme esto, te lo ruego, con tono sereno y de amigo, que nada estoy "enfurruñado". Resulta, Isabel, que me pediste un artículo de los otros (en el de "Los retretes de la Reina" digo verdades como puños); pues aquí lo tienes. Puedes publicarlo en el blog y en la sección que quiera.
Fdo. Angel Aznárez.
Y, como era de esperar, se tiró a la piscina. O sea, que el señor notario tiene piscina. También, como era de esperar, nada cuan competidor olímpico. Que conste, que es lo que esperaba, aunque para ello veládamente me llame... digamos, ¿cortita? No, Don Ángel, no entiendo bien sus artículos eclesiásticos, pero no pasa nada, me consta que hay muchos ciudadanos que tampoco los entienden. No creo en las clases sociales, aunque existan, pero sí creo en los diferentes niveles de inteligencia. La primera, -la clase social- se puede muy bien comprar, incluso algunos roban para hacerlo, la segunda nos viene dada en su mayor parte. Luego hay que cultivarla, lo sé y en ello ando. Pero algunas veces -y la gente del campo lo sabe bien- se siembra grano bueno y sale..., lo que sale. Regaré mi intelecto un poquito más, por ver si un día le entiendo a usted del todo.
ResponderEliminarPues nada, ahí queda eso.
De Angel Aznárez a Isabel:
ResponderEliminarQuerida Isabel:
A.- Asunto de piscina:
No tengo ese tipo de piscina al que te refieres; soy sobrio y con el Cantábrico, para mojarme, tengo suficiente. De charcos,por el contrario, muchos; eso es la vida: saltar entre charcos. Y quien se asusta por los charcos, tendrá que pagar al psiquiatra para que le cure eso, tan enfermizo, de vivir en una burbuja (la burbuja es sólo, sólo, agua con un poco de gas)
B.- Lo que tu llamas "sus artículos eclesiásticos":
Discrepo del adjetivo "eclesiásticos", pues no son eso, sino políticos, muy políticos. Comprenderás que no me dedique a analizar, por ejemplo, la política de las Autonomías, incluida la nuestra. Trato de ver a la Política y a Dios, que es el verdadero Poder, juntos, juntitos, lo cual es normal, pues siempre la Política y Dios fueron de la manita.
Que no entiendas, Isabel, los llamados "artículos eclesiásticos", no debe causarte inquietud, pues hay eclesiásticos que tampoco los entienden, o lo que es peor, parece que los entienden al revés. Hay otros, por el contrario, que sí los entienden y muy bien; sólo estos me interesan y ocupan.
C.- A propósito del "comprar":
Confieso que lo del mercado no me gusta mucho. Leí que una vez a Umbral le preguntaron que si cuando iba a ver títeres o marionetas, creía lo que decían los muñecos respondiendo "¡Cómo voy a creerlos, siendo yo uno de los que mueve los hilos!" Pues eso...
El llamado "mercado", tiene una cosa muy buena, no sólo la mala de pagar y cobrar comisiones a escondidas. Esa buena es que pudiendo comprarse mucho, no se puede comprar todo ni a todos. Y a veces, lo mejor, no está a la venta. La llamada compra de voluntades es prohibitiva, y aclaro que no entiendo por "compra de voluntades" baratijas para conseguir un despachito, para contar mentiras, o para...
Un abrazo
Angel Aznárez.
Es que no acabamos de entender que El Vaticano es un Estado ...¿laico? Bah¡¡¡ Banco del E.S. y corruptelas vagas como habla el Señor Autor.
ResponderEliminarEn fin, como hace siglos que no voy a Misa, he perdido el rastro de las tonsuras.
De Angel Aznárez a doña Aurora G.R.
ResponderEliminarEstimada señora:
Me plantea usted un problema de "pincheo", pues dudé en pinchar aquí o allí, en lo de "Los retretes de la Reina".
En lo de no ir usted a Misa, señora mía, hay complicación. Unos lo lamentaran, pues pensarán en lo que está perdiendo; otros la felicitarán, pues pensarán en el tiempo que está ahorrando. A mí, el alma me pide hacer proselitismo con usted, pero el cuerpo, a estas horas y un domingo, me pide seguir en la cama y calladito.
En relación con lo de las tonsuras, sólo decirle, que ahora, tiempo de secularización, las únicas tonsuras y tonsurados que existen son las de aquellos a los que empieza a caerles el pelo, anunciándoles la calva venidera, que empieza siempre por ahí, por la tonsura (esto sería muy interesante de analizar), y que van a más, la calva y la tonsura.
Por cierto, yo nunca escribí de "corruptelas vagas"; eso, mi señora, lo debió de leer a otro.
Atentamente,
Angel aznárez.
Perdón Sr.Autor, quise decir corruptelas varias. A una ya le bailan las teclas y, lo que es peor, las letras.
ResponderEliminarPido a Vuecencia (no recuerdo la abreviatura, usted me excusará), disculpe mis pocas luces y más a estas horas en las que la noche cierne su manto oscuro sobre los tejados.
Ya tardaba yo en meterme en esta especie de limbo poético que a veces me invade sin remedio.
Saludos desde la capi, caballero. Aurora.
Estimada doña Aurora:
EliminarEs que la palabra "corruptela" la detesto, jamás la escribí ni la escribiré. Me parece una palabra con poca sustancia aunque sea sustantivo; palabra blanda, viscosa como esos animalitos que se arrastran dejando sus babas.
Suelen emplear, doña Aurora, la palabra "corruptela", además de los miedosos, esos que viven a merced (mercenarios) de los corruptos, a los que secan las barbas y babas, como aquellos animalitos que se arrastran, nunca llamando a las cosas por su verdadero nombre. La palabra a emplear,aquí, en Madrid, en Roma, incluso en casa-dios es otra: CORRUPCION.
Comprenderá usted, Doña Aurora, que, con lo que está ocurriendo estos días en España y en Asturias, suba la música y el tono. Se dará cuenta que mi pluma unas veces tiene plumero con plumas de colores como de pavo real y otras no; unas veces es dulce como un pionono de pastel y otras venenosa como una sacabera amarilla, que es el color del díablo. Es que entre lo del viernes y lo que hizo (deshizo) el zapatero...
Esta Vuecencia, que tampoco recuerda la abreviatura, la disculpa por si acaso, si bien no cree en las pocas luces, las suyas; al contrario, piensa que usted es una estrella, permanente y no fugaz.
Y lo del limbo, no se arrepienta. Es un lugar estupendo; por eso, por ser estupendo, los que mandan en eso, han decretado que ya no existe ¡Qué gozada!
Atentamente,
ANGEL AZNAREZ
vebnenoscontando cosas<suulces
de Angel Aznárez, de oficio, a Doña Aurora, sin requerimiento de su parte o de sus partes.
ResponderEliminarEstimada señora:
Nuestra bloguera, Doña Isabel,santa y no obstante bruja, me acaba de comunicar -concluida la 1ª parte de mi jornada laboral- que he tenido usted un incidente desagradable, pues, parece ser,que la han expulsado de no sé qué de facebook por no comulgar con no sé quién.
No me ha extrañado eso de no comulgar, pues, aquí mismo, usted ha explicado que no va a Misa; lo extraño sería que usted comulgase mucho sin ir a Misa nada, aunque, claro, teniendo usted tanta fijación -no fijador- con tonsuras y tonsurados...
Más motivo de alarma: resulta que doña Virginia,la escritora,me sigue contando doña Isabel, salió en su defensa con energía torera. No duden ambas que aquí estoy yo para echar un capote y taparlas, si preciso fuere. A doña Virginia, la "chica Buylla" de Gijón, no de la calle Uría de Oviedo, la quiero mucho, aunque hablé con ella sólo un par de veces; tal vez por eso, precisamente, la quiero tanto (a las personas cuanto más las quiero, menos me apetece verlas, para seguir queriéndolas, naturalmente). Fíjese, doña Aurora, lo que la debo querer, que ni siquiera la conozco, a usted.
Ante tales agravios por ustedes padecidos, estoy dispuesto a dejar a un lado mis libros de caballería, colocarme de gorro y de gorra una bacia de barbero, coger la lanza y salir en sus defensas. Como estoy cerca de Villaviciosa y deje a Rocinante en Gijón, una vaca, con cuernos muy largos y muy tetona, podría servirme. De Sancho Panza hará a uno de los muchos que se pasean por el Muro gijonés, con panzas como las de Sancho.
Un día, doña Aurora - que no esté mi esposa- la invitaré al "pedreru" de La Ñora, tratando de que se relaje; recitaré poemas de mucha sensibilidad y sentimiento, contemplando llampares.
Los tiempos que corren no son, doña Aurora, de sonrisas, pero tampoco es cosa estar continuamemnte cabreado; que ya me cabreo bastante por tierras (periódicos) y por aires (televisión; necesito los mares.
Suyo afffmo.
Angel Aznárez
¡Que no son agravios! Es que me traen al pairo, señor caballero Autor.
EliminarDe todos modos, agradezco su caballoroso ofrecimiento. El tipo de jumento que usted emplee, ya me da lo mismo, como comprenderá. Lo que estimo como se merece es su arrojo y su consideración para conmigo,porque una ayuda hay que valorarla siempre, aunque venga del mismísimo infierno. (No me refería a usted, no se me revuelva cual diablillo colorado). El que no espera el cielo, no puede creer en el infierno, o sea, aséptico total.
En el pedreru de La Ñora estuve ayer, con unos amigos y unos perros, y está así así, ya lo vi mejor. Lo de contemplar llámpares lo veo difícil,no queda ni una.
Saludos desde la capi.
Aurora.
A ver, ¡qué va ser esto! La bloguera quiere entrar de nuevo al trapo. Ojo, me puede el señor de la FE llamar torera, ni se le ocurra aplicar ninguna otra palabreja, que no se sabe de dónde las saca. Pues protesto, protesto enérgicamente, me han preguntado que qué me había pasado con el notario para que me trate tan mal. En un principio no acusé el golpe, pero pensándolo un poco mejor... este señor, al que no se sabe la pila de años que conozco, jamás me ha invitado a ningún pedreru, y menos a contemplar llampares. Es para sentirse ofendida ¿O, no?
ResponderEliminarDel caballero Autor a doña Aurora:
ResponderEliminarSabrá usted que sobrevivo a pocos metros de la playa de La Ñora; y que usted haya estado tan cerca de mí y yo tan indiferente, me resulta de lamento. La próxima vez que vuelva, sóla o con perros o con amistades con perros o sin perros con amistades, dado que sigo sin saber quién es usted, ruégole se identifique y pregunte por mí, su seguro servidor, a un nativo, que le indicará mi cabaña (le aseguro que no soy el jefe de la tribu). Con mucho gusto la invitaré a nueces de la Alcarría, sin miel que no tengo. Ande usted con tiento y a tientas pues en La Ñora, a veces, se llena de brujas y brujos, que a mí ("mimí no importar")nada malo hacen, pues me consideran de la familia, gracias a la recomendación de nuestra jefa y señora, santa y bruja doña Isabel.
Como ya no hay agravios que desagraviar, quito la bacia barbera de mi cabeza y coloco la lanza quijotesca en el paragüero.
Permítame que sin haberme ahogado en La Ñora, me desahogue ahora: es tengo que marchar en minutos a Roales del Campo(Valladolid), que está entre Valderas(León) y Valdescorriel(Zamora), pues me han invitado mañana, después del vermouth, a comer conejo, mucho conejo, que, como dicen usted y doña Isabel, me da repelús, ya que por los gobiernos de allí y de aquí que nos desgobiernan, de la brusca derechona y de la suave izquierdina todos, todos, todas, todas, somos eso, sólo conejos.
Suyo affffmo.
El caballero Autor.
Queridos amigos: sólo unas pocas letras porque estoy tan abrumada por vuestro maravilloso dominio del lenguaje que no me atrevo a intervenir más. Muchas gracias Sr. Notario por sus halagadoras palabras, la chica(ya quisiera) Buylla de Gijón también te tiene en gran aprecio y me impresiona cómo escribes, y cómo escribe Aurora, tan poética e Isabel con esa facilidad. Yo soy más de campo y playa, eso sí de decir la verdad y defender lo que haga falta, vamos que no me callan ni debajo del agua. Tendríamos que hacer una sesión de debate constructivo sólo los cuatro, prometo escucharles con humildad e intervenir lo menos posible aunque no sé si podré porque soy poco dada a la humildad y menos a quedarme callada.
ResponderEliminarOs envío todo mi amor desde mi balcón
Virginia
De Angel Aznárez a Virginia Buylla.
ResponderEliminarQuerida Virginia:
Me alegré tanto ante tu escrito, que, excepcionalmente, en mi descando matinal, hoy, en vez de tomar un café, aquí me quedé para escribirte.
Sabrás que tengo olfato de gato, y que, con sólo mirar un poco, destapo un mucho. Siempre te consideré, aunque he tenido pocas ocasiones de mirate, una mujer de ley y de amor. "Çe la vie"; eso de que a unas tanto y a otras tan poco...no lo puedo evitar; no es mi problema.
Dices bien que tenemos que decir verdades, sobre todo -añado- en estos tiempos presentes y los pasados recientes también, de engaños masivos. Es nuestro deber.
A zascandiles, pisaverdes, "litris" y pollitos-pera, sean políticos o no lo sean, no pienso pasar una más. Por eso, leyéndote, estoy tan de acuerdo contigo.
Aquel deber se puede cumplir incluso con risotadas e ironías, éstas demoledoras como las piquetas.
Lo de reunirnos, con Isabel y Aurora, cuando quieran sus vuecencias, que -sigo sin saber quién es Aurora, pero es igual, pues ya la olfatee-.
Besos de Angel
Hola, Virginia, encantada de verte por aquí. No sabes tú que solita me siento entre esta señora y este señor que tan bien dominan la palabra. Aturdida me tienen, por más que intento agudizar el ingenio... no llegó. Seguro que el señor de la FE ya no necesita más que ésta, mi última afirmación para darme un buen chorreo. Miedo me da. Pero bueno, todo será por dejar que suelten carrete. Aprovechemos lo que tiene de divertido. Pues lo ducho, encantada de que compartas este espacio. Un beso. Tú si que eres valiente.
ResponderEliminarDel de la Fé a Doña Isabel:
ResponderEliminarQuerida doña Isabel:
Esa capacidad que parece usted atribuirme de "buen chorreo", si a usted da miedo, a mí me parece milagrosa. Ni en sueños, en los míos, mis chorreos son tan abundantes, pues la bacinilla o bacineta, que guardo en la parte de abajo de la mesita de noche, sólo la utilizo para hacer "pipí". ¿Ha reparado usted en el preciosismo de la palabra "bacineta"?
Qué cosas le contaría a usted de carretes, cogidos o sueltos. Los mejores siempre fueron los de las máquinas de coser, pues los otros los manuales, a veces se encogen tanto, que hasta se puede hacer con ellos nudos, nudos muchos. ¿Su máquina qué es "Singer" o "Alfa"? y hágame el favor de parecer lo que usted es: valiente.
Muchos besos del de la Fe, que también es el de la Esperanza
Me haceís reir y eso en estos tiempos es milagroso, las cosas que se pueden decir de la bacinilla que es algo que siempre me espantó. El ingenio es algo genial, el wit que dicen los ingleses y que muchos de ellos poseen en abundancia, por eso me gustan. Y el dintiguido notario ¿porqué sabe tanto de todo?, hasta de máquinas singer o alfa, me recuerdas a mi primo Plácido Prada, también distinguido registrador que también sabe de todo y también maraviññosamente ingenioso
ResponderEliminarLa chica Buylla
Del distinguido Notario a la chica Buylla:
ResponderEliminarQuerida Virginia:
Ya sabía yo que lo de la bacinilla te iba a traer recuerdos, pues las chicas bien, muy bien, vivíais en palacios; en una alá estaban los dormitorios y en la otra, lejana y opuesta, estaban los retretes.
La "mesita de noche" era tremenda. Encima estaba el baso con agua y dentro, casi flotando, la dentadura, naturalmente de quita y pon, de la abuelita; en el cajón estaban las sales para hacer gárgaras el abuelito y las pinzas del pelo de los dos. Más abajo abrías una puertecita y encontrabas al fondo del "cajonazo" la bacinilla blanca y de tanto peso que había que hacer equilibrios, tanto con la mano derecha como con la izquierda, con los dedos quiero decir; las zapatillas siempre caían al suelo, queriendo salir corriendo de aquel encierro.
Lo de acordarme del nombre de las máquinas de coser, es debido al asombro que me causaba ver los calcaños y tobillos de la costurera, mientras daba al pedal de la máquina ¡Qué maravilla, qué movimiento, qué ganas! todo de la costurera, que tenía derecho a comida y a cena al atardecer.
Besos del "distinguido" a Virginia.