Campal, leyendo los poemas dedicados a su esposa, Aurora Sánchez, y pertenecientes al libro inédito 'Aurora de fulgor' |
Aspecto de los preparitivos del recital, en la Biblioteca Municipal de Cascais |
En el acto, con el salón lleno a rebosar, Campal presentó su última publicación con la editorial lisboeta Apenas Livros: el cuaderno de investigación bibliográfica Nomenclátor cronológico de poetas portugueses del siglo XX, aparecido este mes de julio y cuya elaboración siguió Aurora Sánchez muy de cerca, al tiempo que colaboró en su resultado final, y cuya edición está dedicada a ella por su marido, como puede leerse en las primeras páginas: Para mi inolvidable esposa, Auro Sánchez Fernández (1964-2012), mujer íntegra, serena y maravillosa que me hizo el hombre más feliz sobre la faz de la tierra y que ahora permanece a mi lado con poderosa energía transformadora animándome a resistir con firmeza las atroces dentelladas de la soledad y el indecible sufrimiento de su ausencia; a ella ofrezco, rendido a sus pies, estas humildes páginas, en recuerdo de nuestras suculentas excursiones por los alfarrabistas lisboetas.
Cuaderno bibliográfico de José Luis Campal, que se presentaba en el acto |
Inmediatamente después, se
procedió, con parlamentos henchidos de emoción por parte de los presentadores
(la editora Fernanda Frazão y el poeta
J. Castro) y de su marido, a rendir
tributo a la mujer incomparable e irrepetible que fue Aurora Sánchez. Campal leyó 15
poemas pertenecientes a su libro inédito Aurora de fulgor, integrado por cien composiciones en
las que Aurora es el principio y final de todo, el eje de su imaginario
amoroso; una obra escrita en la plenitud vital, entre 2005 y 2007, y que Aurora
gustaba mucho de escucharle a su esposo en la intimidad del hogar.
De izquierda a derecha, Jorge Castro (organizador de la velada), J. L. Campal y Fernanda Frazao, editora portuguesa de Apenas |
Al final de la lectura pública, que se desenvolvió en un ambiente de
absoluta reverencia respetuosa por parte del auditorio, Aurora Sánchez Fernández recibió
una prolongada y atronadora ovación que conmocionó a su marido y fue el
merecido homenaje a una vida breve pero intensa, de irrefrenable creatividad.
Reproducimos cinco de los poemas leídos por su esposo en el acto
portugués.
XIII
Absorbimos con ansia
la textura de la entrega.
Extasiados en tan dulces geografías,
el mundo se detuvo
en la perfección total
y sólo existieron dos pronombres
hechos tacto y temblor en la 604.
XVI
Cuando me llamas, amor,
hace horas que en mi corazón
repican campanas de gloria.
Él conoce cada sílaba o flor,
dicha o sentida, que de tu boca
corre a fundirse con mi anhelo.
Nos pensamos y el mundo
ya no conoce otro eje.
XLIV
Te quiero porque en tu atlas renacen
vigorosas las oscilaciones de este darse
sin tregua ni escollo que pueda apartarnos
de la dulzura que rebosan nuestros corazones.
Te quiero porque en este regazo hay mensajes
modelados sin borrones, respuestas incandescentes
a tantas preguntas como quiso izar la vida para
[probarnos.
Te quiero porque no hay en nosotros incógnitas,
sólo sangre a borbotones que poderosa va
[penetrándonos,
fuera ya tú y yo del mundo de los otros, mansamente
[extraños.
Te quiero porque, sin ti, respirar es un acto baldío
[y egoísta.
LIII
Vendrás en el mejor de los tiempos: en éste.
Te recibiremos con la esperanza como única herencia
y te acunarán prodigiosos brazos de bondad
que irán colocando en tu historia las más claras
sonrisas.
Todavía no has nacido, eres sólo ensueño luminoso
que habita en el pecho de tus padres futuros,
pero ya te adivinamos lleno de signos de nuestro amor.
LXVIII
Amo tu olor
a hierba húmeda,
a planeo de estornino,
a cerezas tomadas en lo alto.
Amo tantos tesoros
como me brindas
desnuda de cautelas.
José L. Campal, leyendo en el British Bar, donde se rodó el filme de A. Tanner 'En la ciudad blanca' |
Aspecto de la sala durante la velada (Fotografía de L. Castro y L. Calmeiro)
Campal, firmando ejemplares de su libro (Fotografía de L. Castro y L. Calmeiro) |
Cartel del acto |
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs dificil sobreponerse a la pérdida y recordarla con la enterza con que José Luis lo hace.
ResponderEliminarUn abrazo solidario y mucho ánimos.
José Luis te mando un fuerte abrazo, muy emotivo el homenaje...
ResponderEliminarTienes que seguir luchando.
Ibirico
Sí, José Luis, sumo mi abrazo y eso que los humanos podemos transferirnos, el deseo de que logres superar -acaso como acto poético- este tramo inmensamente penoso en tu vida.
ResponderEliminarRolando
*
Fuerza y animo para afrontar tu nueva realidad. un abrazo. Antonio Gómez
ResponderEliminarJosé Luis, te envío un poético abrazo lleno de fuerza para ti y para el inmenso recuerdo dejado por Auro.
ResponderEliminarNieves Viesca
Acabo de leer tus poemas y he llegado hasta donde las lágrimas me lo permitieron.Son de una fuerza tan intensa que desborda amor en cada palabra que escribiste. Palabras dichas así "en vivo y en directo" hacen sentirse muy querida y Auro tuvo esa suerte de sentirlo y vivirlo gracias a ti. Esto es lo que te puede
ResponderEliminarreconfortar en esos días "tan oscuros". Ánimo, paciencia y fuerza, aunque sea a ratos. Siempre se dijo que la felicidad son pequeños ratos felices en los días cotidianos, y yo digo que el dolor también se nos manifiesta a ratos y con distinta intensidad de tal manera que a veces no nos deja recordar esos momentos y disfrutar de nuevo de ellos en nuestra mente. Por eso hay que "levantarse" de nuevo aunque duela para honrar los buenos recuerdos. Con mucho cariño, Susana y Zacarías
Também grato, caro José Luis, pelas referências amáveis e divulgação da nossa sessão, parece-me bem que - como então tive oportunidade de o dizer publicamente - para além de transcendências ambíguas, foi muito claro para todos que a Aurora ali esteve, presente como os demais. Um forte abraço.
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