domingo, 9 de octubre de 2011

SAN TIRSO D´ABRES, patria chica de la poetisa Aurora García Rivas, galardonado con EL PREMIO "PUEBLO EJEMPLAR" PRÍNCIPE DE ASTURIAS 2011

EL CORAZÓN DE ASTURIAS (publicado en el diario EL COMERCIO por XUAN BELLO)
De la misma manera que todos los lugares del mundo son el centro del universo, el corazón de Asturias está en cualquiera de sus 78 concejos, en cualquiera de sus 10.000 parroquias, en cualquiera de sus innumerables aldeas. Está ese corazón dormido a veces entre lana de melancolía y a punto de despertarse entre las manos de perspectivas futuras; un corazón que late con fuerza, quizás más agitado allí donde la tierra es frontera y, como en el emocionante poema de Aurora García Rivas, las palabras que se pegan a las zocas, que así llaman los de San Tiso d'Abres a las madreñas, pasan sin pedir licencia de un lado a otro de la raya. A San Tiso d'Abres le han concedido este año, muy merecidamente, el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar. Fue una decisión justa, un auténtico homenaje y reconocimiento al mundo rural asturiano.
La asociación Cultural San Tirso del Eo, que preside Ángel Prieto Souto, organiza más de 25 activiadades socio-culturales a lo largo del año, casi todas ellas destinadas a que resurja la cultura tradicional en el concejo, aún viva y útil y tan atractiva que cada vez son más los viajeros que visitan el lugar. Llevaban cuatro años presentándose a la prestigiosa candidatura y siempre habían quedado, hasta ahora, finalistas. «La verdad», me cuenta Aurora García Rivas, «aunque teníamos esperanza en que llegase el premio, no lo esperábamos. Tú no sabes la alegría con la que recibimos todos los santirseños la noticia. San Tirso sí que fue una fiesta y no París», me dice recordando la novela de Hemingway que celebraba los felices años veinte antes de la guerra.
La autora de 'Oviaxeiro da noite', un magnífico libro de poemas escrito en la lengua más hermosa del mundo me habla con pasión de ese pedazo de Asturias donde el cielo refleja una vida. Apartada, dura, muchas veces olvidada, feliz sin duda a su manera pero porque aún sabe buscar instrumentos efectivos para combatir ese cáncer que corroe, de casa a casa, el campo asturiano: la soledad. Recuerdo un poema suyo, especialmente hermoso: «Era aquella mi aldea: / cinco casas / cinco álamos / y el viento». También tengo yo una ventana desde la que veo llover; también yo sé que llueve para que sueñe. Y pienso en esos cinco choupos, en esos cinco álamos: en esas velas que alertan de la soledad de cinco casas. Y también, en el vento que zoa y arrastra, con las hojas graves del otoño dorado, una voz que nació con Rosalía de Castro y que, miren ustedes, gracias a San Tiso d'Abres, también es asturiana.
Todo esto lo ha premiado la Fundación Premios Príncipe, en un proyecto que Graciano García, un explorador de Ayer supo soñar en condiciones en su momento porque tenía muy bien puestos los pies en la tierra. Ángel Prieto Souto, que se desvela profesionalmente por encontrar salidas exitosas al mundo rural, reconoce que el premio ha supuesto un revulsivo, un espaldarazo a una manera de actuar y, tal vez, una luz en la noche oscura que señala que el amanecer no está lejos. Ahora están con los preparativos -que vienen a este apartado rincón del mundo, corazón de Asturias, centro del universo, Don Felipe de Borbón y Grecia y Doña Letizia Ortiz, Príncipe y Princesa de Asturias. Por esos mismos pasó, que lo recuerda este republicano convicto, Doña Taresa, condesa de Tineo, a parir en Guimaraes al primer rey de Portugal, Afonso Enriques, aquel que soñó ya con los claveles en su cuna y se meció con las canciones que José Afonso cantaría casi mil años después. Vienen los Príncipes de Asturias y los cinco álamos, os cinco choupiños vellos, le dan los buenos días al mundo.
Habrá una gran celebración, como para una boda de las de antes y las de mañana. Roberto Rey, responsable de la Rectoral de Taramundi, a pocos pasos del concejo premiado, será el encargado del menú que coman sus Altezas e invitados. No me pueden decir el menú final, pero yo apuesto que de postre habrá 'o rosco do xoves santo'. Nunca ta bien y tan asturiana y tan real sabrá la vida.

San Tirso de Abres es el concejo más occidental del Principado de Asturias, que limite por el norte , por el oeste y por el sur con los términos lucenses de Trabada y de A Pontenova, siendo Taramundi y Vegadeo los concejos asturianos con los que limita por su parte oriental. Este bello rincón asturiano está rodeado de tierras gallegas y se presenta como una "avanzadilla geográfica" en el noroeste peninsular.
Este municipio de 31,36 kilómetros cuadrados se asienta sobre un valle de pendientes suaves que recorre el río Eo en su curso medio desde el suroeste al noroeste del concejo. Las aguas del Eo van moldeando el terreno dándole forma de cuenca o concha, por lo que los lugareños dan a su localidad el sobrenombre de "La Perla del Eo" .La benignidad climática oceánica junto con el sustrato rocoso silíceo explican la existencia de un bosque autóctono formado por castaños, robles y abedules que se puede observar en las partes de menor altitud del valle ya que la superficie forestal acoge a otras especies de repoblación que originan eucaliptales y pinares Junto a las especies forestales nos encontramos un fabuloso bosque de ribera en los terrenos aluviales del Eo donde podemos observar chopos, alisos, fresnos y álamos.
El Concejo de San Tirso de Abres se convirtió a mediados del siglo XX en el centro del turismo de interior de esta Comarca Oscos-Eo, se trataba de un turismo deportivo atraído por los recursos cinegéticos y fluviales. El Río Eo, como río salmonero que es , llegó a ser uno de los principales recursos para atraer el turismo, ligado a la pesca deportiva del salmón y la trucha.

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