Y no se repetirá porque hoy se nos ha ido Julia, en la foto la que sostiene a Pablo mientras apagaba las velas de su tercer cumpleaños en el año 1980. Pasaron 30, y como se aprecia , entonces Julia era ya una persona mayor. Falleció a los cien y algunos meses. Julia fue para nosotros nuestra segunda madre. En sus brazos creció mi hermana, la de la izquierda de la foto, a mi me cogió un poco más crecidita, pero mi adolescencia estuvo bajo su control: que si las niñas no comen...que si las niñas tal, que si las niñas cual. Luego llegó Pablo y su madre, que soy yo, lo confío plenamente a los cuidados de Julia. Pablo creció, se hizo un hombre, se casó y Julia, ya jubilada, siguió cuidando de Pablo a su manera, como una madre, como una abuela. Y yo jamás podré olvidar la última conversación que tuve con ella hace dos días. Me dijo: Mari, Pablo es lo mejor que me ha pasado en la vida, lo quiero más que a nada. Y algo similar le pasa a Pablo, que hoy se paseaba triste y cabizbajo por el tanatorio sin saber qué hacer, únicamente me dijo, es que tengo un nudo en la garganta... Así que hoy os presento a Julia, por aquello de que todo lo que se cuelga en la Red no desaparece nunca, como tampoco desaparecerá de nuestros corazones. Gracias, Julia, por haber vivido y por haberlo hecho junto a nosotros. Te mereces el descanso.
El bloguero de al lado os acompaña en el sentimiento. Personas asi son las que uno recuerda para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo