El texto que sigue lo escribió un excelente amigo, periodista de buen oficio: JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ DÍAZ. En su día se publicó en "La Nueva España" que, a juzgar por los artículos que traigo a mi blog procedentes del diario, puede considerarse ya mi fuente de cabecera.
Me parece un texto socarrón, divertido y... pues eso, que ¡viva la rana verde! No vaya a trascender tema de tan vital importancia al Parlamento Europeo...
No se habla de otra
cosa en la villa de Salas y en los pueblos del concejo. La Confederación
Hidrográfica está haciendo obras en el cauce del Narcea a la
altura de Láneo y apenas si comenzaron las máquinas a actuar ya un grupo
ecologista ha emitido un comunicado de protesta porque estima que esos trabajos
ponen en peligro la supervivencia de la rana verde. Y hasta los vecinos de las
brañas de Malleza, a los que el Narcea les queda algo fuera de mano, están
consternados y bajan al atardecer hasta Casa Claudio de La Barraca para recabar
información de última hora sobre el asunto. Ellos tiene mucho más cerca el río
Aranguín porque viven en su ribera pero que en Láneo se queden sin ranas verdes
les superan las preocupaciones propias como son los muchos plásticos que hay
enganchados en los árboles ribereños aguas abajo de Vegacebrón.
Ahora que el maíz ya
está a punto para recoger por aquí preocupa mucho que el jabalí destroce las
cosechas. También quita bastante el sueño que cualquier noche –o a plena luz
del día- baje el lobo por Brañaseca, Lendepeña o por la Sierra del Pumar y haga de
las suyas en el ganado que hasta que llegue la nieve está aun en los pastos de
montaña. Pero todo esto no es nada comparado con la preocupación generalizada ante
el peligro que tiene la rana verde en la zona de Láneo. Y anda el personal
cabizbajo, sin saber qué hacer, no atina ni tan siquiera a proponer una
manifestación en el puente de Cornellana para exigir que la Confederación deje
de inmediato los trabajos de Láneo que según parece tienen como objetivo una
mejor defensa de las fértiles vegas de ese pueblo.
Sería muy conveniente,
ante tanta preocupación vecinal, que el alcalde de Salas, que todos los días
viaja a alguno de los pueblos de su municipio, se dedique a convocar concejo
abierto y provisto de la documentación que le puedan aportar los técnicos
informe a los vecinos de las consecuencias que ha de tener para la economía, el
desarrollo, el bienestar social y en definitiva para el futuro de todo el
territorio salense esas obras en la ribera de Láneo si como consecuencia de
ellas llegamos a quedar sin la rana verde. Ante un problema de tanta gravedad
como el que los ecologistas denuncian en Láneo todo el concejo tiene que
unirse, sin pérdida de tiempo para que se paralicen los trabajos de defensa
ante las avenidas del Nancea. Pudimos
superar lo de quedar sin autovía desde Doriga pero no estamos anímicamente
preparados para soportar que las ranas verdes de Láneo tengan que emigrar con
la cantimplora al hombro a parajes más tranquilos. Sería una ruina de
incalculables consecuencias.
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