martes, 7 de junio de 2011

LOS PRIVILEGIOS DE LA FAMILIA REAL



Eso es lo que no entiendo, lo que reza en el título. No soy monárquica, ni lo contrario tampoco, Es decir, la Familia Real no me produce ni frío ni calor. Pensándolo mejor… puede que no sea muy monárquica. Pero bueno, eso es lo de menos. Viene esto a cuento por la “salida de tono”, no lo digo yo le he visto publicado, del Monarca en una audiencia en la que los medios de comunicación le preguntaron al Rey por su salud. Y de bastantes malos modos -todos vimos las imágenes- respondió algo así como si querían meterlo ya en un ataúd. No le doy mayor importancia al comentario, cualquiera puede tener un mal día, aunque haya sido educado para disimularlo. Lo que ya me indigna –palabrita de moda- es que a renglón seguido se haya prohibido a los periodistas entrar a las sesiones de fotos –solían hacerlo- , y se les obligue a permanecer con la boquita callada: ninguna pregunta. En realidad lo más interesantes suelen ser las respuestas, y si se les puede sacar punta, pues mejor que mejor. Pero por lo que parece la Familia Real es intocable. Vuelvo al principio: no lo entiendo. Tengo una amiga que colabora en un diario local con un artículo cada cierto tiempo y cuando se lo pidieron le dijeron que podía escribir de lo que quisiera, excepto de la Familia Real. Resulta sorprendente que en pleno siglo XXI y en España donde se dice –digo bien, se dice- se puede hablar de todo, se impida hacerlo de quienes han sido educados para… Pues no sé muy bien para qué, la verdad. Que sí, que trabajan, que nos representan, que…que mona luce la Princesa, que si el modelo es de…., que si es portada de Hola, que… Todo muy hermoso, como en los cuentos. Lo único que ya no somos niños, aunque tengamos reyes, príncipes y princesas. Creo que se me ha visto el plumero.

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