10) Edipo rey (1967) constituyó una incursión de PPPasolini en el mito
griego abordado por Sófocles. Sostiene el crítico Tomás Delclós que
el filme «no tiene nada que ver con la arqueología. La incorporación de
temas de Bach, del himno soviético y de músicas populares de Rumania
y Japón no son simples anacronismos metidos en una minuciosa tarea de
reconstrucción de la tragedia griega. Pasolini no se basa en Sófocles,
sino en el mito, entendido como patrimonio cultural colectivo».
Piensa este
crítico que «la tragedia pereció cuando el héroe individual dejó
de estar sometido a un destino que le dictaba su propia peripecia y
el protagonista, sin ordenanzas divinas, se hacía más responsable de su
futuro»; de ahí que Pasolini opte por reciclar «la peripecia del héroe
trágico hacia una reflexión existencial sobre la imposibilidad de
evitar el dolor».
11) El undécimo
trabajo fílmico de PPPasolini
fue un documental-entrevista de apenas 8 minutos al famoso poeta
estadounidense Ezra Pound, realizada en 1967 para la RAI. Pound
vivía en Rapallo, cerca de Génova, y había tenido muchos problemas con la
justicia por su enardecido ensalzamiento de Mussolini y la no menos
conflictiva defensa del antisemitismo nazi.
La revista
mexicana En Filme se refiere a esta pieza televisiva como sigue:
«En la conversación, Pasolini se muestra efusivo y apasionado, evidenciando
su afición por la poesía y sus conocimientos literarios. Pound presenta un semblante
sereno y de pocas palabras. Nulo entusiasmo se desprende de un viejo
Pound, mientras que Pasolini declama con fervor el “Canto LXXXI”. Ambos discuten
el movimiento italiano literario denominado “neovanguardia”, que cuenta
entre sus adherentes con Umberto Eco,
Edoardo Sanguineti y Amelia Rosselli. Pasolini indaga sobre las aficiones
artísticas del poeta; escultura, pintura y música».
12) En el
filme colectivo Capricho a la italiana
(1968), PPPasolini dirigió el
episodio titulado ¿Qué son las nubes?, acerca del drama Otelo y el mundo de los
títeres.
Sobre este
segmento de 20 minutos dice el ensayista Emiliano Fernández en Metacultura
que «Pasolini, por un lado, juega con la distancia entre la realidad y la
ficción subrayando el desconcierto, la alienación y la frustración
que puede generar en muchos actores y artistas en general (el títere que
representa a Otelo descubre con tristeza que Yago y el mismo moro son seres
execrables, frente a lo que su contraparte le responde que están “en un sueño
dentro de un sueño”) y, por otro lado, examina la enrevesada conjunción
de las tres dimensiones: la de los personajes, la de los espectadores
y la del mismo autor/ titiritero, quien hace comentarios contextuales y
ofrece alguna que otra interpretación desde lo alto mientras mueve los hilos de
sus criaturas».
13) Apuntes para una
película en la India (1968)
es un documental televisivo de 33 minutos producido por la RAI y con
música de E. Morricone, un boceto
fílmico que nunca llegó a realizar y que se rodó en las calles de Bombay
cámara en mano. El embrión del filme hay que buscarlo en un proyecto anterior
de Pasolini no fraguado sobre el hambre en el Tercer Mundo.
Sostiene el
profesor Daniel Acle que aquí el cineasta «despliega algunos de los
recursos más destacados de los apuntes como forma poética: el silencio, el
sonido, la música, las voces narrativas… y su relación con las imágenes y,
por supuesto, con el papel activo del espectador, cuyo acto de recepción
no agota –al igual que la poesía– la forma poética de los apuntes».
14) Teorema
(1968) opta por efectuar una introspección en el desestructurado organigrama
burgués de la familia. Como señala Pedro Paunero en la revista
mexicana Corre Cámara, se trata de una «conmovedora historia
de redención quebrada», interpretada por un «misterioso personaje
redentor» que «obligará a sus habitantes a liberarse de sus ataduras
existenciales y de clase».
Por su
parte, el estudioso Lior Zylberman la interpreta en Revista Sans
Soleil como una inmersión en el tema del Otro, «que nos es presentado,
en este caso, como la belleza y la bondad sublime, un Otro al que se le
ofrece hospitalidad: la apertura de la morada al otro como posibilidad de
liberación...». Para Pasolini, «el revolucionario mensaje ha de pasar
por el sexo: una zona liberadora que se revela en su elementalidad
revolucionaria en el interior de un hogar que hasta ese momento lo ha contenido
y disimulado para conservar el orden burgués».
15) Orgía (1968)
es la filmación en una sala de Turín de un drama teatral de su
autoría que escarba en la autodestrucción masoquista de una pareja, con
banda sonora de Morricone.
Juan M.
Bulitta la define
en Hablemos de Cine como una pieza de «cine subjetivo que
radicaliza los presupuestos alegóricos. Un filme agresivo, violento,
reflejo de una profunda crisis personal, y hasta de una desengañada
posición frente a la vida, la cultura, el arte y el cine».
[Continuará]
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