"Lo veo rodeado de atriles y escribanias, de batas y pantuflas,
todo envuelto en una sigilosa pulcritud doméstica".
J.M.C.B
J.M.C.B
Si la pasada
semana escribí de un sordo, músico, esta semana -ya lo anuncio- escribiré de un
ciego, escritor. No se trata de hacer una serie sobre lisiados, artistas, que
daría para una infinitud, no obstante la rebaja que, por sí, impone lo
auténticamente artístico. El colmo de los colmos, de algún vecino, es su
pretensión boba de hacer literatura con lo del virus de la República Popular;
basta estos días (h)ojear la prensa escrita -leer es otra cuestión-. No resulta
extraño que la gente se aburra ¡Otra oportunidad, tal vez la última, pérdida!
Nuestro personaje, que
fue ciego, fue también experto en colores:le gustó el amarillo. Y a través de
Steiner pensamos en él, en el ciego, cuando aquél (Steiner) contó cómo,
habiendo nacido con un brazo más corto que otro y pegado al cuerpo, su madre,
cual institutriz germánica, le obligó, para aprender, a atar los cordones de
los zapatos con una sola mano ¡Qué dificultad!
,
A eso Steiner llamó
"genio de mamá" y por eso no dejó de escandalizarse ante los
acolchamientos y sandeces de la cultura terapéutica actual, que priva a
multitud de criaturas del disfrutar ante la superación de grandes dificultades,
dejándolas hundidas en lo subvencionado y a los márgenes.
Buen motivo de
reflexión y añado. En las páginas centrales de "El País", del domingo
28 de agosto de 2014, figuraba la siguiente pregunta: "¿Estamos tan
enfermos cómo indica el cada vez más elevado consumo de psicofarmacos? Los
especialistas avisan: nuestra escasa tolerancia a la fustración nos hace poco
resistente tes a los problemas y presa fáciles de la industria farmacéutica".
Jardín con Cínico (en griego perro es cínico) |
Y recuerdo una tarde
gris en la Barcelona de los años ochenta del pasado siglo. Se dijo que esa
tarde una nube radioactiva, procedente de la reventada Chernobyl, pasaba por
los cielos de la gran ciudad, luego, más tarde, un pueblo. Las glándula
tiroideas de la población, para evitar cánceres, fueron advertidas. Aquella
nube radioactiva también procedía de una república popular, entonces soviética
o de la URRS. Y aún los idiotas, hoy, sean amigos o enemigos de curas, ofician
rituales del llamado "progreso".
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