miércoles, 15 de abril de 2020

"LA CRÍTICA ANTE EL CINE DE PASOLINI (2), por JOSÉ LUIS CAMPAL


6) La sexta película tras la cámara de PPPasolini tomó la forma de un filme-encuesta sobre el amor y sus variantes que bautizaría como Comizi d’amore(1965), si bien el planteamiento primigenio del cineasta, que los productores se apresuraron a quitarle de la cabeza, era una obra sobre las perversiones sexuales.

Rodada en 1963, no se visionó hasta el año siguiente en el Festival de Locarno, retrasándose su acceso a las salas comerciales a mayo de 1965. Como recuerda Isabel Cuesta en El País, «con cámara y micrófono en mano, Pasolini recorrió Italia interrogando a la gente del campo, de la ciudad, niños, jóvenes y viejos, obreros y estudiantes, mujeres decentes y prostitutas sobre la sexualidad, la homosexualidad, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la virginidad, el divorcio (que aún no estaba permitido) y sobre la prostitución que entonces había sido desplazada a las calles por la Ley Merlin de 1958 que había prohibido los burdeles». Al lado de los italianos sin rostro, incluye entrevistas con dos pesos pesados de la intelectualidad nacional: el poeta Giuseppe Ungaretti y el novelista Alberto Moravia.

El trabajo, que carecía de un hilo conductor más allá del desplazamiento para sonsacarle al pueblo sus opiniones, lo evalúa el crítico de Diagonal como «fascinante y divertido, [ya que] da una imagen compleja del rostro de un país que poco tiene que ver con la Italia oficial del milagro económico». Y lo hace, como señala en otro lugar Iván Villarmea, «a través de una provocadora mezcla de política, sociología y sexo. En ella, Pasolini jugaba a desconcertar a los entrevistados con sus preguntas, empleando una técnica periodística que acabaría derivando en los asaltos mediáticos en los que los reporteros actuales acosan a los ciudadanos».

7) La aportación titulada Localizaciones en Palestina para El Evangelio según Mateo constituye un cuaderno de imágenes capturadas en 1963 como trabajo preparatorio de su famosa quinta película y que se montó y estrenó en Italia en el verano de 1965 dentro del Festival de Dos Mundos.

Explica la Dra. Silvia Martín Gutiérrez que «la finalidad de este viaje es la búsqueda de localizaciones, o mejor dicho de inspiración, de lugares y personajes que pudieran ser utilizados para Il Vangelo secondo Matteo. Hablamos de inspiración y no de localización en sentido estricto, porque cuando Pasolini llega a Tierra Santa ya es consciente de que el elevado nivel de industrialización de la zona impide que la película pueda rodarse allí».

Sobre todo lo rodado, Pasolini confiesa que es un «material inutilizable» para sus fines, y agrega: «Son las mismas caras que hemos visto en las aldeas drusas: dulces, bonitas, alegres, quizás algo tétricas, fúnebres, de una dulzura salvaje, plenamente precristiana. Las palabras de Cristo no pasaron por aquí, ni de lejos. Las imágenes son fantásticas. Y probablemente son fieles a la imagen que tenemos cuando pensamos en los judíos cruzando el desierto».

8) La fábula/sátira política Pajaritos y pajarracos(1966), estrenada en Milán, reunía por vez primera al gran cómico Totó y al joven amante de Pasolini Ninetto Davoli. Parodiando en cierto modo la película de Rosellini Francesco, giugliare di Dio, la cinta se ciñe a las andanzas de un «padre y su hijo, con un marcado carácter chaplinesco, y un cuervo que posee el don de la palabra. La obra se articula con los diversos incidentes que les ocurren a los tres personajes, mientras avanzan por una carretera que nace en el horizonte y se pierde en la lejanía», resume el historiador de cine Augusto Martínez Torres.

Para la web Diccineario, estamos ante una «caótica, mordiente pero bienintencionada parábola sobre el sentido de la vida y el irresistible ocaso moral de una sociedad capitalista tan hipócrita como inquisitorial. Inquietudes tan adheridas a la personalidad del autor como la pobreza, el sexo, la muerte o la religión eran abordadas con enorme lucidez en esta road movie».

La lectura del desencanto político pasoliniano no puede eludirse. Así lo condensaba Pedro Gandía en la revista valenciana Debats: «Una película ideo-cómica sobre la crisis política del PCI y del marxismo de los años 50. La sensibilidad lírica del montaje transforma la ideología en poesía. Es ilustrativa, al respecto, la secuencia en la que dos representantes del proletariado industrial, padre e hijo, acaban comiéndose al cuervo que los acompaña, un intelectual de izquierdas, hijo del señor Duda y la señora Conciencia, habitante del país de la ideología en la ciudad del futuro y residente en la calle Karl Marx. En cierto modo, el cuervo tiene algo de autobiográfico de Pasolini. No lloro por el fin de mis ideas, de seguro que ya llegará alguien y tomará mi bandera. Lloro por mí mismo, dice el ave. Es su película moderna por excelencia, a la vez que cuadro sintético de la problemática social».

9) La contribución de PPPasolini tituladaLa Tierra vista desde la lunaformó parte del filme colectivo Las brujas(1967). Acompañaban a Pasolini con otros tantos segmentos fílmicos: Mauro Bolognini, Vittorio de Sica, Franco Rossi y Luchino Visconti. Un abanico de primeras figuras.

El mediometraje de Pasolini, protagonizado por los intérpretes de Pajaritos y pajarracosy con un tratamiento del color antirrealista e inusual en su cine, queda como una «comedia diseñada para recalcar la naturaleza fugitiva, breve, de la vida humana, e incluso sobre lo ridículo de sus aspiraciones y sobre los “caminos inescrutables de los dioses”, ya sean los griegos, el católico o aquel que llamamos destino», escribe Ignasi Mena, para quien La Tierra vista desde la luna«puede entenderse como una manera de responder al desafío de cómo integrar la muerte en la comedia, sin perder los rasgos fundamentales del género ni alienar al espectador».

[Continuará]

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