6) La sexta película tras la cámara de PPPasolini tomó la
forma de un filme-encuesta sobre el amor y sus variantes que
bautizaría como Comizi d’amore(1965), si bien el
planteamiento primigenio del cineasta, que los productores se apresuraron a
quitarle de la cabeza, era una obra sobre las perversiones sexuales.
Rodada en 1963, no se visionó hasta el año siguiente en el Festival
de Locarno, retrasándose su acceso a las salas comerciales a mayo de
1965. Como recuerda Isabel Cuesta en El País, «con cámara
y micrófono en mano, Pasolini recorrió Italia interrogando a la gente del campo,
de la ciudad, niños, jóvenes y viejos, obreros y estudiantes, mujeres
decentes y prostitutas sobre la sexualidad, la homosexualidad,
la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la virginidad,
el divorcio (que aún no estaba permitido) y sobre la prostitución
que entonces había sido desplazada a las calles por la Ley Merlin de
1958 que había prohibido los burdeles». Al lado de los italianos sin
rostro, incluye entrevistas con dos pesos pesados de la intelectualidad
nacional: el poeta Giuseppe Ungaretti y el novelista Alberto Moravia.
El trabajo, que carecía de un hilo conductor más allá del
desplazamiento para sonsacarle al pueblo sus opiniones, lo evalúa el crítico de
Diagonal como «fascinante y divertido, [ya que] da una imagen
compleja del rostro de un país que poco tiene que ver con la Italia
oficial del milagro económico». Y lo hace, como señala en otro lugar Iván
Villarmea, «a través de una provocadora mezcla de política, sociología y
sexo. En ella, Pasolini jugaba a desconcertar a los entrevistados
con sus preguntas, empleando una técnica periodística que acabaría
derivando en los asaltos mediáticos en los que los reporteros actuales
acosan a los ciudadanos».
7) La aportación titulada Localizaciones en Palestina para El Evangelio según Mateo constituye un cuaderno
de imágenes capturadas en 1963 como trabajo preparatorio de su
famosa quinta película y que se montó y estrenó en Italia en el verano de 1965
dentro del Festival de Dos Mundos.
Explica la Dra. Silvia Martín Gutiérrez que «la finalidad de este
viaje es la búsqueda de localizaciones, o mejor dicho de inspiración,
de lugares y personajes que pudieran ser utilizados para Il Vangelo secondo Matteo. Hablamos
de inspiración y no de localización en sentido estricto, porque cuando Pasolini
llega a Tierra Santa ya es consciente de que el elevado nivel de industrialización
de la zona impide que la película pueda rodarse allí».
Sobre todo lo rodado, Pasolini confiesa que es un «material inutilizable»
para sus fines, y agrega: «Son las mismas caras que hemos visto en las
aldeas drusas: dulces, bonitas, alegres, quizás algo tétricas, fúnebres, de
una dulzura salvaje, plenamente precristiana. Las palabras de Cristo no
pasaron por aquí, ni de lejos. Las imágenes son fantásticas.
Y probablemente son fieles a la imagen que tenemos cuando pensamos en
los judíos cruzando el desierto».
8) La fábula/sátira política Pajaritos y pajarracos(1966), estrenada en
Milán, reunía por vez primera al gran cómico Totó y al joven amante de
Pasolini Ninetto Davoli. Parodiando en cierto modo la película de
Rosellini Francesco, giugliare di Dio, la cinta se ciñe a las andanzas
de un «padre y su hijo, con un marcado carácter chaplinesco, y un
cuervo que posee el don de la palabra. La obra se articula con
los diversos incidentes que les ocurren a los tres personajes, mientras avanzan
por una carretera que nace en el horizonte y se pierde en la lejanía»,
resume el historiador de cine Augusto Martínez Torres.
Para la web Diccineario, estamos ante una «caótica, mordiente
pero bienintencionada parábola sobre el sentido de la vida y el
irresistible ocaso moral de una sociedad capitalista tan hipócrita
como inquisitorial. Inquietudes tan adheridas a la personalidad
del autor como la pobreza, el sexo, la muerte o la religión eran
abordadas con enorme lucidez en esta road movie».
La lectura del desencanto político pasoliniano no puede eludirse.
Así lo condensaba Pedro Gandía en la revista valenciana Debats:
«Una película ideo-cómica sobre la crisis política del PCI y del marxismo de
los años 50. La sensibilidad lírica del montaje transforma la ideología
en poesía. Es ilustrativa, al respecto, la secuencia en la que dos
representantes del proletariado industrial, padre e hijo, acaban
comiéndose al cuervo que los acompaña, un intelectual de izquierdas, hijo
del señor Duda y la señora Conciencia, habitante del país de la ideología en la
ciudad del futuro y residente en la calle Karl Marx. En cierto modo, el
cuervo tiene algo de autobiográfico de Pasolini. No lloro por el
fin de mis ideas, de seguro que ya llegará alguien y tomará mi bandera. Lloro
por mí mismo, dice el ave. Es su película moderna por excelencia,
a la vez que cuadro sintético de la problemática social».
9) La contribución de PPPasolini tituladaLa Tierra vista desde la lunaformó parte
del filme colectivo Las brujas(1967). Acompañaban a Pasolini
con otros tantos segmentos fílmicos: Mauro Bolognini, Vittorio de
Sica, Franco Rossi y Luchino Visconti. Un abanico de primeras
figuras.
El mediometraje de Pasolini, protagonizado por los intérpretes de Pajaritos y pajarracosy con un tratamiento
del color antirrealista e inusual en su cine, queda como una «comedia
diseñada para recalcar la naturaleza fugitiva, breve, de la vida
humana, e incluso sobre lo ridículo de sus aspiraciones y sobre los
“caminos inescrutables de los dioses”, ya sean los griegos, el católico o aquel
que llamamos destino», escribe Ignasi Mena, para quien La Tierra vista desde la luna«puede
entenderse como una manera de responder al desafío de cómo integrar la muerte
en la comedia, sin perder los rasgos fundamentales del género ni alienar
al espectador».
No hay comentarios:
Publicar un comentario