Leo en prensa: el 6% de los niños en
Andalucia están en pobreza extrema. Hasta no hace mucho, según informes
de UNICEF, el diez por ciento de los niños en España vivían en el umbral de la pobreza. Parece
lo mismo: no lo es. En el segundo caso, simplemente son niños pobres, sin nada
supérfluo, pero que comen todos los días, no tienen casi nada distinto a
aquello que necesitan para la supervivencia. En el primero, sólo comen una vez
al día. Los maestros de los colegios de
las barriadas más afectadas por la crisis han dado la voz de alarma. Algunos
alumnos acudían al colegio sin desayunar: en sus casas no había nada que comer.
En el colegio se les daba el almuerzo del mediodía, lo que se convertía en el único
alimento del día, porque tampoco había cena en sus casas. Me imagino lo difícil
que será ser maestro en esas escuelas, y más difícil todavía ser padres y no
poder alimentar a su prole. Relataba una maestra, en un medio de comunicación,
la desolación que le había producido una madre que le decía que no podía
comprarle un bocadillo a su hijo porque
no tenía ni un euro. El Gobierno andaluz
ha decidido que en los colegios de les den las tres comidas. Ciertamente esa es
una solución de emergencia, puede que ya no pasen hambre, pero qué vergüenza
para este país, con tantos millonarios pululando hoy por los juzgados… Con los millones
que ellos nos han birlado daría para que muchos niños –sin duda todos los que ahora
están en pobreza extrema- pudieran hacer tres comidas al día.
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