miércoles, 18 de septiembre de 2013

"DEFENSORES DE LA TRADICIÓN ASTURIANA", publicado en "EL COMERCIO" (18/10/13)





Defensores de la tradición asturiana
Maribel Trabanco, Isabel Moro (viuda e hija de José Avelino Moro) y Luis Argüelles hijo ante la placa. :: J. SIMAL
SHEILA VACA.-Se pasaron la vida labrando la historia de Asturias en forma de herramientas de campo, jarras y piezas de cerámica. El que fuera periodista de EL COMERCIO José Avelino Moro recorría a bordo de su Wolkswagen los pueblos de la región, donde recogía aperos de labranza y otros útiles, mientras que Luis Argüelles, historiador, se encargaba de catalogarlos. Ambos se volcaron en un proyecto bonito a la par que complicado, pero que finalmente consiguieron culminar en 1968: la creación el Muséu del Pueblu d'Asturies. Ayer, ese museo acogió un sentido homenaje en su recuerdo con la colocación de una placa conmemorativa que recuerda la inmensa labor que realizaron.
Numerosos familiares, amigos y allegados no quisieron perderse tan entrañable cita. «Aquí mismo, hace 36 años mi padre, a los pocos meses de haber fallecido, recibió un pequeño homenaje. Pero su palabra se apagó y pasó al olvido en poco tiempo. Es por eso que llevaba desde entonces sin volver al Pueblu d'Asturies. Iba a la Feria de Muestras, al rastro y miraba para otro lado. Ahora que vuelvo lo veo renovado y me agrada. Gracias, gracias y gracias. Por todo, porque ambos se lo merecen», apuntaba Isabel Moro, hija de José Avelino. «Casi le cuesta el matrimonio. Cientos de piezas pasaron por casa para ser limpiardas y restaurarlas. A veces llamaba preguntando si estaba mi madre para entrar en casa», recordaba entre risas.
«Pasé mi infancia aquí y ahora me parece todo mucho más pequeño que cuando era un crío. Viví la época de decadencia del museo y ahora vuelve a ser un pueblo vivo», comentó Luis Argüelles hijo, ya que su padre no pudo asistir al acto por problemas de salud.
Apuesta ambiciosa
A ambos les interesaban el bable, las tradiciones, el folclore, las aldeas, el campo y cualquier seña de asturianía. Fue una apuesta ambiciosa. Recibieron «críticas por parte de diversos medios y personalidades, que descalificaban sus intereses por considerarlos 'aldeanismos'», frente al predominante ansia de progreso que triunfaba en la época. Al final lo consiguieron con la ayuda del industrial Luis Adaro, por entonces responsable de la Feria de Muestras, que decidió destinar un espacio en ella a instalar un auténtico pueblo asturiano.
Fueron dos personas muy queridas por los gijoneses y por todos los asturianos. Prueba de ello fue la cantidad de personas que se acercó hasta el recinto para mostrarles su apoyo, como Gonzalo Mieres, Joaquín Fuertes y el pintor Roberto Díaz de Osoria, que aprovechó la ocasión para pedir una calle para Moro y Argüelles. También estuvieron presentes los ediles Carlos Rubiera y Manuel Pecharromán y el director de la Fundación Municipal de Cultura Xosé Nel Riesgo.
«Estoy agradecido a toda la ciudadanía por impulsar este merecido reconocimiento. Además es un orgullo que se haya podido traducir al asturiano el texto que figura en la placa», apuntó Rubiera.
Cierre musical
La música fue la encargada de cerrar el acto de homenaje. El coro Costa Verde, junto con el concejal de Cultura, interpretaron la canción 'Axuntábense' y todos los presentes se unieron para entonar el 'Gijón del alma'. Moro y Argüelles ya tienen su merecido sitio en el museo que ellos mismos crearon con mucho esfuerzo y sacrificio. Su placa, visible desde ayer luce al lado de la de José Blanco Alonso.
El próximo 6 de octubre 'Bravo Asturianísimo' retomará su programación y lo hará con un homenaje a José Avelino Moro. El acto se celebrará a las 12 en el Teatro Jovellanos. «Decía que las cosas que se hacen, bien por amor, bien por devoción, no son extraordinarias. Lo anormal es no hacerlas, pudiendo», explicaba su hija Isabel.
Composición de fotos de BELÉN ENCINAS, la hija de quien acompañó siempre a mi padre cámara en mano

"LOS PIONEROS VUELVEN A SU CASA"
artículo publicado en "LA NUEVA ESPAÑA" (18/10/13)
El homenaje a Luis Argüelles y José Avelino Moro en el Muséu del Pueblu d'Asturies se vive como un «desagravio»
«El Muséu del Pueblu d'Asturies no nació por generación espontánea». La frase es de Armando Nosti, ex concejal de Unidad Gijonesa, y sirvió ayer para subrayar el decisivo papel, no siempre reconocido, que tuvieron Luis Argüelles Sánchez y José Avelino Moro Fernández en la creación de las instalaciones dedicadas a exaltar la identidad asturiana y conservar su patrimonio cultural. Y la pronunció en el emotivo homenaje que se celebró, en el mismo recinto y al pie de uno de los muros del Museo de la Gaita, con motivo del descubrimiento de una placa en la que se resumen los méritos de estos dos pioneros en la labor de recuperación de algunas de las señas particulares de los asturianos, vivo aún el primero y fallecido el segundo en 1977.
Esa placa, colocada junto a la que recuerda a José Blanco Alonso, gaitero mayor de Gijón, supone de alguna manera el regreso de Argüelles y Moro al museo que ayudaron a crear y es también, según manifestaron familiares y amigos, un «desagravio» al trato y el olvido que recibieron a partir de los años ochenta. «Estuve treinta y cinco años sin volver al museo; daba la vuelta sin entrar», explicó Isabel Moro, hija de José Avelino y secretaria del Ateneo Jovellanos, quien, acompañada por su madre, Maribel Trabanco, parecía ayer reconciliada con una institución de la que atesora muchos recuerdos y de la que se distanció a raíz del trato que recibieron su padre y Luis Argüelles. En parecidos términos se manifestó el hijo de éste, de igual nombre que su progenitor: «La Administración le llegó a remitir una carta diciéndole que no volviera a pisar el museo; vivió un sentimiento de maltrato». Acabó por decisión administrativa de bibliotecario en El Coto. «Si estuviera bien de salud estaría hoy aquí», añadió su hijo.
El Muséu del Pueblu d'Asturies se creó en 1968 gracias a la labor entusiasta de un grupo de personas integrado, entre otros, por Argüelles, Moro, Luis Alonso o Luciano Castañón. «Conocí mucho a los dos primeros», relató, por su parte, Joaquín Fuertes. Éste, que se sumó a una petición del pintor Roberto Díaz de Orosia para que el Ayuntamiento dedique sendas calles a los dos asturianistas homenajeados ayer, rememoró cómo algunas voces discordantes acusaban a los dos pioneros de «querer llevar mierda al lado de la Feria (Internacional de Muestras) y de que su labor era anacrónica». «Lucharon contra viento y marea y sacaron adelante todo esto; esta placa es una manera de pedirles excusas y de recompensarles el enorme agravio que recibieron», agregó.
Gonzalo Mieres, que fue el encargado de presentar a quienes tomaron la palabra, calificó el homenaje como un acto de «justo recuerdo» por la significación de Argüelles y Moro en la «defensa de Asturias». Y agradeció a la Fundación Municipal de Cultura la «receptividad» con la que acogió la propuesta de instalar una placa en el museo. «Lo que hemos hecho no tiene mérito; es un acto de justicia», dijo el presidente de la citada fundación, Xosé Nel Riesgo. El concejal de Cultura, Carlos Rubiera, agradeció la «iniciativa de los ciudadanos» y subrayó que un pueblo sin memoria tendrá escaso futuro.
«¿Por qué somos incapaces de reconocer los méritos de quien tuvo la claridad para ver eso?», se preguntó el responsable municipal. Rubiera contó que no tuvo la suerte de conocer a Moro, pero sí a Luis Argüelles, que recibió un homenaje en el Centro Gerontológico Jovellanos en enero del año pasado. «Tuve que sufrir a los malvados pero ya no lo recuerdo bien», manifestó entonces el autor de «Indumentaria popular en Asturias», libro imprescindible en cualquier bibliografía de cultura asturiana. La coral «Costa Verde» cantó «Axuntábense» y «Gijón del alma».



FOTOS DE MI AMIGA DELIA SÁNCHEZ

Que, además me ha escrito en Facebook esto: 
Ayer día 17, he tenido la satisfacción de acompañar a mi amiga Isabel Moro en un día muy especial para ella. El homenaje a su padre José Avelino Moro y Luis Argüelles Sanchez, en la colocación de una placa conmemorativa que recuerda la inmensa labor que realizaron por el "Plueblo de Asturias". Estuvo rodeada de grandes personajes, familiares y amigos. Esto es, Isabel, que tus buenos amigos no se olvidan de él, y de igual manera a ti te quieren y te queremos.Tus bellas palabras logré captarlas bien en la grabadora (temía no lograrlo). Te las enviaré. Un beso

Luis Argüelles, mi madre, yo misma, Enma y Belén Encinas y Gonzalo Mieres

Actuación de la coral "Costa Verde"
Con mi madre y Gonzalo Mieres

Gonzalo Mieres, Carlos Rubiera, Maribel Trabanco, Luis Argüelles e Isabel Moro





2 comentarios:

  1. Isabel, estoy muy feliz por fin se ha hecho justicia. Y digo justicia no por las palabras, que se las lleva el viento, sino por los hechos.

    Es de justicia reconocer las buenas obras, no las intenciones, pues como tu bien dices (frase que decía tu padre) las cosas que se hacen, bien por amor, bien por devoción, no son extraordinarias. Lo anormal es no hacerlas, pudiendo.

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  2. Eso exactamente era lo que decía mi padre. Él me enseñó que hacer las cosas bien no era nada especial, era sencillamente como había que hacerlas. Por eso lo que me está sucediendo ahora me cuesta encajarlo, cosa que tengo que disimular, para que no parezca una falsa modestia ( de lo que algunas personas me han hablado ya), pero es que esto me sobrepasa Lo más hermoso de todo es que he redescubierto a mi padre en facetas diferentes a la de padre, que esa siempre la tuve muy presente. Gracias por tu comentario, amigo.

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