miércoles, 7 de noviembre de 2012
"LOS CABALLITOS"
¡Qué no daría yo por regresar a aquellos tiempos en los que mi madre me llevaba a "Los caballitos"! Me estoy haciendo mayor, muy mayor. Cuando uno mira al pasado con frecuencia, es que ya no hay demasiado futuro. No es frecuente toparse con carruseles tan sencillos como el de la foto, que lo único que hacen es girar, girar una y otra vez. Los actuales -en los parques de atracciones- dan vértigo: montañas rusas que casi tocan el cielo, trenes que a gran velocidad te colocan boca abajo, norias gigantes, pero "caballitos"... eso ya es una antigualla. Que yo encontré en el viaje que acabo de hacer a Portugal, creo que fue en un parque en Coimbra. No resistí la tentación y sí, tuve la osadía de subirme, ante la mirada atónita de su dueño. Otra razón más que avala que soy bastante mayor: haber perdido la vergüenza. Y poca hay que tener para publicar la foto...
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Pues era el sueño de los niños que no tenían un caballo ni un coche para correr. Además, los carruseles parecían estar inmersos en un mundo de magia, movidos por algún duende. ¿Quién pensaba entonces que los movía un motor eléctrico? Sólo nos preocupaba la sirena que indicaba el fin del viaje.
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