domingo, 10 de mayo de 2020

ASUNTO DE GÉNERO QUE NO GENÉRICO, por ÁNGEL AZNÁREZ

  (EL FEMINISMO ANTE CORONAVIRUS) 


                                                                                        
                                                                                  "Un día pregunté al cardenal Lustiger que justificaba la exclusión de las mujeres del sacerdocio; me respondió que había  doce hombres alrededor de Cristo en el momento de la Cena. ¡Pero si había tres mujeres en el momento de darle sepultura! Cuando se trata de una comida, los hombres están siempre presentes, pero en los momento de mucha pena, hay sobre todo mujeres".
                             (Bachelot y Fraisse. "Dos mujeres en el reino de los hombres". Hachette 1999).






El denominado "feminismo", otro alumbramiento de la Ilustración, que atravesó por los siglos XIX, XX y por lo que llevamos del XXI, es una gran revolución, de costumbres y de la politica, contra la dominación masculina o supremacía de los hombres sobre las mujeres. Tal fenómeno hunde las raíces en una estructura básica y/o familiar, que se llama "el patriarcado". Una lucha revolucionaria, la de la emancipación de las mujeres, y una lucha con resultados ya irreversibles.
       
          Procede ante este importante y delicado asunto implorar la precaución o el "ad cautelam", teniendo en cuenta las excitaciones y sensibilidades que causan las violentas, reiteradas y delictivas acciones masculinas, de "impotentes machos", contra las mujeres, con resultados de malos tratos y de feminicidios. Digamos que no existe un feminismo, sino varios y diferentes, sucesivos en el tiempo, y a veces contrapuestos; desde el feminismo antiguo, de lucha por el sufragio, luego los feminismos de la igualdad y de la diferencia, hasta el actual y radical de la teoría del género de Judith Butler (judia, profesora de la Universidad de Berkeley y autora en 1990 de "Gender Trouble"), y del cuerpo de la mujer, que distingue las categorías binarias, de lo masculino y femenino, de las no binarias, agrupadas en las siglas LGBT, de gays, transexuales, lesbianas y bisexuales). Lo que vale hoy, mañana puede ser no, como el caso de la píldora anticonceptiva, que en los años sesenta del siglo XX fue liberadora, y ahora puede ser todo lo contrario, en cuanto manipulacion y medicalizacion del cuerpo femenino.

        
Precisamente en tiempos de vuelta al confinamiento de mujeres (y de hombres) por causas sanitarias, debemos reflexionar y preguntarnos, si el patriarcado,después de tanta lucha, cayó derrotado, como cayeron derrotados todos los imperios. La respuesta no es fácil. Manuel Castells, ministro de Universidades y autor de "El poder de la identidad" (volumen II, Alianza Editorial, cuarta reimpresión, 2000), después de señalar que "el feminismo es la revolución más importante porque llega a la raíz de la sociedad y al núcleo de lo que somos", escribe, con lo que estoy de acuerdo: "Los indicadores presentes señalan un declive sustancial de las formas tradicionales de la familia patriarcal". Un patriarcalismo contemporáneo -añado- frente a un primitivo y mítico matriarcado, acaso tan mítico como fue aquella hipotética horda, que asesinó al primitivo  "padre" (complejo de Edipo) según Freud en "Tótem y tabú". En España, lo último interesante publicado sobre el matriarcado en el primitivo pre/indoeuropeismo, está en el libro recomendable de filólogo Bernardo Souviron, "Hijos de Homero, un viaje personal por el alba de Occidente" (Alianza Editorial, 2006).

          El autor teatral Harold Pinter, de nacionalidad británica y judío de origen ruso, en el Discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura del año 2005 leyó lo siguiente escandaloso: "LOS HOMBRES POLITICOS NO SE INTERESAN POR LA VERDAD, SINO POR EL PODER Y SU MANTENIMIENTO. PARA ESO LAS GENTES HAN DE PERMANECER EN LA IGNORANCIA, HAN DE VIVIR EN LA IGNORANCIA DE LA VERDAD". Y la pregunta es: ¿Cuándo las mujeres son las políticas se interesan por la verdad? ¿Lo femenino político es diferente al masculino político? ¿El poder político de las mujeres, cuando gobiernan, tiene otra aproximación a la verdad y a la ignorancia? ¿El otro sexo, el femenino, supone una diferente aproximacion a la Política? ¿Habrá una manera femenina y más adecuada de actuación contra el virus que tanto mata?

        

No lo sé y sigo sin saberlo. Intuyo que el Poder, con su fatal, pestilente, mortífera y demoníaca pulsion, parece no permitir lo que puede considerar como sutilezas o matices. Al interés de saber aquello, escrute y hasta "escrote", con atención, dos memorias, la de Margarita Thatcher, publicada en 1993, tan "femenina" ella y muy esposa de Denis, y también la de Madelaine Albright, no amante de Clinton, publicada en 2003, así como una autobiografía, la de Golda Meir, Primera Ministra que fue de Israel, no alardeadora de precisamente de belleza, autora de  "My Life", publicada ("Futura publications") en 1975. Mucho ruido hay en todo ello, tal vez ruido y sólo ruido. Pudiera ser algo parecio a lo que se dibujaba en un chiste de Mingote sobre el revolucionario Concilio-, que unas beatas muy tranquilas decían: "al cielo, digan lo que digan los nuevos teólogos, iremos las de siempre".

          No ignoro que, desde un cierto feminismo que pudiera ser "conservador", se ha escrito de valores propios de la mujer contrapuestos a los masculinos -de "virtudes no viriles" escribió, por ejemplo, Victoria Camps en "Virtudes publicas" del año 1990, de unas actitudes y de un peculiar estilo de ver las cosas.  ¿Tiene el feminismo algo que decir ante una pandemia como la actual? ¿ Existe algo parecido a lo que pudiera ser un " leaderhip" femenino?

          En próximo articulo nos referiremos a Judith Butler, que estos dias, en la Revista "Bulb", se ha pronunciado sobre esta importante cuestión. Ahora digamos sólo que el diario "The Guardián" -en editorial firmado por la periodista Catherine Bennet- público que gobiernos como los de Nueva Zelanda, Noruega, Dinamarca, Islandia, Taiwan y Alemania, dirigidos por mujeres, fueron muy diligentes en la toma de medidas contra el entonces incipiente Virus-19, lo que contrasta, según tal información, con las tardanza de gobiernos presididos por hombres.

        
Y otra pregunta: ¿El decretado confinamiento por el Gobierno de España, es igual para hombres y mujeres? La respuesta ha de ser No. La mujer tradicional o patriarcalmente ha sido confinada en espacios íntimos o privados, lugares de violencia y de silencios contra las mujeres, y tanto si eran cristianas o musulmanas; fue el espacio público -la mujer fuera de casa- lo liberador y emancipador. Y ahora las mujeres vuelven a estar confinadas, con aumento de los riesgos de violencia contra ellas. Mucho pueden perder y la alerta ha de ser máxima.

             (En el siguiente artículo, volveremos, como dijimos, a Judith Butler; escribiremos de los miedos funestos de muchos hombres al sexo y a lo sexual, con figuraciones defensivas, masculinas, frente a lo femenino, caso de las "vaginas dentadas" y de las dulces sirenas convertidas en arpías. Miraremos también, es inevitable, a la manifestación del 8 de marzo de Madrid, sin prejuicios. Eso sí, con lamentos de que por contagios del Cov-17, ministras hayan tenido que dejar vacias sillas del Consejo, más que nunca de Ministros, para curar su infección pestifera).

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