domingo, 17 de febrero de 2013

TODO DE SALDO


TODO DE SALDO

Esta mañana he ido al rastro. Hacía tiempo que no me daba un garbeo por ese mercadillo que tan bien describe José Marcelino García en sus artículos. Todo estaba de saldo. Por un euro, tres bragas, tres pares de calcetines, tres libros, tres barras de labios…; por dos, ya lo que se quiera: un bolso, unas zapatillas, una blusa… Y si seguimos subiendo, de todo. Pese a ello, no había apenas compradores. Montones de cosas apiladas que no interesaban a casi nadie. Un ir y venir de manos vacías, sin bolsas que delataran compra. Creo que la crisis ha llegado también a nuestro mercadillo dominical. Los vendedores tristes, desmoralizados, “no se vende nada” voceaban de un puesto a otro. Por primera vez he visto muchos espacios libres, supongo que los que van dejando quienes ya no pueden vivir de esa venta ambulante que tanto esfuerzo requiere. Comienzan a montar sus carpas a las seis de la mañana, descargan de viejos furgones una mercancía de lo más variopinta y luego se sientan a esperar las ventas -suele estar toda la familia, niños incluidos-. Que nunca grandes beneficios, me consta, obtienen. Euro a euro… difícil hacer buena caja. Se lee en sus caras la decepción, el esfuerzo baldío de su trabajo. Del rastro me interesan los libros –aunque rara vez compro alguno-, las plantas –que tampoco compro- y hoy me he parado frente a un puesto lleno de jaulas con canarios, periquitos y aves varias. Me llamó la atención la oferta: periquito con jaula y caja de alpiste 17 euros. Estuve a punto de comprar uno, afortunadamente al primer impulso sucedió la cordura. Y regresé sin el pajarillo de marras. Yo también estoy en crisis.

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