lunes, 11 de febrero de 2013

"LO FINANCIERO Y LO CRISTIANO", artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ publicado en "LA NUEVA ESPAÑA"

(Publicado en el blog el día 3 de febrero)

Hace días solicité a un maestro mío que me indicara cuáles eran, a su juicio, los tres mejores libros sobre el crack de 2008, dada la avalancha y la montonera de libros publicados. Mi maestro, que estudia y enseña en Massachussets, como gran maestro que es, se apresuró y me envió la lista, y a más, los tres libros: dos en lengua inglesa y uno en la francesa. Después de mucho diálogo silencioso con los libros -que eso es la lectura-, preferí uno.

            Su autor es Gaël Giraud; el libro se titula La ilusión financiera; se publicó en septiembre de 2012. Y lo escogí, además, por la original peripecia biográfica del autor, de cierta extravagancia, pues pasó de ser consultor de bancos de inversiones y consejero matemático de “traders”, a ser lo que es hoy: miembro de la Compañía de Jesús o jesuita. La lógica del buen libro, tratará de fijar el orden de mi exposición.

            Explica Gaël Giraud S.J. el complejo proceso, que partió del engaño masivo de las Subprimes (a las capas sociales americanas más ignorantes, hispanos), continúa con la llamada “Titulación” (titrisation) de los “créditos hipotecarios”, que infectó el sistema financiero; sigue con la desconfianza entre los bancos y el derrumbe del interbancario, y concluye con la crisis bancaria, “metamorfoseada” en Europa en crisis de las deudas públicas. Resultado último: el escandaloso paro y desempleo. Con las medidas de austeridad de los gobiernos (o desgobiernos), incluido el español, a la hora de reducir sueldos a trabajadores y funcionarios, se debería recordar que estos últimos no son los culpables de la crisis, sino los Bancos y las Cajas de Ahorros.

            Grecia, con sus trampas contables para entrar en el Euro y su crisis enorme de la deuda pública, es analizada por el autor de manera contundente y escandalosa. En las páginas 29 y 30 se lee:“”La empresa alemana Siemens sacó beneficios sustanciales de los préstamos europeos de los bancos del Norte de Europa a Grecia. La multinacional alemana y sus asociados vendieron a Atenas la digitalización de los centros telefónicos  de la “OTE”, su empresa telefónica. La otra alemana ThyssenKrupp vendió a Atenas submarinos por miles de millones…Grecia fue uno de los cinco países europeos que más armas importaron…Compró 25 aviones Mirage a Francia en el año 2.000…Y en 2010, Grecia compró a Francia 6 fragatas de guerra…””. Pregunta: ¿Se comprende ahora, tanto la entrada tramposa de Grecia en el euro, así como los problemas de restitución de la inmensa deuda pública? Respuesta: Sí

"DESGARRO", escultura propiedad del autor
            Con oportunidad, recuerda el Gaël Giraud el comunicado de arrepentimiento de Greg Smith, responsable del departamento de productos derivados para Europa, Oriente Medio y África del Banco Goldman Sachs, publicado en el New York Times el 14 de marzo de 2012. En la página 33 del libro del jesuita, se lee la confesión de las malas prácticas de aquel banco, entre otras, la siguiente: “ B) Partir a la “caza del elefante”, empujando a sus clientes a comprar lo mas rentable a Goldman, no para ellos. Acaso –continúa- se me considere pasado de moda, pero no me gusta vender a mis clientes un producto que no es bueno para ellos” (fin de la cita). Muchos clientes de algunas instituciones financieras españolas, ya tienen nombre a lo que hicieron con ellos, con la suscripción de determinados productos financieros: “La caza del elefante”.

            Interesante es el capítulo IV que trata de la llamada “Transición ecológica”, indicando el negro papel desempeñado por el petróleo en nuestras crisis económicas (algunos árabes al petróleo llaman el “excremento del diablo”). Y es que la crisis de 2008 solapó la crisis medio ambiental y calentamiento climático, causadas en máxima parte por la combustión de energías fósiles (petróleo, gas y carbón). Si yo explicara a Gäel Giraud la “filosofía” de los llamados en España “Fondos mineros”, y sus docenas de miles de millones repartidos desde los años noventa, precisamente, para la “transición energética”, quedaría encantado; pero, si a continuación le explicara dónde están esos dineros, quedaría horrorizado. Y lo de la falta en España de una auténtica política energética, es consecuencia de un Ministerio, el de Industria, nido de termitas (o de lobbys), y unos ministros “pasmados”.

            Por otra parte, -ya entramos en una segunda fase- la “Ilusión financiera” está escrita por un cristiano, un jesuita, y eso se nota mucho. Se escribe: “”La selección darwiniana de los más fuertes que sirve de legitimación implícita a los desvaríos financieros nada tiene que ver con los Evangelios. La experiencia cristiana es la de un Dios, que se ha hecho uno de los “pequeños”, de esos que nuestras sociedades eliminan para ser más eficaces””. Continúa el jesuita refiriéndose a la imperante cultura “agonal” (de agôn, en griego, combate). Añado que en la pasada “década prodigiosa”, esa “cultura agonal” fue en todo, en lo económico en estricto sentido, hasta en las profesiones liberales, casi todas con muchos privilegios, que padecieron el paroxismo de lo económico y la atrofia de lo ético. Y los llamados “colegios profesionales”, que ahora tanto protestan por reformas necesarias, callaron como “muertos”, pues fueron eso: unos muertos.
"AMOR O GRATUIDAD", escultura propiedad del autor

            Y lo cristiano del autor, me lleva a Benedicto XVI, mi bendito Benedicto, y a la Doctrina Social de la Iglesia; a sus reiteradas críticas de lo financiero patológico, que partieron de su Encíclica Caritas in veritate (2009)-algo de ello trata la Centesimus annus (1991). Y en esto punto, debo hacer un aparte, que se ha de leer con la gravitas, como de los romanos, y entender con la pietas filial, de un hijo de la Iglesia y que admira a su Papa –sólo se puede querer lo que se admira-.

            Benedicto XVI tuvo que aprender de finanzas, pues cerca, demasiado cerca, tiene las finanzas del Banco vaticano o IOR (Instituto para las Obras Religiosas). ¿Qué control ejerce hoy el Estado vaticano sobre su Banco? Repárese en que, según la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano (2000), el Sumo Pontífice es su Soberano, con plenitud de poderes, el legislativo, ejecutivo y judicial. Ese desgraciado Banco es de mucho peligro, incluso para la física o el físico de los Papas, -eso que me dicen, recordando a un antecesor pontífice, yo, desde luego, no lo sé-. Si sé que es juego de niños, comparado con lo del Banco, el “morderse y devorarse” al que el Papa se refirió, como gritando, en su Carta a los obispos sobre la remisión de la excomunión a cuatro obispos de Lefevbre, Carta de marzo de 2009. Tener las finanzas escandalosas tan cerca, al Papa, a su Magisterio pontificio, quita “autoridad” a borbotones.

            Benedicto XVI no se limita a denunciar el exceso de lo financiero en la economía o denunciar la mentalidad egoísta del “capitalismo financiero”. Va mucho más allá. En su Encíclica Caritas in veritate” se lee:” El principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria” (eso mismo lo ha repetido en su Mensaje de 1 de enero 2013 para la celebración de la XLVI Jornada Mundial de la Paz). Es de interés la “lógica del “don”, que, en la Iglesia es trasunto del gran “Don” divino: Cristo. En la tierra y en lo jurídico, las diferencias sustanciales, en requisitos de forma y fondo, entre los actos jurídicos gratuitos y los onerosos son muy llamativas y que alertan. La voluntad del querer donar es más rara que la voluntad del querer a cambio de o del trueque; y la gratuidad por causa de muerte (herencia) se debe a lo inevitable: a la muerte, que con todo acaba.

            Muchas personas transmiten gratis sus bienes para ayudar a otros, hijos, familiares o extraños, y muchas, muchas, de aquellas personas, las del per caritate, han terminado en la indigencia, pues, lo que para ellas fue un don, para las otras fue una apropiación no debida. Otras muchas personas, también gratis et amore, para ayudar a sus hijos, familiares y amigos, han puesto en riesgo su patrimonio, por fianzas o avales. Y ahora ¿qué hacer? Este es un drama, psicológico y económico, por el que están pasando, en estos precisos momentos, cientos de personas. Y es que también allí, donde hay tanta gratuidad y en la “lógica del don”, también surge lo inevitablemente humano: el límite.

            Puede ocurrir que, a veces, la escritura y la predicación, siendo difíciles, sean menos, mucho menos que las complejidades resultantes de unas vidas normales, muy normales. Y todos, todos, somos lo que pensamos, lo que decimos y, desde luego, lo que hacemos, según escritura de don Emilio Lledó, en su Lenguaje e historia.

           

            

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