Ayer al salir de
trabajar, he visto con sorpresa que en
mi calle habían colocado un contenedor
quemado, un televisor destartalado, los restos de un frigorífico y unas ruedas de coche. Pensé que
los viejos bártulos esperaban el camión de la basura y supuse que pasaría durante la noche a recogerlo. Pero no
fue así. A la mañana siguiente, allí seguía la basura. Con una novedad: una
bicicleta arrimada a los bultos y varias bolsas de plástico con botes de
pintura rodeándola. Muy cerca un joven, controlando todo. Pensé,
equivocadamente, que el chico buscaba alguna cosa útil entre ese conjunto de artilugios deteriorados. No le presté mucha atención y me fui a tomar
el cafetito que me da fuerza para empezar bien el día. Al regresar me esperaba
una sorpresa: Isaac, que así se llama el artista, pintaba sobre el contenedor.
El resultado se puede ver en las fotos.
Un estupendo mural con el que dialogar a la entrada/salida del trabajo. La ciudad humanizada y palpitante.
ResponderEliminarUn excelente artista que con su trabajo hace mas bella su ciudad.
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