lunes, 26 de marzo de 2012

SIN ORDEN Y EN DESCONCIERTO

Hemos perdido las elecciones. ¿Que no? De acuerdo, empiezo de nuevo: hemos ganado las elecciones. ¡Ya!, que tampoco. Pues a ver, que alguien ponga un poco de orden a este mi desconcierto. En Andalucía gana el PP y no podrá gobernar. En Asturias al PSOE le sucede lo mismo: gana y tampoco podrá gobernar. Y ahora opino yo: una vez más todos hemos perdido. Enhorabuena señores del PSOE, señores del PP, se han lucido. Los españoles estamos desconcertados, han aniquilado todos nuestros idearios políticos: el que más y el que menos apuntaba  a izquierda, a derecha, o al centro, que lo mismo da. Ahora alguien que fue de izquierdas de toda la vida vota a la derecha, y viceversa. Pena dan las tertulias que proliferan en los medios de comunicación –muchas de ellas tratando de adoctrinarnos- en las que se reparten a un lado de la mesa la derecha y al otro la izquierda, esgrimiendo argumentos para tontos. Y mucha más pena dan –me dan- quienes salen a la calle abanderados por unos sindicatos que dicen defender los derechos de los trabajadores y que el próximo día 29 nos llevarán a la huelga. No dejo de preguntarme, ¿para qué? Por qué razón los obreros que la secunden van a dejar de cobrar un día de su menguado salario para hacerles la corte a unos individuos que hace menos de un año entraban en el Palacio de la  Moncloa como Pedro por su casa a negociar. ¿A negociar, qué? No lo hicieron entonces y no lo harán ahora. No nos engañemos, suficiente es que nos tomen el pelo y no podamos hacer nada para evitarlo. Como dice el título, estoy escribiendo en desconcierto, así que nadie espere que diga nada de provecho, ni tan siquiera que lo exprese con la corrección literaria que sería exigible a cualquier texto que se publique. Pero no puedo guardarme la rabia de sentirme manipulada por unos individuos que no han hecho nada diferente a chuparnos la sangre, que vivieron y viven precisamente de quienes el día 29 irán –obligados muchos- a la huelga: obreros en paro, padres y madres de familia con hijos sin trabajo, deudores de hipotecas a punto de verse en la calle, jóvenes que no encuentran ninguna salida laboral, y un largo etcétera de afectados por la puñetera crisis. Pero, ¿alguien piensa que después de la huelga mejorará su situación? No, seguro que no. Los medios de comunicación darán cifras, porcentajes de participación, cuatro exaltados armarán alguna y, al día siguiente, a trabajar de nuevo quien tenga la suerte de hacerlo. El resto, como  la película de Fernando León,  los lunes al sol. 




Entre los sueños rotos -que nada tienen que ver  con las elecciones de las que hablo, por supuesto- que voy acumulando en el alma, las lamentaciones de amigos que están en crisis, lo olvidada que me tienen algunas personas, otras a las que quiero olvidar y no lo consigo, el trabajo que me cae cada mañana como una losa -por razones que no diré aquí-, y algunas cosillas más de salud, pues no sé muy bien qué hacer con mi vida. Pero como soy persona que siempre busca soluciones, aunque algunas no se tengan de pié, como la que sigue, esta mañana he decidido tomar una medida paliativa: CULTIVAR LA AFECTIVIDAD. 
Y aquí estoy, sembrando en el más humilde de los espacios. Espero que la semilla germine. Germinará, lo sé, porque vosotros, mis amigos virtuales, estáis ahí. Es lo que  me queda. Ya os contaré si nacen margaritas o lágrimas. Lágrimas de la Virgen, que decía mi abuela, allium triquetrum para un botánico. 

Por cierto, echarle un vistazo a ESTUDIO DE ARTE YUSTE, que acabo de incluir entre los blogs que sigo. Merece la pena.

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