Y la de todas las ciudades, de los pueblos y las aldeas, de los mares y los montes... Dejemos un resquicio a la esperanza porque sino nos moriremos de angustia.
Y la de todas las ciudades, de los pueblos y las aldeas, de los mares y los montes... Dejemos un resquicio a la esperanza porque sino nos moriremos de angustia.
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