Han aumentado los pobres que piden en el paseo
de Begoña, y quienes buscan en la basura cuando cierra el supermercado
Alimerka.
Cada cinco minutos una familia pierde su casa y se queda en la calle. Una ministra llama terroristas a quienes desesperados molestan a los políticos manifestándose en las proximidades de sus casas, pobrecitos ellos, tienen más derecho que nadie a ser respetados –me refiero la los políticos, claro-, los desahuciados no merecen ningún respeto, no importa que los saquen a empujones de sus casas, con los hijos detrás mirando asustados sin comprender nada… Una amiga me cuenta que tenía depositados en un banco 48.000 euros y que al ir a retirarlo le han dicho que se convirtieron en 18.000 euros, con unos argumentos que ella no entiende, y yo tampoco. Los papeles de Bárcena dice la policía que son auténticos, pero seguro que no le pasará nada, sigue paseando su chulería como si nada. El Rey va al fútbol y Sofía visita a su hija en el palacete de Pedralbes: Urdangarín y Cristina necesitan mucho apoyo, hay que entenderlo. Podría seguir escribiendo mucho más, pero para qué, si todos estamos al hilo de lo que pasa. Pero eso son historias de pobres. De ricos y privilegiados también las hay.
Cada cinco minutos una familia pierde su casa y se queda en la calle. Una ministra llama terroristas a quienes desesperados molestan a los políticos manifestándose en las proximidades de sus casas, pobrecitos ellos, tienen más derecho que nadie a ser respetados –me refiero la los políticos, claro-, los desahuciados no merecen ningún respeto, no importa que los saquen a empujones de sus casas, con los hijos detrás mirando asustados sin comprender nada… Una amiga me cuenta que tenía depositados en un banco 48.000 euros y que al ir a retirarlo le han dicho que se convirtieron en 18.000 euros, con unos argumentos que ella no entiende, y yo tampoco. Los papeles de Bárcena dice la policía que son auténticos, pero seguro que no le pasará nada, sigue paseando su chulería como si nada. El Rey va al fútbol y Sofía visita a su hija en el palacete de Pedralbes: Urdangarín y Cristina necesitan mucho apoyo, hay que entenderlo. Podría seguir escribiendo mucho más, pero para qué, si todos estamos al hilo de lo que pasa. Pero eso son historias de pobres. De ricos y privilegiados también las hay.
No sé después de lo visto, que sentiré
mañana al toparme al ir a trabajar con esa anciana que pide cada día a la
puerta del supermercado, o con ese muchacho que lo hace sentado en las
escaleras de CAJASTUR, también con el músico
que me alegra la mañana con su acordeón, y
con el vendedor de pañuelos de papel que se empeña cada día en que le
compre un nuevo paquete, y…con todas esas personas que malviven de las monedas
que nos sobran.
Es que seguimos con lo de siempre, reyes, príncipes, populacho y siervos, sino de la gleba porque no hay trabajo ni en el campo,de cualquier cosa que les dé dinero a ellos. Dinero, poder...
ResponderEliminarBiquiños