viernes, 27 de diciembre de 2019

ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO (1)

(I), siendo ya costumbre,
propone al lector/lectora un juego,
que consiste en leer lo que se
escribe a continuación y lo que se leerá,
mañana domingo, en el extenso artículo de prensa. 

Tal comparación y análisis, con
pistas verdaderas y/o falsas, y como
un frutal ramo de cerezas, requerirá
paciencia y tiempo, cosas que los
lectores de hoy, tan efímeros, 
lo quieren escaso. 
No tienen ya tiempo y, apenas,
espacio. ¡Pobres! 
Y vayamos ya a lo nuestro: 
 La primera persona en salir en el
artículo de mañana es Vladimir Putin
y el último es Pío XII, Eugenio
y Pastor Angelicus. Entre ambos, tan
heterogéneos, el centro lo ocupan los
“ismos”: que si comunismo, que si nazismo,
que si cristianismo, que si catolicismo,
que si el comunismo es un cristianismo vuelto
loco, que si el nazismo fue una respuesta
desgraciada a la amenaza comunista, etc. 
El guión, es mucho más que un signo de
escritura; es como un jardín verde, muy
bizantino, a veces laberíntico, y lleno
de teselas que juntas hacen mosaicos variopintos.
Por ellos se pasea como por el hipódromo
de Constantinopla, allá a lo alto.
Al escribir de terrores revolucionarios,
surgen los gulags y los campos de
exterminios, todo muy apocalíptico como
es la literatura rusa (Alexander Pushkin
y Fiador M. Dostoyevski) y la música rusa
(Mussorgski y Rimsky-Korsakov), siempre en
torno, las letras y las músicas, a
personajes de oscuros manejos y de poderes
absolutos; personajes de antes y de ahora
–otra vez Putin, “Zar” y/o Stalin”-.
¿Y de la Iglesia qué, o mejor cuál: de
la Católica o de la Ortodoxa? Habida cuenta
que Rusia no es occidental sino eslava,
la Iglesia ha de ser la realmente rusa,
no la occidental sino la eslava. Esto no
lo entendió, rabiosamente, Juan Pablo II
que murió sin haber podido poner un pié
en Rusia (tampoco Benedicto XVI, no obstante
el prestigio de este Papa ante los Ortodoxos,
y por ahora tampoco Francisco, no obstante
las maniobras de los suyos, los jesuitas).    
J.F.Colosimo es un cristiano ortodoxo,
experto en eso tan interesante que es
la Teología Política, autor y editor,
y padre de Anastasia, otra teóloga
política y ortodoxa como su padre,
autora de un análisis o libro sobre
la blasfemia, delito teológico y político,
que los editores titularon Les bûchers
de la liberté en 2016.  
Si Anastasia escribió de Francia,
su padre lo hizo primero de USA
(“Dios es norteamericano” según dijo saber)
y luego de Rusia, la apocalíptica.
Más tarde, en 2018, editado por su
editorial (Du Cerf), escribió Colosimo
padre Aveuglements, religions, guerres,
civilisations.
En la inauguración de la denominada
“Iglesia o Catedral rusa de la Santa
Trinidad o de San Vladimiro”, en Paris
a finales de 2016, no pudo estar Putin,
por sus tejemanejes en Siria y Ucrania,
pero si estuvo el 30 de septiembre de
2019 en la Iglesia de San Sulpicio
de Paris, en el funeral de su amigo
Chirac, junto a Berenboim, que “musicó”
a Schubert con el piano. 
Y es que, para funerales religiosos,
no hay como los franceses, que son
laicos y que  comulgan en las
misas-funerales, tal como ex/presidente
Giscard, que en otro tiempo rechazó una
propuesta de Juan Pablo II para incluir
las raíces judeocristianas  en la
Constitución Europea. 
Es fascinante contemplar en YouTube
el funeral de Chirac: toda una lección
práctica de Teología Política.
(Las fotos son también propiedad del
autor, de conformidad con lo dispuesto
en el número 1, letra h) del artículo 10
de la Ley de Propiedad Intelectual) 


(I).- Ángel Aznárez Rubio, antes fue
muchas “cosas” jurídicas (tiempos pasados
de fiscal, notario y el magistrado) y
ahora también, muchas “cosas”
(Letrado en el Colegio de Abogados
de Gijón (Calle Moros, 3º, teléfono 655572017)
y arbitro. Una dedicación, como escribiera
don Salvador Madariaga: “Haciendo
que disminuyan  los pleitos, que es lo que
debe desear toda persona amante de la
Justicia”.
Fdo. Ángel Aznárez.  

   

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