martes, 25 de febrero de 2014

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ MARTÍNEZ ("EL COMERCIO", 24/02/2014)

El siete de junio José Luis Martínez entregaba el testigo de El Ateneo a Álvaro Muñiz  
El pasado mes de junio se jubilaba  el que fuera presidente del Ateneo Jovellanos  desde el año 1995, José Luis Martínez Martínez. Con ello se cerró una etapa que algunos dieron en llamar “etapa Martínez”. No en vano fueron muchos años en los que el Ateneo no era sino el fiel reflejo de un hombre que vivía por y  para la institución. Yo que le conocí bien -diez años trabajando codo con codo con él dan para mucho- algunas veces le aconsejaba dormir también en el Ateneo. Me consta que cuando se hizo cargo de la asociación cultural la encontró prácticamente muerta. Si no recuerdo mal, con una deuda de 400.000 pesetas de las de  entonces –eso era mucho-, unos locales que ya no le pertenecían y una docena de socios. Otra persona cualquiera hubiese renunciado a esa nada apetecible presidencia. Pero él no lo hizo. Con frecuencia yo me pregunté qué puede hacer que  un hombre  sé implique en una  empresa abocada al fracaso. Al poco tiempo de conocerle obtuve la respuesta: su capacidad de gestión y su desmedida pasión por la cultura. Cultura que para él estuvo siempre en los libros, en ese mundillo en el que  se adentró siendo muchacho imberbe. Quizás pocos sepan que comenzó con 14 años a trabajar en una librería en Oviedo, y que desde una esquina bebía con avidez  todo aquello que quienes la frecuentaban comentaban sobre obras y  autores. El resto era leer y leer, y un poco más  tarde atreverse a preguntar alguna cosilla suelta. Y así, desde abajo, con esfuerzo, con tesón y paciencia infinita  se fue formando el hombre que rescató  al Ateneo Jovellanos de una muerte segura. El valor que esto tiene lo dejo a la consideración de cada lector, si los tuviera.
No pretendo, ni mucho menos, loar su figura: hablan hechos y  resultados. Dar una  vuelta por el Ateneo actual es suficiente para constatar lo que por él hizo. Quienes ahora seguimos gestionando su marcha –hablo por lo que a mí me toca- caminamos por la ruta que él dejó bien trazada.
No obstante, no todo fueron éxitos, hubo también muchas sombras planeando sobre la institución, y me consta –porque lo viví- que este ex presidente lo pasó bastante  mal y que muchas veces a punto estuvo de tirar la toalla. Bien porque no lo hizo. Fue más fuerte su vocación, su espíritu abierto, su iniciativa y capacidad de trabajo. Que son posiblemente sus mejores cualidades. 

Ahora a José Luis le toca descansar y a la familia que componemos el Ateneo Jovellanos, un millar de socios y muchos simpatizantes, agradecerle de alguna manera esas dos décadas que dedicó a la institución. Por eso el próximo día 14 de marzo nos reuniremos en torno a mesa y mantel  en el Real Astur Club de Regatas, en una velada homenaje a la que podrán unirse cuantos ciudadanos lo deseen.  (ISABEL MORO)


1 comentario:

  1. Más que simpatizar, admiro y me siento parte del Ateneo Jovellanos que tan cálidamente me acogió durante mis estancias en Asturias. El Héroe Nacional de Cuba, José Martí, dijo que honrar, honra; de manera que tus justas palabras sobre Don José Luis, Isabel, te hacen honor tambièn a tí. Admiro, respeto y agradezco a Don José Luis Martínez, a la entusiasta ateneísta que es Delia Sánchez Rodríguez y al equipo que logró reavivar a esa entrañable institución. Mis mejores memorias para todos, les deseo lo mejor. Saludos desde La Habana. Loly Estévez.

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