viernes, 7 de julio de 2017

ÁNGEL AZNÁREZ NOS CONTARÁ EL PRÓXIMO DOMINGO...



UN CARDO LEONÉS
El domingo próximo seguiremos de viaje, siendo la cabeza y la imaginación, ambas, el medio de transporte y lo que los romanos, Cesar y Cicerón, llamaban la “impedimenta”. Esta vez será por tierras más cercanas; iremos no a la Castilla de La Mancha, sino a la otra, suponiendo que León sea Castilla, que no lo es según dicen los leoneses.

La primera parada será de recuerdo a quien falleció por mamoneo político. La segunda parada será también de recuerdo a otra fallecida, esta vez por mamoneos y baboseos múltiples.  No parece que vayan a descansar en paz ambas fenecidas.

Escribiremos de una Casa que tuvo o sigue teniendo nombre de Virgen, lo que es una garantía. Y con unas monjas con toca de mariposas, que los ingleses llaman, por eso,   

Recordaremos a Manolita, sin duda un portento; una autentica Donna angelicata, según rezan los italianos.

UNA MONJA "MARIPOSA"
De repente, del luto se pasará al júbilo: piedras pulcras aquí y allá, con Catedral de obispo asturiano de dos colores: verde y amarillo azafranado. Antes de llegar a nuestro destino, nos acordaremos de Llamazares, Julio, que andará, como buen vate, nostálgico mirando pueblos sumergidos en pantanos.

Terminaremos con trenes y con un asunto de urbanismo funerario, pues allí, en pueblo de garbanzos y alfalfas, donde antes hubo cementerio, ahora hay un inmenso solar que es zona verde. “Verde que te quiero verde” y que es el color, verde, que tienen los muertos, antes de pasar a ser incoloros, ya indoloros e insípidos

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