jueves, 1 de junio de 2017

"LA PAREJA REPUBLICANA: MANU Y BIBÍ. Artículo de ÁNGEL AZNÁREZ


(Macron y Brigitte)


Primero, por la pluma de Goethe, la inocente Margarita exclamó: “¡Cuán dignos de lástima son los hombres!”. Siglos después, Laura Díaz, la del mejicano Carlos Fuentes, dijo con suficiencia: “Las mujeres famosas fueron inventadas por hombres inocentes”.


Esta vez, excepcionalmente, la gran ceremonia de La Republique, tendrá lugar hoy, domingo; unas horas antes de que el Papa argentino, desde el apolillado ventanal de su Palacio Apostólico, como un Borges fantástico, predique otra vez acerca de los atributos de Dios. Los que le escuchen, abajo o in piazza, hombres y mujeres sin atributos, pensarán del Papa: “éste hombre sí que sabe”.


Un Palacio, el del Vaticano, de mucho Dios, y otro Palacio, el del Eliseo de Paris, de lo más de laico y radical “sin Dios”, que recuerda mucho al Ayuntamiento de Oviedo hoy: un Dios que no está ni se le espera, ni siquiera para presenciar como el jefe de los clérigos (Jesús) y el jefe de los laicos (Wenceslao) comen fresas y chupan tintas, o  natas montadas o desmontadas, con cucharillas de papel.


En la Cour del Eliseo resonarán clarines, trompetas, pífanos y “pifostios”; se golpearán barrigas de tambores; se oirán gritos y algarabías, y se verán fuegos fatuos y encantamientos. Las yegüas de la Guardia Republicana, de traseros apretados, preñadas o estériles, moverán los penachos, haciéndose así notar. E igual que muchos políticos de izquierdas y de derechas, franceses, que quieren apuntarse al nuevo partido del ganador o de Macrón --aquí, en Asturias, de eso y de apuntarse a los nuevos partidos como fórmula de sobrevivencia política, sabemos mucho y de bastantes caraduras y/o oportunistas--.


Y mientras todo eso ocurre, el “patriota” o elegido Macron tocará con los dedos el Gran Collar de la Legión de Honor, pasando a ser su Gran Maestre. Y escribo bien: “tocará”, pues no colocará en su cuello la pesada cantidad de piezas de hojalata y chatarrería de tal collar: el primer Presidente, al que dio vergüenza colocar ese collar al cuello y que lo rechazó, fue el desvergonzado Sarkozy (en colocarse collares y el medallero, los españoles seguimos con la vergüenza perdida).


Y será en ese Palacio del Eliseo donde el Presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, dará a Manu Macron la pescozada y el espaldarazo como el ventero, don Juan Palomeque Ruiz, dio a don Quijote en su toma de posesión ventera (Cap.II).


La gran ceremonia comenzará siendo asunto de uno, que subirá en solitario las escaleras –perrons- del Palacio (Macron), concluirá siendo de dos (de aquél y de Brigitte), bajando juntos las escaleras. A ambos, parejita republicana mía, se escrutarán minuciosamente. Se dirá que él tiene todas las cualidades de un hombre de Estado, empezando por la suerte. A la cabeza de Emmanuel Macron se la criticará por grande, casi tanto como la de un cocinero asturiano del medio Oriente astur, que más que un manzano parece portar, allí en lo alto, una pomarada entera. He de añadir con prontitud que ser de cabeza grande es, en mi humilde opinión, más un mérito que un demérito, pues no está acreditado que las grandes inteligencias puedan almacenarse en cabezas pequeñas. Y me consta que el filósofo Kant, también Emmanuel, además de paticorto, fue un cabezón.


Mayor problema es el de la bajura y no de la altura, pues a Manu, como a Sarkozy, le faltan también centímetros. Un punto y aparte merecería un análisis de la dentadura de Macrón, con sorprendentes separaciones inter-dentales y diferencias mandibulares, de tamaños o jetas. El gran Umberto Eco, en su primera y medieval novela, llegó a preguntarse seriamente si los animales con cuernos, tienen muelas en la mandíbula superior; asunto que puso en vilo a la ciencia veterinaria, siendo la respuesta, al parecer, negativa.


Es manifiesto que el Macron se adorna con dos ojos azules como zafiros, lo cual es de gran fuerza seductora para viejos y viejas. A dicho efecto, hay que reconocer que una ambigüedad sobre su filiación, un no saber bien quién sea la madre y el padre (políticos), contribuye a crear un halo o estampa con corona de santo, muy atractivo. De 39 años él y ella con 64 ya dura y madura: todo un record. O sea, que la esposa Bibí es también madre o abuela de él, produciéndose hecho antropológico importante: por el amor a ella, él renunció a lo más fecundo y facundo que puede tener un hombre: los hijos. A eso los varones no están dispuestos, con normalidad, a renunciar. Precisamente por infrecuente, cuando se produce, causa admiración y ganas de pronunciar vítores y olés al ver pasar a los interfectos por plazas y avenidas. ¡Qué más puede pedir un político al tener ya a su lado una mujer inteligente!  


Y también lo del padre tiene tela, pues el padre es el mismo Holland, que muchos pensaron que era tonto. Al que todos vieron fracasado, ha sido el Presidente que ha hecho una pirueta de trapecista de circo: destrozar (su denominado cabinet noir) mediante filtraciones a la prensa de dosieres contra el candidato de la derecha: François Fillón; naturalmente, éste perdió y por eso ganó Macron, ex ministro y ex secretario general adjunto del Eliseo con 35 años. O sea, que Holland va a ser el primer presidente que saldrá del Eliseo contento y no encabronado, pues dejó colocado a su hijo --algo que los buenos padres hacen y desean aunque sea delito, como hacer trampas en oposiciones--.


Reconozco que por la categoría de Brigitte, la pareja puede durar, lo cual es de una cierta excepcionalidad en la Vª República francesa. Limitemos nuestro siguiente análisis a las dos parejas anteriores:


A.- La pareja Cecilia Ciganer y Sarkozy: En mayo de 2007, en la toma de posesión de Nicolás, Cecilia, esposa de Sarkozy, se mostró esquiva, acelerada y nerviosa. Se discutía entonces si había votado a su esposo en la 2ª vuelta. Ahora sabemos que lo que la pasaba Cecilia, esposa, madre y biznieta de músico, es que tenía unas ganas locas de estar y refocilarse con su amante, el marroquí Richard Attias. Tal adulterio presidencial no fue bien visto y puso el foco en las monjitas que la educaron en Paris, albinas y azules de la Asunción, con colegio también en Gijón, y donde también hubo episodios de cornamentas, si bien no es lo mismo ser niña-bien en París que en el taurino Bibio (gijonés) Al fin la Cecilia se caso con Richard y a Sarkozy buscaron una cantante. Por eso la Presidencia de Nicolás se calificó de “vodevil sentimental”.


B.- La pareja Valery y Holland: En mayo de 2012, en la toma de posesión de François, Valery, que sólo era novia de él, ejerció de “reinona” no siendo casi nada ni nadie. Me llamaron entonces la atención las poderosas pantorrillas de Varelia, no pareciéndome ser del modelo femenino dominante, sólo de huesos y escasez de casi todo lo restante, muy del gusto de un modista de Francia y de Felipe VI de España.


Total, que a los pocos días, Holland despidió a la Trierweiler, que así se apellida la Valery, lamentando ésta en un libro haber sido too sexy for my ex. Esto que dice ella pudiera ser verdad, pues al gran Presidente Mitterrand, que pasó a la historia como el más mujeriego, parece que lo que le gustaban, como buen católico de provincias, en realidad eran, en primer lugar, las monjas –véanse fotos del gran amor de Mitterrand Anne Pingeot, con velo y toca de monja-, y en defecto de aquéllas, señoras de mantilla y abanico, con el sex justito, muy justito. Y Holland, ni antes ni después tuvo esposa, siempre novias,  Segolene también, ahora Julie Gayet.


En la noche del triunfo, hizo ya una semana, Macron dijo a la multitud, después de pasearse entre sombras escuchando el Himno a la Alegría, lo que los tristes, los melancólicos, los neuras y los deprimidos quieren oír a su psiquiatra o psicólogo, con las persianas bajadas: “No os olvidaré”, “Os defenderé y protegeré”, “Os serviré”, “Todos seréis vous  y moi, tous”. Y la guinda del pastelazo fue: “Moralizaré la vida pública”. Después de todo lo cual, la Francia deprimida dicen que se animó y se levantó de la cama la madrugada del lunes muy animada. Y yo también.


Estas maniobras orquestales, ya lo dijimos, se hicieron en la obscuridad; no en la Plaza de la Concordia, que es la plaza de las derechas, ni en la Plaza de la Bastille, que es la plaza de las izquierdas. Se hizo en la del Louvre, que no sabe bien de quién es. Es una plaza ambigua como el mismo Macrón, pues en ella tanto se pasea el especto de María Antonieta, que fue de derechas, como el de Belphegor, fantasma y que siempre fue de izquierdas. Los fantasmas suelen ser de izquierdas, aunque con mucha ambigüedad, incluso de sexo.  


Y el Louvre es el gran museo, y ¿qué es un gran museo? pues, entre otras cosas, un gran monumento; un monumental monumento al robo y al expolio. Y el Louvre es lo que es por haber tenido un Emperador ladrón: Napoleón. En esa plaza de latrocinio, Macron prometió que él jamás sería un ladrón. On verra

Y la gran pregunta: ¿Será Bibí mujer famosa como consecuencia de que Manu es un hombre inocente?


Artículo publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA" (14-05-2017)



FOTOS DEL AUTOR ACERCA DEL AMOR

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