Anuncian que el Gobierno europeo está
estudiando retirar de circulación los billetes de 500 euros, para poner coto al
dinerito que no cotiza en ninguna parte: al fraude fiscal. Y la medida no me
parece nada mal, podría darnos un respiro. Siempre y cuando establezcan un
plazo para que quienes los tengan –los defraudadores- puedan gastarlos. Algo
así como una amnistía temporal. De esa forma, los “chorizos” que los tienen
guardados se verían obligados a gastarlos de inmediato y así se reactivaría el
comercio. Estoy convencida que se lanzarían como locos a gastar y gastar con
tal de no perderlos. No me puedo ni imaginar la cantidad de sábanas de 500 que
verían la luz, seguro que muchos millones. Siempre he sostenido que una forma
de salir de la crisis, de generar trabajo, pasaría por fomentar el consumo. Sé que quienes nada
tienen, ídem pueden gastar. Pero también que el miedo frena el consumo de
quienes pudiendo llevar una vida con un gasto normal se privan de muchas cosas,
para hacer un ahorro que sólo sirve para que cierren comercios, empresas… Si no
se vende, el fracaso está asegurado. Pero me imagino que, caso de que lleven a
cabo esa retirada de billetes, harán una amnistía que permita cambiarlos en los
bancos, por aquello de proteger al defraudador que, por regla general, coincide
con quien tiene mucho dinero. Pero lo que deberían de hacer es obligarlos a
ponerlos en circulación. No es fácil, pero seguro que si quisieran encontrarían
un sistema válido. Lo que está claro es que las viejas fórmulas económicas que
ponen en práctica no funcionan, que por muchas reuniones que hagan –demasiadas-
en las altas instancias, los resultados son cada vez más perjudiciales para los
ciudadanos de a pie. Que somos la mayoría. Quizás funcionarían fórmulas más
simples, tal vez habría que aprender de las autenticas administradoras de la
vida: las amas de casa.
Amiguiña, con ese comentario y sea foto, me quedo con la foto. Al menos es real, sincera, cercana... Es que lo de los billetes de 500 como que no me lo creo. Siempre andan lanzando andanadas de fuegos artificiales. De todos modos, si no los quieren que me los den a mí que podríamos, entre tú y yo, llevar un cesto de ellos a la C. Económica o al Hogar Covadonga, por no hablar de los niños del comentario anterior. Bicos.
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