Cuento escrito por JOSÉ MANUEL BALLINA ZERMEÑO dedicado a sus nietos Ian y Roxu
Mira papá, son
bueyes…
María Faustina
Sanz Rivarola
El abuelo |
Los nietos son únicos e irrepetibles, como todos
nosotros.
Este apotegma me fue revelado en 2004 cuando sólo
tenía dos nietos: Ian (3) y Roxu (2).
Un buen día, me encontré con que Ian me golpeaba
inmisericordemente con mi propia espada, la cual, previamente, me había pedido
prestada. Molesto por la golpiza, lo amenacé: Si me vuelves a pegar, me voy a
convertir en un oso y te voy a apretar con mis enormes brazos. Ian (siempre
lógico) decidió suspender el ataque y me dijo, “Iannenesita que no te vuelvas
un oso sino seas un abuelo buena gente”.
Una semana después, en Irapuato, fui sometido a otro
episodio de violencia nietil. Esta vez el que me atacaba con su espada era
Roxu.
Recurrí al mismo argumento: “Si no suspendes el
ataque me voy a convertir en un oso enorme”.
Roxu respondió: “¿Un oso eh?, entonces baila”.
Ante la alternativa, ese día decidí, que no sería
oso sino abuelo buena gente.
…
Marilú y yo habíamos estado en la antigua cueva de
Altamira durante nuestro viaje de Luna de Miel. Regresamos con Ian y Roxu,
cuarenta y tres años después. Bueno, regresamos a la cueva artificial que
reproduce la original.
Este museo está muy bien pensado y excelentemente
planeado.
Hay mucha información de la era paleolítica y lo que
más me impresionó fue un video muy bien hecho que muestra como debió haber sido
la vida humana en esa cueva durante tres mil años.
Se mostraba a un hombre (seguramente un abuelo),
cosiendo, laboriosamente, prendas de vestir rodeado de niños que jugaban
alrededor de una hoguera a la entrada de la cueva.
También se presenta un video comparando la evolución
del homo sapiens (de Altamira) con el hombre de Neardenthal, que fue su
contemporáneo y competidor. Resulta que los neardenthales tenían mayor
capacidad craneana que el homo sapiens. Supuestamente esto debió permitirles
dominar el mundo, pero ellos se extinguieron, mientras el homo sapiens se
desarrolló y eliminó toda competencia.
Finalmente hay una reproducción muy fiel de los
dibujos rupestres que adornan la cueva original y que hicieron exclamar a la
hija del descubridor de la cueva (Sanz Rivarola): ¡Mira papá, son bueyes!
Pasé un buen rato observando los dibujos y luego
mucho tiempo dedicado a tres asuntos:
El primero tratando de comprender lo lento que
transcurría el tiempo en la época del Abuelo de Altamira. Pensar que pasaron
más de tres mil años (cientos de generaciones) encerrados en esa cueva, sin que
prácticamente nada cambiara durante esos 30 siglos.
La segundo, admirando la belleza del arte desplegado
en los muros de esta verdadera capilla sixtina del paleolítico.
Por último, cavilando las razones por las qué el
homo sapiens, teniendo un cerebro más pequeño, sobrevivió y se impuso al
Neardenthal.
Meses después me vino a la mente que todos los
animales pintados por el Abuelo (ó abuelos) de Altamira son animales
relativamente mansos. No hay tigres ni leonesni osos; todos son caballos,
ciervos y bisontes.
Ninguno de los animales representados puede inspirar
temor a los niños.
Quizá ahí está la clave de porque el Homo
neardenthalensis se extinguió, mientras el homo sapiens, representado por el
abuelo de Altamira, sobrevivió.
¡El abuelo de Altamira no quería asustar a sus
nietos!.
Los quería demasiado.
Por eso quiso ser un abuelo buena gente.
El homo sapiens no se impuso por su cerebro, sino
por su corazón.
Además queda claro que sólo
por el amor a los nietos se puede soportar el aburrimiento de pasar tres mil
años metido en una cueva.
Y éste es el ABUELO: http://www.nuevosairesproducciones.es/toda-una-vida-d-jose-manuel-ballina-zermeno/