martes, 18 de agosto de 2020

"HECHOS DIFERENTES SOBRE UN MISMO OBJETO", artículo de ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO (publicado en "Religión Digital" 15/08/2020)

                  LOS LUGARES RELIGIOSOS

 

            Al mismo tiempo se han producido tres hechos diferentes: 1º.- La pretensión del turco Erdogán de que la que fue Iglesia de Santa Sofía se vuelva abrir al culto musulmán. 2º.- Un programa en una cadena de TV (la católica KTO) en torno al tema de los “lugares religiosos”, que tuvo lugar el pasado 28 de junio. 3º.- La vuelta y revuelta del asunto de las inmatriculaciones en el Registro de la Propiedad de bienes diocesanos en España. Los tres, unificados por el objeto, bien merecen un análisis separado.

 

            1º.- Lo de Santa Sofía.- Antes de estudiar en primero de Derecho los textos jurídicos de Justiniano, ortodoxo y cristiano, Emperador de Bizancio, un magnífico profesor de griego clásico me explicó, en el colegio del bachillerato (Maristas), lo de Bizancio, Constantinopla y Estambul, ciudad del Bósforo, insistiendo en que este último nombre propio, Es-tam-bul, hoy principal ciudad de Turquía, fue de origen griego, derivado de tres palabras: “hacia-la-ciudad o eis tnv polín”. Aquello me quedó como una marca entre otras muchas. Libros de Historia e Internet explican, magníficamente, detalles de aquel Imperio Romano y de Santa Sofía, y a ellos me remito.

 

Ahora interesa destacar:

 

            --La emoción sentida al pisar Santa Sofía por primera vez, llegando en barco a Estambul. Imagine a Justiniano, Emperador y Sacerdote, en compañía de Teodora, en solemne procesión, por el vestíbulo a la entrada del Templo, viéndolo todo el gran Cristo en la cúpula central.

 

            --La recomendación de que los lectores vuelvan a ver en vídeo la visita que hizo Benedicto XVI, en su viaje a Turquía en el año 2006, en compañía del gran Mufti de Estambul, al entonces Museo de Santa Sofía, que fue Basílica cristiana hasta 1453.

 

            --La dialéctica histórica entre dos monoteísmos, el cristianismo y el musulmán, que en afán hegemónico y de rivalidad llevó a construir mezquitas allí donde hubo iglesias e iglesias donde hubo mezquitas; ejemplo de ello fue lo ocurrido en Córdoba y en Sevilla. Lo actual de Santa Sofía, de volver al culto musulmán, es, pues, una continuidad histórica, lamentable ciertamente. Hay que reconocer que los monoteísmos han tenido una literatura de mucho éxito en su contra, a diferencia de los politeísmos, con frecuencia cantados de manera “simpática”, desde los inicios mismos de las epopeyas. La novelista Margarita Youcenar es ejemplo de ello, describiendo a un politeista Adriano ejemplo de ejemplos, y a los judíos, por el contrario, en el capítulo II de Memorias de Adriano, “con lengua de sectarios, tan obsesionados por su dios, que han desatendido lo humano”, y calificando también a los cristianos y al obispo Cuadrato, en el penúltimo capitulo del mismo libro, de fanáticos. Esto último, lo del politeísmo y los monoteísmos bien merecerá una revisión.

 

            2º.- Lo de la televisión  KTO. Muy interesante el debate entre un historiador de la Arquitectura y un Presidente de una Fundación para la conservación de lugares sagrados, celebrado en esa televisión francesa el pasado 28 de junio, dentro del programa La Foi prise au Mot. Remito a los lectores a ver, a través de Internet, el video correspondiente, siendo muy interesantes las sugerencias conclusivas. Deseo señalar ahora que esa televisión católica, creación del que fuera Cardenal-Arzobispo de París, Jean Marie Lustiger, me parece excelente y ejemplo de lo que debe ser una televisión de dedicación religiosa. Una televisión así, se echa mucho de menos en España,  resultando lamentable la TV equivalente de aquí, en la que se puede ver algún acto litúrgico muy escondido entre películas y películas, infinitas. Malum Signum! Malum Signum! que exclamara Don Quijote momentos antes de volver a ser Alonso Quijano. Pudiera acaso pensarse que la estupidez no está en la televisión misma, sino en los espectadores, posiblemente.

 

            3º.- Lo de las llamadas inmatriculaciones en España. Sobre ello ya hemos escrito de manera extensa en la presente página web y en otras. Como las cuestiones hipotecarias y del denominado Derecho Eclesiástico español son muy complejas, para abordar debidamente el problema, tenemos que resumir: a).- El privilegio inmatriculador, ya derogado, se refirió exclusivamente a la Iglesia Diocesana (la desamortización afectó principalmente a los bienes de las Órdenes religiosas, que en la actualidad vuelven a tener un inmenso patrimonio inmobiliario). b).- La propiedad de los bienes inmuebles se adquiere con carácter previa a la inscripción registral, fuera del Registro, que es únicamente instrumento de publicidad –se publica lo ya adquirido-. c).- Los bienes de la Iglesia Católica son objeto de una doble regulación, la canónica, que se contiene en el Código de Derecho Canónico, y la Civil, sobre los modos de adquirir la propiedad y su publicidad, ya sin diferencia específica y privilegiada. Las inscripciones primeras en el Registro al amparo de la legislación hipotecaria 1944 y 1946 constituyeron en su día el objeto del llamado Derecho Eclesiástico, por ser normas estatales sobre la Iglesia Católica.

 

            Y escribiendo al principio del Imperio Romano de Oriente, protector de la Religión, por eso llamado advocatus Ecclesiae, me es inevitable la cita del cretense contemporáneo que tanto me enseñó, Nikos Kazantzki, también llamado Nicos Casandsakis, que, en el Monte Athos, oyó que alguien, dirigiéndose al hermano almendro, le pidió: “¡Háblame de Dios! Y contó que el almendro en respuesta se cubrió de flores”.

 

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