Si sobre lo del próximo domingo, después
de haberlo leído, el lector concluye
que una cosa es lo que parecía antes de
y otra muy distinta es lo que resultó
después, el autor quedará muy contento.
Las relaciones que resultan
continuamente en paralelo, entre esto y aquello,
nosotros y los otros, la Monarquía y la
República, hasta el carecer de dedos y
tener, por contra, seis o más, buscan
inquietar, sorprender al lector, que como
siempre, para no caer, ha de andar
despacio.
Es un artículo por el que danzan
bailarines con pies, algunos torpes y otros
muy fines, y siendo inevitable la
comparecencia de una monja muy importante.
En homenaje a los sin cabeza, que el
lector habrá de encontrar en el artículo,
aquí queda esa foto de un elegante y
maravilloso descabezado. ¿Con qué
cabeza, de quién, podríamos encabezar al
imponente traje? Las opiniones,
vistas la cabezas que "salen"
en el periódico, podrían ser muy distintas.
En verdad, a mí lo que me gusta es el
paraguas.
¡Hasta el domingo!
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