El autor,
Ángel Aznárez, ANUNCIA que ya está a la espera, como esperan los toros y
toritos a que se abra la puerta de chiqueros para correr por la plaza, una
nueva “entrega” de su factura o factoría. Será mañana, domingo, día 12 de
abril, del corriente que tanto corre.
Fue escrita la
tal entrega, también corriendo, con tinta amarilla, ni roja ni azul. Cada color
de tinta estilográfica tiene, naturalmente, su tema o asunto; por ejemplo, el
anterior, aquí colgado, primero arriba y ahora abajo, fue escrito con tinta
azul, como es evidente. Y el que ahora se anuncia –se repite- fue con tinta
amarilla, muy determinante del contenido un tanto extraño, como extraño es el
amarillo. .
El primer
sustantivo es HUESOS, asegurando que no va de artritis ni artrosis; inmediatamente
aparecen unos CISNES, no sabiéndose si son blancos o negros; al final sigue sin
saberse si los cuellos de esos animalitos, náuticos de estanques, son flacos
como alambres o gordos como botijos.
Entre lo del
principio y lo del final, hay toda una trama para la risa o lloro; toda una
lagrimada o lágrimas, no precisamente para adorno de lámparas o quinqués “fin
de siècle”. En el retablo que es la susodicha “entrega”, al parecer –según me
cuenta el autor- , no sólo quedaron los títeres sin cabeza, sino también sin
brazos o manos, o sea, mancos.
Y si en todo
ello hubiese pecado, se recomienda ir a la oficina u “office” del Ilmo. Sr.
Penitenciario.
Fdo. Ángel
Aznárez.
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