NICK es el nieto de nuestra amiga Virginia Álvarez -Builla |
Tito Valdés, exmúsico de Australian Blonde,
pide ayuda para su hijo hospitalizado en los Estados Unidos
Hay distancias que la tecnología no llena. La que hay entre un niño
de tres años luchando por su vida en un hospital de Ohio y un padre escondiendo
su pena como profesor de inglés en Gijón es más ancha que un océano. Tito
Valdés, exmiembro de Australian Blonde, uno de los grupos míticos del popular
Xixon Sound, vive desde un móvil la angustia de tener a su hijo pequeño, Nick,
de tres años, luchando por su vida a más de 6.000 kilómetros de su casa. De un
diagnóstico de gripe se pasó a una infección por streptococo que derivó en
septicemia y dejó al pequeño varios días al borde de la muerte. Casi un mes
después, Nick continúa postrado en una cama del hospital estadounidense.
Todo el proceso lo vivió el padre muy de cerca, ya que coincidió
con la visita navideña a sus hijos. Nick tiene un hermano, Álex, de siete años
que actualmente vive con su madre en la localidad de Akron, en el Estado de
Ohio. «Empezó un día después de mi llegada, el 30 de diciembre; fueron momentos
terribles», recuerda Tito, que alternaba los hoteles con la casa de su exsuegros
cuando visitaba a los pequeños.
La leve mejoría de Nick animó al padre a regresar y cumplir con sus
compromisos laborales en Gijón. «No podía posponerlo más. Tenía que volver a
trabajar. Cada día en Estados Unidos es un dineral», asegura. Desde su llegada,
vive pegado al ‘Whatsapp’ del móvil y a las redes sociales, donde su exmujer,
Jennifer, le informa cada minuto sobre la evolución de Nick. La insoportable
rutina de la angustia le dio unas horas de respiro ayer por la tarde. Por unos
momentos, desde aquella infausta noche de diciembre en Ohio, Tito Valdés sintió
que todo el sufrimiento por el que está pasando servía para algo. «No me podía
esperar que en un país tan castigado por la crisis como el nuestro tanta gente
haya respondido a mi petición en pocas horas. Es increíble», decía, emocionado y
desbordado ante tanta solidaridad. Detrás del ‘Ánimo Nick’ con el que firmó ese
llamamiento en las redes sociales hay un padre desesperado porque su hijo se
recupere lo antes posible.
Si todo sale como espera, «soy optimista por naturaleza, nunca
pensé en lo peor, ni cuando estaba cerca de la muerte», cuando esto acabe tendrá
que hacer frente a una elevada deuda ocasionada por los gastos médicos. Los
hospitales en Estados Unidos son muy caros y este que, «por pura casualidad»,
está en la localidad donde residen los niños es uno de los más importantes de
Estados Unidos.
Tito está muy agradecido a los médicos que le tratan: «Es tan
milagroso que haya salido adelante que nos han pedido que demos permiso al
hospital para que puedan mostrar al mundo los dos procedimientos novedosos que
llevaron a cabo para salvarle la vida», dice. Así todo, el pequeño cuerpo de
Nick, que el lunes cumple los 4 años, todavía lucha con las últimas infecciones
que afectan a sus riñones y pulmones. Desde Gijón, su padre ha logrado que
cientos de personas transmitan toda la fuerza al pequeño con un grito que
resuena al otro lado del océano: «¡Ánimo, Nick!»
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