Este artículo de Virginia Álvarez-Buylla se publicó hoy en El Comercio. Refleja a las mis maravillas quien es Virginia, de quien -con motivo de presentarse a las elecciones de la entidad para la que trabajo- se han dicho muchas cosas inciertas. Nunca lamentaré lo suficiente no haber podido salir en su defensa, no haber podido decir abiertamente, sin miedo a replesalias, que cuanto se decía era injusto; porque Virginia es una de las mujeres más honradas, honestas y buenas que conozco. Y como sé que algunas de las personas que esto leéis no la tratásteis bien, aprovecho para decíroslo. Yo le aconsejé en su día que no se presentase, porque siempre supuse que la campaña sería demasiado dura para su sensibilidad. Ahora todo ha terminado, para tranquilidad también de todos. Su artículo lo dice todo: así es Virginia.
Simplemente, gracias
VIRGINIA ÁLVAREZ-BUYLLA
Quiero daros las gracias a todos aquellos que confiasteis en mí para luchar por la presidencia del Ateneo Jovellanos. Yo me presenté a esas elecciones pertrechada con vuestro apoyo y con vuestro entusiasmo, pero, a la vez, con una falta total de experiencia y desconocimiento de las leyes, lo que nos llevó a perder dignamente, pero perder al fin. He salido fortalecida de todos modos; si hay una segunda vez, Dios dirá, estaré preparada.
Ahora me considero una mujer afortunada. He conseguido unos amigos que sé que estarán conmigo toda la vida y he constatado que personas a las que creía amigas no lo eran, lo cual forma parte del aprendizaje de la vida. Y me siento joven porque todavía tengo la capacidad de aprender y luchar por lo que quiero.
En este momento, mi vida está llena de paz. El sol no acaba de salir pero no importa. Voy a nadar a pesar de eso, me reúno con mis amigos, comemos cosas ricas (tortilla y croquetas, en vez de centollos y percebes, que la crisis no da para más), pero no hablamos de economía, ni de política; nos quitamos la palabra de la boca, pero disfrutamos.
Es cierto que el señor Zapatero nos está llevando a un callejón sin salida: crisis económica siempre negada, relaciones internacionales nefastas, paro galopante..., pero yo digo, como Escarlata O'hara, mañana será otro día, ya me preocuparé entonces. Y como ganamos al fútbol, al tenis y en motociclismo, todos contentos.
Me ocupo de la familia a la que tenía un poco abandonada. Me derrito con mis nietos, que son la sal de la vida. Limpio mi casita, tralaralarita, que también es un gusto a veces. Leo y escucho música: Chopin, Tchaikovsky, Vivaldi, bossanova... ¡Qué placer! En este momento la vida es bella para mí.
Y, 'noblesse oblige', felicito al señor Martínez y su Junta Directiva por su victoria. A seguir trabajando todos por el Ateneo.
Gracias Isabel, no merezco tanto elogio y gracias por estar ahí, ya se que no podías hacer nada, un abrazo
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