lunes, 31 de enero de 2011

EL DESPERTADOR


Quién me iba a decir que en pleno siglo XXI echaría de menos el despertador. Ese viejo reloj verde, esa esfera redonda que se sostenía sobre dos patitas y se adornaba graciosamente con dos moños arriba que, en realidad, eran las campanillas encargadas de despertarme. Me vienen a la mente mis años de estudiante, aquellos en los que madrugar era un suplicio y el reloj el inquisidor de mi sueño. Con el tiempo me fui modernizando y dejé paso al silencioso reloj de pilas, el tic-tac acompasado que marcaba los segundos ya era historia, y ahora –como a la mayor parte de los ciudadanos- la encargada de despertarme en la radio. Un locutor o locutora me da cada mañana los buenos días –por decir algo, porque, a juzgar por lo que cuentan…, siempre son pésimos-. Me ha costado trabajo elegir emisora, poco a poco fui descartando unas y otras con criterios puede que no muy ortodoxos. Primeramente decidí que no eran buenas aquellas que tenían una marcada tendencia política, cualquiera que fuera su signo, siempre tuve la impresión de que lo que intentaban era catequizarme para su causa y como me gusta –demasiado- analizarlo todo y sacar mis propias conclusiones, pronto comprendí que ese no era el dial adecuado. Unos puntitos más a “la derecha”, me encontré con la emisora que pone cada mañana de mal humor a mi madre. Hasta entonces no había entendido por qué mi progenitora –nada dada hasta entonces a los temas políticos- se había convertido en una acérrima crítica del Gobierno y, además, padecía un pesimismo que antes no tenía y nada apropiado a su carácter. Creo que la emisora -que no mencionaré- inoculaba en sus venas a primera hora del día buena dosis de veneno que, sin matarla, la hacía pasar por la consulta de su psiquiatra con demasiada frecuencia. Tampoco me convenía arriesgarme a correr su misma suerte. Finalmente, tampoco estaba dispuesta a tragarme un montón de anuncios, no me apetecía que con el ojo aún pegado me incitasen a comprar esto o aquello. Se trataba, pues, de encontrar emisora libre de anuncios. Sólo una: Radio Nacional de España, eso sí, en varias versiones: normal, todo música, noticias, música clásica…me quedé con la de siempre, en el 99,2. Y cada mañana a eso de las siete Juan Ramón Lucas me sirve en bandeja un desayuno de noticias de difícil digestión: crisis, crisis y más crisis; subidas de precios: que si el Euribor, que si la luz, que si…. Política: Rajoy dijo y Zapatero le respondió que mentía, que si Riopedre pasó su primera noche en la cárcel tranquilo… Y luego vienen los sucesos: otra mujer víctima de malos tratos, y otra y otra… Las guerras, cientos de guerras, aunque no sean más que dos o tres en mi cabeza se multiplican los muertos. La cifra de parados, que no entiendo por qué hay que darla todos los días sube hoy y mañana, y al día siguiente: millones de individuos sin trabajo. Un cargo de conciencia para quienes nos levantamos precisamente para ir al curro. Total: mañana destrozada desde primera hora. Por eso hoy, mientras el locutor hacía el recuento –eso sí resumido- de las noticias que nos había servido, yo pensaba en el pasado, en la época en la que no estábamos tan informados y un humilde despertador de cuerda le daba la bienvenida a tu día. Y digo mí día, porque entonces estaba en mis manos –o eso pensaba- encararlo con optimismo, hoy ya me resulta imposible.

domingo, 30 de enero de 2011

LA COSA NO TIENE MAYOR SECRETO...

...Ninguno, todo es ponerse. Lo mejor es cogerlo por la cintura, estirarlo sobre la mesa... No esa creo que no es buena opción. Es preferible comenzar de nuevo, tomarlo por el final de la pernera y juntar ambas: primero en el aire, luego sobre la mesa. Una encima de otra estaría bien. Pero..., ¿y la raya? Sin problema: unimos las perneras... ¡Vaya!, por la parte de abajo no es complicado, por arriba... Están esas puñeteras pinzas, y la cremallera, y...todo lo demás. No importa: a ello. Primer intento: no vale, las rayas no cuadran bien. Desconozco la razón, pero si hago coincidir la delantera, se me tuerce la de atrás. Lo intentaré de nuevo. Estoy empezando a acordarme de las recomendaciones de Julia: "señora que las niñas tienen que aprender las labores propias de las mujeres..., que no van a encontrar marido si no saben hacer nada, que..." Ahora sé, aunque por razones muy diferentes, que Julia tenía razón. Pondré un poco de música, me estoy empezando a aburrir. A Serrat, por ejemplo, no está mal empezar por "La nana de la cebolla". Ahora que recuerdo, tengo un poemario de Miguel Hernández, pero con el cambio de casa... ¿Dónde estará? No estaría mal localizarlo ¿Tal vez en la estantería de la entrada? Me convendría tenerlo a mano, siempre es mejor saber dónde tiene uno las cosas, no vayan a hacer falta en un momento determinado. ¡Encontrado! Mira que tiene años, creo que hasta huele a rancio. Una de esas ediciones baratas que supongo en su día pasaron la censura y que mi padre tenía en su biblioteca. Me gusta Serrat, y el viejo libro, y...decididamente: tendré que aprender a planchar. Pensándolo mejor, mañana puedo poner otros pantalones. No deja de ser un capricho absurdo empeñarme en llevar precisamente estos...

sábado, 29 de enero de 2011

MATRIARCADO

No parece muy normal hablar de matriarcado en los tiempos que corren, más bien proceda hacerlo de machismo, principalmente si nos fijamos en la violencia doméstica, que creo siempre existió; la diferencia está en que ahora conocemos la noticia en tiempo real y no hay que esperar la publicación de " El Caso" y aquellas informaciones que la gran periodista de sucesos Margarita Landi facilitaba con pelos y señales. Tirando de hemeroteca uno se encuentra con casos tan espeluznantes como los que hoy vemos, las cosas no han cambiado tanto en ese sentido: los hombres siguen maltratando a las mujeres y viceversa. Y del viceversa es de lo que quiero escribir: de la influencia que tienen algunas mujeres sobre su clan familiar ejerciendo de matriarcas y anulando, con ello, prácticamente a toda la familia. Conozco hijos que no terminan de emanciparse porque detrás tienen una madre que no deja la capitanía en plaza por nada del mundo. No todo es maltrato físico. Hay otro tipo que actúa a modo de inquisición lenta, podemos llamarlo psicológico o como se nos antoje , pero va minando la convivencia, y lo que es más grave la autoestima de quien lo padece y su capacidad de decisión. DIcen los entendidos que detrás de un maltratador hay un niño que sufrió en su infancia, lo dicho, maltrato. Extrapolando, cabe deducir que quien ejerce de matriarca -en cuanto a gobernarlo todo se refiere- procede de una familia en que la figura del padre estuvo sometida a la voluntad de la madre. No sé si la deducción será o no correcta, pero de lo que no tengo ninguna duda es de que existe una gran carencia educacional. Soy, eso creo que nadie que me lea con cierta asiduidad dude, una defensora a ultranza de los derechos y deberes de la mujer, sin ser propiamente feminista. No me adhiero a la ideología de ese colectivo porque mi meta no es enfrentarme al hombre, ni estar por encima -ni en inferioridad, ciertamente-, simplemente pretendo estar a su lado, sin jerarquías por cuestión de sexo. Quiero pensar que vivo en una sociedad evolucionada que no se ha quedado anclada en el pasado, que educa a sus hijos e hijas sin más distinción que la que su propia biología impone. Y eso con reservas. No hay nada más hermoso que la libertad, ese bien tan escaso en nuestra sociedad en la que todo nos condiciona. Por eso pienso que ha de ser precisamente en el ámbito familiar donde debemos fomentarla. Qué tristeza tienen que ser vivir en un hogar en el que uno de sus miembros trata constantemente de someter al otro. Espero que un día despertemos todos -hombres y mujeres- y nos demos cuenta que la verdadera felicidad está en el respeto al otro, que también tiene derecho a opinar y a decidir; los más beneficiados serán, sin duda, aquellos a quien más queremos: nuestros hijos. Seamos el maestro " don ejemplo", la mejor escuela para la vida. Para que nadie pueda decir en el futuro que detrás de un tirano/a hubo otro. La sociedad no cambiará si nosotros no ponemos nuestra pequeña contribución. Seguro que nadie quiere que sus hijos o hijas sean en el futuro víctimas de su pareja.

jueves, 27 de enero de 2011



28 XINERU 2011. ALCUENTRO DE BANDURRIEROS Y LUTHIERS. CENTRU DE CULTURA ANTIGUU INSTITUTU

miércoles, 26 de enero de 2011

INÉS HURLÉ Y "LA BROCHA", artículo de PURA FRESNO


Hace pocos días fallecía nuestra amiga INÉS HURLE y la pintora PURA FRESNO le ha dedicado este artículo, publicado en el diario EL COMERCIO, que lo dice todo y pongo hoy a vuestra disposición, porque estoy segura que todos los que conocimos a INÉS hubiésemos querido escribirlo. Pura lo ha hecho por nosotros: gracias.

Tú, que durante veinte años escribiste ríos de palabras que desembocaban en la revista de arte 'La Brocha', bien te mereces, Inés Hurlé, que, como homenaje póstumo, escribamos ahora nosotros algo para ti como prueba de agradecimiento. 'La Brocha', con sus luces y sus sombras como todo, fue la linterna que alumbró todos los rincones del panorama artístico de Asturias. A través de ella, los artistas podíamos informar y éramos informados siempre puntualmente de todo lo que acontecía en el mundo de las Bellas Artes. Nunca se supo valorar lo suficiente el gran esfuerzo que suponía para ti sacar adelante todos los meses esa revista que escribías, maquetabas, conseguías la publicidad, la llevabas a la imprenta y la repartías por galerías museos, comercios, etcétera, para su distribución gratuita. ¿Quién da más?
Los críticos de arte promocionan a los pintores que les interesan y aprovechan cualquier pretexto para dedicarles un espacio en la prensa, pero ignoran generalmente los logros de los demás. En tu revista, sin embargo, cabían todos. ¿Qué artista no vio alguna vez su nombre escrito en 'La Brocha'? Cada semana recorrías todas las salas de exposiciones y no quedaba nadie que estuviese exponiendo sin que le dedicases un comentario, ni tampoco dejabas de publicar toda la información que te hacíamos llegar sobre cualquier evento artístico.
Hasta que un día, cansada ya de tanto peregrinaje, decidiste colgar la lámpara y dedicar tu tiempo a disfrutar de tu nieto, lo cual te hacía absolutamente feliz. Eso me dijiste unos días antes de morir, cuando yo no podía ni sospechar que estuvieses tan cerca del final, ni que te ibas a ir tan rápido y tan silenciosamente como lo hiciste.
Te mereciste un reconocimiento público, que los pintores, los poetas y otras entidades nos descuidamos en ofrecerte en vida y que todos los que fuimos tus amigos lamentamos no haber hecho. La ingratitud es una condición humana demasiado frecuente.
Ahora tenemos una deuda contigo y no sabemos cómo pagarla.

Artículo de opinión de VIRGINIA ÁLVAREZ-BUYLLA


FORO ASTURIAS
Ya tenemos nuevo partido. Foro Asturias nace para ser una alternativa a todos los asturianos que, amando a nuestra tierra con todo nuestro corazón, estamos desencantados, deprimidos y nos sentimos abandonados por nuestros políticos, que se preocupan más por su bienestar que por el nuestro.
El primer objetivo del Foro, como dicen sus fundadores y gestores, es que Francisco Álvarez-Cascos acepte ser cabeza de lista en las próximas elecciones. Todos sus seguidores estamos seguros de que va a aceptar, porque sabe que Asturias, su Asturias, le necesita, aunque somos conscientes del tremendo esfuerzo que le pedimos.
El logo del Foro está basado en el de la Sociedad Económica de Amigos del País, a la que yo también admiro, pues uno de mis antepasados, José González Alegre, fue uno de los creadores y promotores y mi abuelo Benito, con sus hermanos, siguió perteneciendo a ella por tradición familiar.
Cuando se habló de que Cascos podría estar dispuesto a venir a liderar Asturias, muchísimos asturianos pedimos la palabra y firmamos listas interminables para solicitar a Rajoy que le nombrase candidato a la Presidencia del Principado, pero fuimos ignorados y no nos quedó más opción que pasar a la acción. A mí me asombra esa gente que dice que estaba dispuesta a votarle, pero que ahora no porque no les gusta cómo ha hecho la cosas. Está claro que no tenía otra alternativa y que tanto él como la cúpula del PP sabía que éramos muchos los que le apoyamos, pero no les importó.
Foro Asturias quiere ser un partido de regeneración, abierto a todos los ciudadanos de todas las tendencias. No tiene ganas de polémica, sólo de trabajar. Sabemos que va a haber guerra sucia, porque la política últimamente es así. Pero tenemos que seguir por nuestro camino igual de convencidos que ahora de que Cascos, con su extraordinario currículo y los logros conseguidos en el pasado, es nuestro candidato. Ya somos muchos los que estamos afiliándonos al nuevo partido. Venid pronto, que os necesitamos.

(Artículo de opinión publicado en el diario El Comercio el 26/01/2011)

lunes, 24 de enero de 2011

EL PERIODISTA MANUEL FERNÁNDEZ PUBLICA "LA EDAD DE ORO DE LOS CANTAUTORES ASTURIANOS"


Luján PALACIOS
Manuel Fernández y González (Manuel de Cimadevilla, «el nietu Celo Xuan», Gijón, 1951) es periodista, escritor y cantautor prolífico. Titulado por la Escuela Oficial de Periodismo en Madrid en 1973, llegó a ser presidente de la Asociación de la Prensa de Gijón, y su periplo musical le llevó a quedar finalista en el Festival de la Canción de Benidorm en 1982. Ahora publica «La edad de oro de los cantautores asturianos», que repasa el panorama musical de la región en los últimos años. El libro se presenta hoy en la sala Acapulco del Casino a las 20.00.

-¿Cómo ser periodista y cantante a la vez? ¿Son dos tareas muy dispares o no tanto?

-Siempre he mantenido que los bardos y los juglares que cantaban las noticias en romances de plaza en plaza por los pueblos han sido los antecesores de los periodistas. Pero, tal como están las cosas, no sé si tendremos que volver a los inicios históricos de nuestro oficio de comunicadores de lo que pasa en nuestro entorno.

-En el trabajo que ahora presenta hace un repaso a los cantautores asturianos. ¿Por qué estamos en una edad de oro?

-El libro se ha editado al cumplirse los treinta y cinco años de la presentación en Gijón del movimiento de la Nueva Canción Asturiana. Entonces se puso en marcha un carro y dedicó capítulos especiales a Víctor Manuel, Julio Ramos, Avelino, Carlos Rubiera, «Nuberu», Rafael Lorenzo y Pipo Prendes, además de mi trayectoria como cantautor como «El Nietu Celo Xuan». Pero éste es un libro histórico porque, además de mi relato en primera línea de fuego, también hay colaboraciones con diferentes perspectivas de quienes vivieron aquellos tiempos desde otras trincheras. Hay referencias a más de un centenar de músicos. Es una edad de oro porque en tres décadas se han editado más de cincuenta discos y se ha logrado que haya canciones populares que la gente canta en los chigres e interpretan los coros y los gaiteros sin saber quién es realmente su autor.

-¿Qué supuso para el panorama musical asturiano la apertura del primer estudio de grabación de la Feria de Muestras? ¿Qué papel desempeñaron las emisoras de radio?

-Siempre tuvimos muy claro que necesitábamos ahorrar costes para poder grabar en Asturias, sin tener que ir a Madrid. Eso lo entendieron perfectamente Luis Adaro y Pedro García-Rendueles, a quienes todos los músicos asturianos les deben que el primer estudio profesional de grabación fuese instalado en el recinto ferial porque no tenía vibraciones sonoras y lo autorizaron con un precio simbólico. Pero también fue fundamental que al frente del estudio estuviesen dos grandes músicos y excelentes personas: René de Coupaud y Pedro Bastarrica. Por allí pasaron todos a grabar en unas condiciones idóneas. Las emisoras de FM que surgieron en aquellos años fueron fundamentales para la promoción de nuestras grabaciones.

-¿Es difícil triunfar en la música en Asturias?

-Aunque se han hecho aportaciones positivas, en mi opinión los planteamientos ideológicos son muy diferentes a los de aquellos que luchábamos contra la dictadura, contra la censura y en defensa de la recuperación de las libertades fundamentales. Triunfar en Asturias durante las dos últimas décadas ha sido muy difícil si no estás en la pomada del pesebre, militas en el PSOE o tienes cobijo en el «lobby rosa».

-La tonada está viviendo una segunda juventud. ¿Qué le parece este resurgir?

-Mantengo en el libro que la tonada tradicional no tiene origen asturiano, ya que es muy anterior a la existencia de Asturias como tal. Su evolución desde los años setenta es decepcionante, ya que nunca se ha visto un compromiso político con las libertades renovando los repertorios rurales con la problemática actual. Lo hacen muy bien y va mucha gente a verlos, pero están en un callejón sin salida. Hay excepciones, claro, como Anabel Santiago o Carlos Rubiera, quien ha realizado una extraordinaria labor para hacer evolucionar la tonada desde la ortodoxia armónica tradicional.

-¿Ve algún cantante asturiano triunfador a nivel nacional para los próximos años?

-Mientras la tripulación que gobierna este barco asturiano, con una fuga en alta mar, se dedique a mantener una lucha constante entre ellos, sin preocuparse de evitar que el agua lo hunda y de lo que pasa aquí, no puede haber triunfadores ni en la música ni en nada. Los jóvenes y cualificados profesionales se tienen que ir de Asturias si quieren ganar salarios dignos y triunfar. No iban a ser los músicos, que nunca nadie ha querido que vivan con holgura económica de su creatividad, una excepción a la regla en esta sociedad tan mediocre que nos rodea.

-Como miembro de la SGAE, ¿no cree que cada vez se están poniendo más trabas a la democratización de la música?

-Soy miembro de pleno derecho de la SGAE y a mí no me llegan ni las migajas de lo que se reparten en la pirámide que el astuto de Teddy Bautista ha sabido crear para que se lucren los escogidos.

(Entrevista publicada en La Nueva España, 20/01/2011)

domingo, 23 de enero de 2011

TRISTONA TARDE DE DOMINGO

Las tardes de domingo son algunas veces tristonas, no sé muy bien por qué: la de hoy lo ha sido. No he encontrado ninguna causa para salir. Creo que echo de menos a Obladi: él era una de las razones de mis largos paseos. Supongo que tendré que acostumbrarme a su ausencia. No obstante, no me quejo de soledad: es buscada. Hace tiempo que he renunciado a los domingos en compañía. No he renunciado a los cafés con los amigos cualquier otro día, al vinito al salir del trabajo antes de regresar a casa, a esas pequeñas cosas que nos convierten en un ser sociable. Pero las tardes de domingo son cosa distinta. Salvo las del verano, con alguna salida acompañada al campo o la playa, siempre me resistí a hipotecar la que precede al primer día de trabajo de la semana. Por costumbre, es tiempo dedicado a la lectura, a la música, a brujear por Internet. Pero con el mismo final: mi paseo con Obladi, más o menos a la hora que esto escribo. Lo siento por vosotros, que al leer estáis supliendo a ese cuatro patas que fue mi compañía durante 14 años. Tranquilos, espero no torturados otros tantos. No creo que tenga tal aguante. Y, por supuesto, vosotros menos. Reconozco que soy un personaje raro, un poco extraño y, fundamentalmente, a contracorriente. Entiendo, y fundamentalmente respeto, a esos matrimonios que deciden aburrirse juntos. Y envidio, eso si sanamente, a aquellos que se hacen compañía. Detesto a los que pasan la tarde discutiendo. Conozco de los tres casos. Pero como uno no puede elegir sin el temor a equivocarse, pues así ando yo, en soledad. Ahora ya ni mascota tengo. Menudo porvenir el mío...

jueves, 20 de enero de 2011

LA MESA DE PLANCHAR


Es una tontería, ya sé, lo que voy a contar no merece la pena. Pese a todo lo haré, porque con los años voy comprobando que mi vida se compone casi exclusivamente de pequeñas cosas sin importancia. Y me temo que la de los demás, por mucho que se empecinen en lo contrario, también. La historia nace alrededor de una mesa de planchar y cuando sucedía –o cuando traía a mi mente estos recuerdos de antaño- no pensaba en contarlo, consciente de que esas cosas no interesan a nadie. Pero son las siete de la tarde, la jornada laboral concluye y, censurada por un amigo que me quiere bien y me llamó vaga por no hacer más entradas en el blog, decidí escribir. Llevo minuto y medio frente al ordenador y no debo de estar inspirada porque no se me ocurre nada de enjundia. Así que hablaré de mi mesa de planchar. Voy a tratar de explicarme, el tema es tan…ni sé cómo llamarlo, ¿de Maruja tal vez? Voy. Quienes me seguís –qué poco tenéis que hacer, por otra parte- sabéis que me he cambiado de casa y, por ello, algunas de mis costumbres se han modificado. Tengo una habitación que he decidido dedicar a la plancha. Todo un lujo para los tiempos que corren, pero qué queréis que os diga, me hacía ilusión: desde mi infancia nunca más tuve la oportunidad de destinar un cuarto para la plancha. Hago un inciso, para decir que me imagino la cara de los pocos –tal vez ninguno- señores que me estén leyendo, mejor que se retiren, seguro que me quitarán puntos. Pues bien, acostumbrada e ese artilugio –similar al fe la foto- estrecho y alargado en el que ni entra una sábana ni uno tiene manera de hacer la raya a unos pantalones –y por tanto, usuaria habitual de tintorería- coloqué en la estancia mencionada una mesa como Dios manda con su correspondiente muletón -¿se llama así?- y muy ufana –y contenta- me puse a planchar. Pero, ¡ay!, fatalidad: ni con mesa grande ni sin ella, a los pantalones no hay manera de hacerles una sola raya, y qué decir de esa sábana que lleva unas gomas en las esquinas y resulta imposible doblar en forma. Conclusión: no sé planchar. Así que me quedé bastante compungida, hasta creo que lo del cuarto de la plancha no fue una buena idea. Ahora tiro de esos recuerdos de antaño que os decía al empezar. Ante tanta dificultad me vino a la memoria Julia, la señora que nos crió a mi hermana y a mí. Ella sí que sabía, y reconozco que trató de enseñarnos. Pero nosotras, jóvenes modernas –para la época- y algo rebeldes, nos negábamos a ocuparnos de las cosas de la casa. Y, como por otra parte somos hijas de mujer trabajadora más pendiente de nuestros estudios que de nuestra formación como amas de casa, pues en cosas del hogar estamos poco entrenadas, principalmente yo. Y vuelvo a Julia, ella sí que merece la pena (acaba de cumplir 100 años, cosa que creo ya os dije en otra ocasión), empezó a trabajar a los 8 años (no me equivoqué, la cifra es exacta) y lo hizo en la casa de los nietos de Clarín (el dato también es exacto) y allí –como ella nos decía- las cosas se hacían bien y las señoras era muy señoras. Y después de soltarnos la perorata añadía: para ser señora y mandarlo hay que saber hacerlo. Resultado final: no llegué a convertirme en señora…chica de barrio, como mucho. Le buscaré otra utilidad al cuarto.

VIERNES 21 A LAS 22 HORAS

RECITAL POÉTICO-MUSICAL EN EL CAFÉ GIJÓN
Calle del Marqués de San Esteban, 40
(GIJÓN)

Poetas:

Rebeca Álvarez Casal (Madrid) y Armando Vega (Asturias)

Músico:

Dani García de la Cuesta (Asturias)

Entrada libre

miércoles, 19 de enero de 2011

EL RASTRO DE INVIERNO, artículo de José Marcelino García


DOMINGOS POR EL RASTRO
Cada uno con su vagar, dando el gran rodeo de costumbre, llega al Rastro en la mañana inverniza de domingo. Aquí, en este reducto de humedades y pisadas, a ras del suelo, están los residuos oscuros de todos los inviernos: todo el sobrante hogar de nuestra vida con su polvo, su fracaso y su abandono: libros, sillas, cuadros, tazones, bicicletas con herrumbre, chaquetas que fueron quedando por los respaldos, tiestos con sólo tierra, y la eneas de las terrazas con soles de cerveza vividos bajo los cielos de agosto. Todo aquello de nuestra casa con lo que fuimos cuajando la vida y por donde anduvimos desnudos, llenos de juventud, moviéndonos por entre sus límites de adentro, entre la quietud de sus cuadros, sus colores y manchas; protegiéndonos, en los días de música y llaga, en los trasfondos de su intimidad.
Es sueño la vida. Y va pasando a quedar reducida a una mesilla de noche con aspirinas, a un reducto desde donde vemos ese carretón cargado que se aleja con nuestros abriles marchitos; a un último andar, de periplo en periplo, pulsando las notas del gemido. La lengua, la piel, los párpados, el sexo, están ya en trance de ser cualquier vaguedad, y vienes a buscar al Rastro las cosas de las que te fuiste despegando, las que desmontaste en esa mudanza continua y perdurable que es la vida. Las quieres cuando ya no las necesitas, cuando no te hacen ninguna falta, y las compras, como siempre, a través del grosero trato del dinero. Deben de ser cosas de la personalidad que va siendo desarmada y se acerca a perderse cada domingo por esta laguna, a veces con niebla posada, que nos hace madrugar igual que las gaviotas, a pasear como ancianos de asilo por entre estos pasillos llenos de paralelas humanas y restos de cosas sobrevivientes.
Cada uno tiene su alcohol, y con la edad se va haciendo voyeur de calles, de zanjas, de parques, de Rastros. Un espectador que va siendo (para él) un malentendido, y vuelve a las historias, a los cuentos, a ser coleccionista de plaza mayor. Siempre ha sido así. Por eso, algunos, cruzamos cada domingo este puente sobre el Piles camino del Rastro en busca de nuestras botas de niño, de los pájaros de nuestros mayos, de los vidrios, platos y cucharas de cuando padre y madre; todo este estofado de trastos, en almoneda.


(Publicado en el diario El Comercio de Gijón)

lunes, 17 de enero de 2011

MI NUEVO BARRIO

Pues ya estoy definitivamente asentada en mi nuevo barrio. No dista mucho del anterior, pero no es lo mismo. La casualidad hizo que se concatenasen varios acontecimientos, todos negativos, que a punto estuvieron de generar en mí una aversión hacia la que ella estoy segura será mi última casa. Por edad, ya no me veo yo haciendo otra mudanza. Será, en todo caso, hacia el cielo, que es donde espero ir, el infierno ya lo he padecido –como todo el mundo- en esta tierra. Los primeros días los pasé en la cama rodeada de toda mi vida anterior empaquetada en cajas, bolsas, maletas…, padeciendo tremenda gripe. Ahora dicen que la A, yo creo que pasé por todo el abecedario, no recuerdo haber estado tan…fastidiada -quiero decir- en años. Así que se me metió en la cabeza que entraba con mal pié y hasta llegué a pensar que era la casa la que estaba enferma. Tremenda tontería, ya sé, pero con cerca de 40 de fiebre uno piensa lo peor: delira, más bien. Hoy ya casi recuperada, no me atrevo a afirmar que del todo porque no es cierto, estoy tomándole el pulso a lo dicho: a mi nuevo barrio. He pasado de convivir con gente mayor a hacerlo con parejas jóvenes. Y eso le da a todo un aire muy diferente, es como si todo discurriese mucho más deprisa. Me gustaría convertirme en una desenfadada chica de barrio. ¿Qué es poco serio lo que escribo? Yo soy poco seria. ¡Qué más quisiera que poder transformarme en una chica de barrio! Señal inequívoca de juventud, y de que no habría descubierto aún la cara amarga y dura de la vida. Como eso ya no es posible, trataré de ser una persona más del, repito, barrio. Y en ello estoy. Me gustaría patearlo en todas direcciones, como hacía en el que estaba antes, pero ya no podré de igual manera. La casa no le gustó nada a mi fiel compañero, Obladi, y a los pocos días, decidió mudarse al cielo de las mascotas. Sin él ya no habrá largos paseos, y dudo mucho que me pierda por todas sus esquinas. En todo caso tendré que hacerlo sola, aunque me cueste: que me cuesta salir de casa sin ningún motivo especial. No obstante, ya he hecho mis primeras incursiones por calles que ni tan siquiera conocía, aunque reconozco que me resulta difícil caminar en dirección contraria al lugar en el que siempre viví. Los primeros días acudía a comprar el pan a mi tienda de siempre, pasando por delante de –como mínimo- un par de panaderías, mis pasteles de los domingos tenían que ser de la confitería de toda la vida, y el café ídem. Sin embargo, hace dos o tres días que veo las cosas de diferente forma. Me aventuré a comprar el pan justo enfrente de casa y… ¡sorpresa!, me gustó la familiaridad con la que me trataron; también decidí tomar el café en la cafetería más próxima: me gustó el ambientillo. Y ya me he parado un par de veces con el vendedor de cupón que encuentro al pasar por Begoña en dirección al trabajo. Descubrí que me reconocía por la voz, el próximo día le pregunto cómo se llama, me recuerda a Avelino, el de la Plaza de El Parchís, el amigo que se fue en otoño. Siempre me llamaron poderosamente la atención esas personas que se sitúan en una esquina y –sin ver- son testigos del pulso de la ciudad. Siempre están ahí, en su puesto, se diría que esperándote. Me siento muy próxima a ellas, tal vez porque ven la vida –qué paradoja hablar de ver- de manera distinta. Pues eso, que estoy descubriendo en barrio y, aunque como dice mi amigo, puede que ahí no acudan los bomberos a salvar el loro de la vecina, tiene vida propia. Intentaré descubrirla y, si me es posible, contarla.

sábado, 15 de enero de 2011

SIGUE LA MALA RACHA

¡Caray con el 2011! No gano para sustos y disgustos. Apenas han transcurrido los primeros quince días del año y ya he padecido tres duelos. El día de Reyes se fue mi amiga Ines Hurlé, a los pocos días -que ya sé que no es comparable, pero formaba parte de mi vida- mi mascota Obladi se me muere; y hoy, Jorge, de la farmacia Escalera, la de toda la vida, la del barrio, aquella a la que todos acudíamos con nuestros males, con 47 años se muere de un infarto en menos de cinco minutos. Así que hoy en el barrio andamos todos cabizbajos, no damos crédito a lo sucedido. Quien más y quien menos, pasamos por la farmacia la pasada semana, la gripe hizo estragos en el barrio y era precisamente Jorge quien nos facilitaba los remedios. Era el médico particular de casi todos los vecinos: hombres y mujeres envejecidos que la mayor parte de las veces más que medicinas necesitábamos consejos: que si toma mucha agua, que si haz reposo, que como mucho una aspirina, que... Y así ejercía Jorge ese difícil ministerio de curar más con la palabra que con la medicina. Y ya es difícil cuando a lo que te dedicas es a su comercialización, pero así era Jorge. En mi barrio hoy todos estamos tristes, no logramos entender la razón de esa muerte. Mi madre me decía: es que Dios se lleva a los mejores. Habrá que creerla, pero ya podía apuntar para otro sitio, digo yo. Nosotros ya tenemos cubierto el cupo de las desgracias, pero no se debió de enterar. Que me perdone, pero esta noche antes de dormir, le echaré una buena bronca, por si sirve de algo.

miércoles, 12 de enero de 2011

CITA CON LA POESÍA EL PRÓXIMO VIERNES


Para leer el texto aumentado de tamaño, ticar dos veces encima.

martes, 11 de enero de 2011

HOY SERÁ EL ÚLTIMO DÍA QUE OS HABLE DE OBLADI

Como supongo ya habréis reparado, he eliminado la foto de Obladi del perfil del blog. Y es que Obladi hoy ha decidió irse, me ha dejado sola. Fueron 14 años haciéndonos compañía. Él estaba a las duras y a las maduras, siempre pendiente de mis movimientos, esperando pacientemente a mi lado una caricia, soportando mis malhumores que sabia muy bien interpretar. Si las cosas no iban bien se retiraba a sus cuarteles de invierno -una esquina de la casa- a esperar momentos mejores. Y llegaban, ya lo creo que llegaban, no había pena, por grande que fuera, que su mirada suplicante no consiguiera paliar. Me será difícil olvidar nuestros paseos -sus carreras mas bien-- por la playa en pleno invierno. Las tardes de domingo en el Parque Isabel La Catolica; él olisqueando en la distancia los patos, los pavos, los múltiples olores que estoy segura descubría y que le agitaban por momentos, pero siempre atento a mis órdenes, siempre pegado rozando mi pierna, para sentirme cerca, para que no me olvidase que estaba allí, aunque no se moviese. Y yo pegada a ese libro que estoy segura odiaba porque nunca veía yo el momento de dejarlo. Tantas y tantas excursiones que hicimos en verano, a los pueblos, los desfiladeros, a la montaña, a navegar en Figueras, a...¡Dias de felicidad compartida! También algunos viajes largos, al Sur que adoraba, porque allí se encontraba con mi madre, que por la alegría de verla tal parecía que fuese la suya. Obladi era uno más de nuestra familia. Todo se programaba en función del can. Eramos jóvenes entonces, Pablo apenas un niño. Nada tenía sentido sin nuestra mascota. Poco a poco se fue haciendo viejo, primero se quedó sordo, luego totalmente ciego y ya sólo me reconocía si yo le tocaba, entonces aún era capaz de mover el rabo en agradecimiento a esa caricia. Ahora todo se acabó y si algo puedo asegurar es que no querré nunca más un amigo de cuatro patas -así le llamaba mi madre: el cuatro patas-, porque cuando se van dejan una gran tristeza. Tristeza que sólo pueden entender quien haya tenido la suerte de poner una mascota en su vida. Y ya no hablaré más de Obladi, sólo trataré de intentar olvidar que un día tuve el compañero fiel y leal que se llamaba Obladi.

viernes, 7 de enero de 2011

HOY HE TOMADO CAFÉ CON UN FUMADOR

Si, con un fumador de esos que andan de cabeza por la reciente prohibición de fumar en lugares públicos, fundamentalmente en cafeterías y restaurantes. Se ve que andaba bastante cabreado porque me soltó una larga retahíla sobre la inconveniencia de la medida. Fundamentalmente su argumento se basaba en tres puntos: en primer lugar, consideraba que se vulneraba su derecho como ciudadano a fumar, aún con el consiguiente riesgo para su salud -que afirmó, le pertenecía y, por ello, tenía derecho a morirse por tabaquismo, sin que nadie pudiera quitarle esa libertad-; en segundo, me dijo que en nuestro país existía una tradición cultural del ocio unido al cigarrillo, que lógicamente desaparecería, con el correspondiente detrimento para la conservación de nuestras ancestrales costumbres; y, finalmente, concluyó afirmando que muchas cafeterías se verían obligadas a cerrar sus puertas generando más paro. A todo lo anterior añadió que le parecía estábamos entrando en un estado dictatorial de persecución al ciudadano, o algo parecido. No es por supuesto el primer café que tomo con mi amigo fumador. De hecho, sabiendo que era tal -y sin serlo yo- siempre procuré que nuestros cafés fuesen en lugares en los que estuviese permitido fumar. No consideraba que al fumar vulnerase mis derechos, eso sí, a sabiendas de lo poco saludable que es el tabaco para la salud, especialmente para la suya. Disculpo sus argumentos porque estoy segura son fruto de la irreflexión. Contestaré uno por uno lo que pienso al respecto. Al primer argumento: tengo derecho a morirme de lo que quiera: de acuerdo, lo que quieras, pero procura que tu cáncer no cueste dinero a la sanidad pública -la pagamos todos, hasta los que cuidamos nuestra salud-, intenta no ocupar una cama hospitalaria cuando enfermes, porque son escasas y seguro que en alguna parte habrá un no fumador enfermo, que no hizo nada por enfermar y que espera un hueco para poder ser tratado. No pierdas de vista que tú has decidido escoger tu enfermedad y, por tanto, estarás exigiendo un privilegio al que, tal vez, por simple coherencia no tengas derecho. Respecto a lo de la tradición cultural que se perderá..., pues no sé muy bien qué decir. Tal vez habrá que ir pensando en adaptarse a un ocio más saludable. Yo creo que la cuestión del tabaco es exclusivamente un tema de protección de la salud del ciudadano. EL tema del paro...,Pues qué quieres que te diga, las empresas cierran, la construcción de viene abajo, los jóvenes no encuentran trabajo, los autónomos...Poco tiene que ver eso,pienso yo. Más bien creo que si esto sigue así no hará falta ni la famosa ley, porque pocas personas podrán permitirse una cajetilla de tabaco. ¿De verdad
alguien puede pensar que desaparecerán las cafeterías porque no se pueda fumar, o lo harán porque dentro de poco tomar un café será un lujo que no nos podemos permitir. Muchas familias -entre las que por fortuna no estamos...aún- se ven y se desean para salir arriba.
Finalmente, en lo tocante a que nos persiguen como ciudadanos, diría que desgraciadamente casi nunca respondemos a las normas si no
se establecen unas sanciones económicas. El trafico es una muestra de ello: las infracciones -muchas muertes e incapacidades- han disminuido con las nuevas normativas de tráfico. Ahí están las estadísticas. Hace años - bastantes- en las aulas universitarias estaba permitido fumar: recuerdo clases que terminaban en tremenda humareda; también se fumaba en los autobuses, y en los aviones y en los centros de trabajo: no existían prohibiciones. Afortunadamente la cordura se fue imponiendo y los espacios quedaron libres beneficio de todos, fundamentalmente de los fumadores. Y no pasó nada, ninguno se murió por respetar la norma. Podría añadir algunas consideraciones más al respecto, pero creo que si se quiere entender lo dicho es suficiente. Puntualizo que lo único que me molesta del
tabaco es su prejuicio para la salud, para la salud de mis amigos que fuman, que quisiera no tuvieran que enfrentarse nunca a esa terrible
enfermedad que es el cáncer de pulmón. Creo que si en algún momento vivieran el calvario y el final de uno de esos enfermos, opinarían un poco como yo. Es muy duro ver cómo se van seres queridos por el simple hecho de haber sido fumadores. Sé que es difícil dejarlo, pero aún es más difícil de sobrellevar la enfermedad por tabaquismo. Siento, querido amigo, haberte amargado con este texto, pero es que yo te quiero mucho, y me preocupa tu salud.

YA PASÓ TODO, artículo de José Manuel

Nos las prometíamos muy felices hace quince días. Había villancicos y luces fantasmagóricas colgadas por las calles contraviniendo las normas dadas por los de arriba sobre contención del gasto. Ya pasó el día de la salud, después de comprobar que la lotería se quedó por otras latitudes. Y el correo nos traía, a diario, tarjetas de felicitación de quienes al menos se recuerdan de nosotros una vez al año. Los trajes y las joyas de la última fiesta del año han vuelto al armario y ahora toca ir a probar suerte en las rebajas. Nos hicimos a nosotros mismos alguna promesa de cambiar, para mejor si es posible, con el nuevo año.
​Pero la realidad es que ya pasó todo. Nos abrazaron, nos besaron, nos han deseado mares de felicidad, nos vendieron desde los escaparates lo mejor de cuanto había en las tiendas y nos invitaron a gastar lo que no teníamos porque la tarjeta bancaria puede con todo hasta que la cuesta de enero se ponga al rojo vivo en nuestra cuenta.
​No sé si ha sido una impresión muy personal, quizá sí porque los ánimos tampoco estaban para muchos cohetes, pero éstas que acaban ahora mismo han sido unas Navidades en las que, a poco que se observara, se ha notado que el personal se ha movido con cierta tristeza, con mucha precaución en lo económico y con bastante pesimismo derivado de la situación económica presente y sin un horizonte claro de futuro.
​Si, ya pasó todo y ahora nos damos cuenta de que somos los mismos, ni más ni menos felices que antes, ni mejores ni peores en nuestras actitudes, hasta llueve durante todo el día de Reyes y cuando dentro de un par de días los electricistas desmonten las telas de araña de la iluminación navideña será cuando de verdad la ciudad quedará ya más triste, pero no más que antes de que un concierto de intereses comerciales llamasen a arrebato invitándonos a consumir y a comprar muchas cosas que no necesitábamos. En todo caso yo me quedo con los pequeños detalles navideños, esa voz amiga que te llama para tomar un café mientras hablamos, esa carta que no esperabas, ese mensaje de alguien querido que te dice “estoy aquí” y sobre todo las sonrisas de los niños en esta mañana de Reyes que, aunque sea bajo la lluvia, configuran un mundo de inocencia tan limpio que nos llega al alma y que a los maduros nos retrotrae al siglo pasado.

PREGÓN DE REYES, artículo de José Marcelino Garcia, publicado en el diario El Comercio

Todos los años, o casi todos, por este tiempo (tal día como hoy), me entran ganas de ser Rey Mago de esta ciudad plana y fría, de piedra y cristal, a veces con nieve, llena de oficinas y dormitorios, forjadora de horizontes de Chillida, de hornos pantaloneros con melodía de metal, y de calles comerciales por donde suenan músicas navideñas. Me entran ganas, digo, de ponerme los postizos y ser un Melchor como un almendro blanco, florecido por la ilusión de los niños. Y llegar por la mar con mis gestos lentos y solemnes trayendo de los desvanes de las islas y de las playas más remotas todos los sueños que fueron entretejiendo los levísimos pechos de los niños, todavía sin pasado. Pechos escuetos, delgados como un arpa, desde donde el niño, cuando me vea, me llame levantando su mano enguantada de colores.
En un barco de luz, cambiado yo de ropa, arribar a los muelles de enero y salir a la ciudad (sobrante de oro y plata mi cofre del tesoro), y pasar por entre los absortos ojos de los niños con mi estandarte rojo parecido a una llama alegre de aire y vida. Ir, entre el humo de las antorchas, hacia el reloj de la Torre del Reloj y hacerle sonar un carillón con música de bosque claro. Un bosque con manzanas, trenes, abrigos para la lluvia y el frío, barcos con estrella, telegramas buenos, pijamas de rayas, pianos y ventanas con vistas al campo. Y mis manos repartiendo sorpresas y regalos que no defrauden a nadie.
Despeinado de Melchor, palidísimo, envuelto en mí, dar juguetes a los niños por su buena escritura torcida de palotes, por ser tan amigos de la risa, dibujantes de casitas, soles, nubes y caminos adornados con colores mironianos, y por ser ángeles galácticos que juegan con consolas y auriculares. Ah, y también muchos juguetes por no haberlo comido todo, como hacen los mayores.
En este mes enorme, en el que el pelo cae más, los huesos duelen, las dioptrías aumentan y el sueño es una batalla. En este mes, digo, de campo triste en el que Gijón se va ir pareciendo poco a poco a una vieja ciudad, le digo, le suplico, le encarezco una vez más a mi amigo Andrés, que me deje ser Rey por una noche. Tengo larguísimas piernas para lucir bien el manto, y, desde luego, pondré luz en mi sonrisa. A cambio, yo le traeré también a él una bici con timbre, dinamo, lucecita y cambio Catalina. Por fa, Andrés., colegui, quiero ser Rey Mago antes de palmar.

jueves, 6 de enero de 2011

YA ESTÁ A LA VENTA. "ALGUNOS MICRORRELATOS, DE JOSÉ LUIS CAMPAL

La editorial lisboeta Apenas Livros acaba de sacar a la venta la plaqueta ALGUNOS MICRORRELATOS, en la que se reúnen 15 minicuentos escritos en el transcurso de los dos últimos años.

EL LIBRO SE PUEDE ADQUIRIR EN LA LIBRERÍA PARADISO DE GIJÓN (C\ LA MERCED, 28)

SIGUE LA MALA RACHA: HOY FALLECIÓ MI AMIGA INÉS HURLÉ

Espero que no haya comenzado el nuevo año para todos tan mal como para mÍ. Amén de no lograr superar la gripe -cosa, por otra parte de poca importancia a la vista de los acontecimientos- me llama mi compañero Jorge para decirme que falleció mi amiga Inés. Nos vimos hace apenas quince días y, pese a su mermada salud, estaba tan animosa como siempre y, desde luego, no podía suponer que no la volvería a ver. Mi primer recuerdo fue para su nieto Nicolas al que ella adoraba, y viceversa. Él era tema de conversación en casi todos nuestros encuentros, sus progresos escolares, sus salidas con la abuela, sus pequeñas complicidades... Y es que Inés era especial, más que nieto y abuela parecían dos amigos. No ha sido un buen regalo de Reyes para Nicolás, probablemente el seis de enero ya no sea para él nunca más lo mismo. Hay abuelas, y hablo por propia experiencia, que marcan nuestras vidas porque son fantastica: Inés lo era. Quisiera hablar de ella, pero tengo la palabra atenazada por el dolor y no puedo hacerlo como desearía. De todas formas, quienes la conocísteis sabéis muy bien que no necesitaba presentación, su personalidad arrolladora y vitalista hablaba por ella. Se ha ido mi amiga, la incondicional, aquella que no fallaba nunca, la que compartió conmigo la infancia de Pablo. Muchas fotos, -en el parque, en la playa... -lo atestiguan y perdurarán a modo del recuerdo de tiempos más felices. La echaré de menos.

miércoles, 5 de enero de 2011

LA NOCHE MÁGICA DE LOS SUEÑOS... DE LOS NIÑOS

Nada es hoy más mágico que la mirada de un niño. Nosotros seremos los receptores de los auténticos regalos de la noche de Reyes. Regalos que nos llegan en envoltorios espontáneos hechos con risas nerviosas, con gritos, con cuerpecitos infantiles en contínuo movimiento, con miradas de admiración y extrañeza. Para todos será una noche de sueños. De alguna manera, en cualquier momento todos echaremos una mirada de soslayo al pasado. Aflorarán con toda seguridad recuerdos de antaño, de aquél tiempo feliz de nuestra infancia. Teníamos muy poco, pero de eso nos damos cuenta ahora; entonces no nos lo parecía. Una muñeca o un balón eran regalos suficientes para colmar con creces nuestros deseos. Cuando pienso en ello, y comparo con los regalos que reciben ahora nuestros niños, no puedo evitar un pequeño escalofrío. Porque sé que las cosas que más se valoran, que más se disfrutan son aquellas con las que uno sueña durante mucho tiempo y que no se consiguen con demasiada facilidad. Por eso cuando escucho las retahílas de juegos que los niños piden a los Reyes, y observo que sus padres no tienen inconveniente en satisfacer, me pregunto si lo haremos bien. Si en nuestro afán porque no les falte de nada no estaremos aniquilando la ilusión de tener algo valioso, a cambio de tener mucho que por abundante los pequeños pueden no saber valorar. Es complicado, porque la sociedad consumista en la que estamos inmersos lo gobierna todo, ni tan siquiera somos libres para elegir aquello que queremos ofrecer a nuestros hijos. La muñeca tiene que ser de tal marca y el balón de fútbol de reglamento y..., y no menciono juguetes de actualidad porque no conozco ni sus nombres. Pero seguro que se me entiende de qué estoy hablando. Yo creo que para parecernos a aquellos Reyes Magos del oro, el incienso y la mirra -que esos sí sabían de regalos- tendríamos que estar un poco más atentos a la formación de esos enanos -antes hijos, ahora ya nietos- para enseñarles el valor de las cosas, para que desde muy chiquitos sepan que uno no es más feliz por tener muchas cosas, sino por apreciar las que se tienen. En nuestras manos está enseñarles el camino hacia la felicidad, que no está precisamente en las estanterías de unos grandes almacenes. Los pedagogos sostienen que un niño se forma en los primeros seis años de vida, no perdamos esto de vista. Y ahora a disfrutar de la noche mágica de los niños y...por qué no, de los mayores también.

sábado, 1 de enero de 2011

PESE A TODO... FELIZ 2011


Y digo pese a todo, porque no pude empezarlo peor. Creo que con mal pie. Al comenzar las vacaciones concluí la mudanza, esperando iniciar el año en el nuevo piso. Esto sí se cumplió: estoy en mi -espero- definitiva casa. Pero lo que yo no esperaba era enfermar nada más pasar el umbral de la puerta. Llevo 3 días en la cama y bastante fastidiada. Mis proyectos para fin de año y comienzo, se fueron al garete. Queda atrás un 2010 que no puedo decir haya sido nada bueno. Hubo de todo: fallecimientos de familiares queridos allá por el mes de febrero, problemas en el trabajo, promesas de amor eterno que sucumbieron pronto por inciertos, pero que me hicieron daño. No debería de quejarme por ello, a cierta edad hay ciertas cosas que están prohibidas si se tiene la cabeza sobre los hombros, la mía...¡Qué voy a decir! andaba un poco por las nubes.Vamos que no me había privado de nada. Para colmo, el día de la Lotería de Navidad que todo el mundo quiere que le toque yo sólo pedí salud. Y...fue lo primero que perdí. Un año desastroso. Pero bueno, supongo que en algún momento volverá la salud perdida y la cabeza recuperará la cordura, y todo seguirá más o menos igual, pese al cambio de año. Que no es poco. Hay algo que sí ha funcionado: determinados amigos, esos que son incondicionales -como yo lo soy para ellos- y acuden siempre que lanzo un ¡ay! otros, ya sé, se esfuman cuando los necesitas, pero hasta con eso hay que aprender a convivir. Yo estoy en ello; el aprendizaje nunca concluye. Por eso, a todos vosotros que teneis la santa paciencia de leer lo que escribo: FELIZ 2011. Menos mal que de cuando en cuando puedo colgar escritos de quienes escriben bien, no como yo, y dicen cosas interesantes. Creo que por ellos sobrevive este humilde blog que muchas veces pienso cerrar, porque, la verdad, no sé muy bien qué sentido tiene; a no ser, como digo, por esos colaboradores, cuyos escritos recopilo de aquí y de allá, aprovecho para darles las gracias. Y eso es todo, mis condiciones físicas no me permiten ir más allá. FELIZ 2011.