miércoles, 27 de octubre de 2010
OTOÑO POR EL PARQUE, artículo de José Marcelino García
El parque de la Católica Reina, jergón, en este tiempo, de hojas de oro donde cantan el raitán y los pájaros migratorios, con 'freakis' haciendo 'footing' y mendigos de banco y soledad abierta, es el Hyde Park gijonés. Puedes encontrar en él un chino de «todo a cien» haciendo taichí o un antiguo trabajador de la naval, ahora sin 'gomeru'. Puedes encontrar un hombre que se acerca a mirar las papeleras y va sacando de su fondo un plástico con patatitas, un periódico atrasado, un trozo de bocadillo, un pañuelo con un borrón de barro, un botellón de refresco lleno hasta la mitad. Puedes encontrar rumanos hablando con voz dura, troquelada y sonora, y niños y niñas comiendo su meriendas de York, entre carreras y gritos. Hay ardillas de Disney que van y vienen por la anatomía de un árbol, y miran, igual que los perritos de las praderas (si bajan al suelo), el pasar depredador de los bípedos mamuts. Hay mucho Alatriste llevando un perro, mucha ave exótica, pato salido, jaula con canarios, bustos con historia, y hasta una isla alborotada de gaviotas.
Con luna de mapa, desciende sobre el parque la noche farolera y municipal, y salen los pícaros, los espadachines, los tigres, los gatopardos, los palomos buchones, los dolientes y silenciosos, también, a pasear su soledad. Entre las sombras de plata, hay ninfas, giocondos y figuras rarísimas. Y una erótica vegetal (de lince), que, a medida que avanza la noche, se va haciendo más espesa, más callada, más vertical y desnuda. Erótica movible, silenciosa y perfumada, que, en su apogeo, cae en goterones de savia, en poluciones de miel y flores entre la tierra y las raíces.
Y la movida adunada y adolescente que suena por los jardines de este palacio oscuro, por entre este vergel botánico y solitario en noches de viernes y sábados. Humo y Absenta es el fuego de una generación muy joven, con fiebre de música, besos, coca y esnifes subiéndoles, como un turbión de platino iridiado, hacia la cabeza hasta quemarlos.
Llueve en el parque, y yo estoy dentro. Escucho la soledad del agua cayendo sobre este texto de árboles, pájaros, hombres, niños, pasiones y penas. Que nadie toque nada, por favor. (Publicado en el diario EL COMERCIO)
Mi gozo....en un pozo....con todos mis respetos para la nomina de escritores,todos muy buenos,que frecuentan tu blog con sus articulos yo quisiera recuperar "Las mil caras de mi ciudad" o al menos 500....Con todos mis respetos.
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