Desde mi ventana el Mediterráneo me da los buenos días todas las mañanas. La foto no es buena, porque la fotógrafa tampoco lo es,pero sirve para hacerse una idea y compartir la imagen. No obstante, no hay que afiarse de la apariencia que tiene: hasta parece invierno; pero hace un calor que...ni os cuento. Hasta tal extremo, que esa vista tan maravillosa que tengo no dura más allá de las diez de la mañana, momento en el que hay que cerrar las cortinas a cal y canto para poder sobrellevar el sofocante calor. Menos mal que siempre está el aire acondicionado...
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