miércoles, 29 de mayo de 2013

RECITAL EN COLUNGA HOMENAJE A AURORA SÁNCHEZ

Puede que no lo sean, pero la pareja que vemos bien podrían ser José Luis y Aurora

domingo, 26 de mayo de 2013

RAFAEL GONZÁLEZ CRESPO PRESENTARÁ EL MARTES EN EL "CLUB LA NUEVA ESPAÑA" DE OVIEDO SU ÚLTIMO LIBRO

Presentación del libro: CAMBIO HOZ Y MARTILLO POR 4X4 CON LUNAS TINTADAS, de Rafael González Crespo

Presentación: 
Martes, 28 de mayo de 2013, 20:00 horas

Participan:  
Agustín Iglesias Caunedo, alcalde de Oviedo
Marta Magadán, de Septem Ediciones, y Rafael González Crespo, autor. 


Como algunas veces me preguntáis si sé algo de Rafael, pues aquí tenéis la última información de la que dispongo. Que, por otra parte, no me la ha facilitado él, sino que la he leído en el diario que organiza el evento. Porque desde que se fue de Gijón, hace creo que año y medio, no he/hemos sabido nada más de su persona. Está claro que los amigos de Gijón lo hemos sido mientras por motivos laborales vivió en esta ciudad de "las mil caras", pero no hemos dejado mucha huella, creo que ninguna. Nada que ver con el cariño que le tiene al pueblo ruso, del que precisamente  parece que trata el libro.  Así que en lugar de preguntarme a mí, con quien no tiene ningún contacto, podéis acudir a la presentación y saludarle,  si así lo deseáis. Luego podéis contarme vosotros qué fue del "amigo"  Rafael. 

jueves, 23 de mayo de 2013

JOSÉ AVELINO MORO, EL BABLE Y EL PUEBLO DE ASTURIAS


Llevo, si no me equivoco, más de 15 días sin escribir una línea. ¿Razones? Unas cuantas: falta de tiempo –la que más suena a disculpa-, nada que decir –la de más verosimilitud-, un viaje de fin de semana –totalmente cierta-, una cierta vagancia –igualmente cierta-. Para no dejar desasistido el blog que, pese a su humildad tiene seguidores -que han de ser amigos por aquello de la benevolencia con la que me tratan-, he ido publicando artículos anteriores y también me  he servido de lo que otros escriben o fotografían con acierto.
Voy a retomar hoy el contacto con mis lectores -¡Jesús que bien suena, hace que me sienta hasta importante!-, aún sin que me asista ninguna idea o circunstancia de relevancia. Y lo hago más que nada, por ver si engrasando un poco mis neuronas  y soy capaz a escribir cosa que tenga algún interés.
Interés, y mucho, tiene para mí que un grupo de amigos de mi padre estén preparando para hacerle un homenaje. Sé positivamente que si él viviera –ya han pasado 35 años desde su fallecimiento- se negaría rotundamente a que tal cosa sucediese. Pero yo, que siempre fui una hija un poco  rebelde, le llevaré la contraria una vez más y  lo permitiré. Aún reconociendo que me siento muy abrumada e incluso avergonzada de que lo que yo considero mi vida privada vaya a hacerse pública. De él aprendí que las cosas que se hacen, bien por trabajo, bien por devoción, no son extraordinarias, forman parte de la normalidad. Lo anormal es no hacerlas, pudiendo. Moro -mi padre- amaba su trabajo, y tenía muy claro lo que le  interesaba, incluso aunque no estuviese de moda, incluso pese  a las críticas que en el momento padeció. Recuerdo que escribía en bable en prensa (en “El Comercio”), y algunos “sabios” tildaban  ese trabajo de “aldeanismo”. Pero en realidad no hacía más que recoger aquello que se hablaba en la calle, en las aldeas, daba fe de las expresiones del pueblo, del que siempre estuvo cerca. Por encima de los cargos –que nunca tuvo, ni a ellos aspiró- le interesaban las personas, sus problemas, sus vivencias… Y eso fue lo único que hizo: dar testimonio de la vida de los ciudadanos de a pie; que somos, por otra parte, casi todos. Pero no quiso quedarse anclado en su presente, sino que ahondó en un pasado, bastante reciente entonces, pero que la modernidad y el progreso iban soterrando en el olvido. Por eso recorrió las aldeas de Asturias recogiendo utensilios que quedaban en desuso pero que eran nuestra Historia (con mayúscula). Importante son las catedrales, los monumentos, los edificios históricos y tantas cosas de enjundia que constituyen nuestro patrimonio cultural. Pero somos hijos del campo, vivimos de lo que se produce en las aldeas, del trabajo de gentes humildes a las  que no podemos olvidar. De eso se ocupó mi padre. Pero el tema no cotizó nunca en las altas instancias culturales. A Moro eso no le importaba, porque no perseguía nada diferente a rescatar algo que las élites preferían enterrar por, lo dicho, por considerarlo “aldeanismo”. Tuvo la gran suerte de que Luis Adaro, entonces al frente de la Feria Internacional de Muestras, un buen día decidiera dedicar un espacio para que se creara un museo etnográfico, el hoy Muséu del Pueblo de Asturias. Allí depositó muchas, muchísimas, piezas de todo tipo, testigos de nuestro pasado. Lo que pasó después…, prefiero ignorarlo. Únicamente añado que actualmente el museo está fantástico y lamento que se hayan perdido tantas cosas, en manos de sus actuales gestores sería un buen patrimonio. No es mi intención remover el pasado, porque de nada serviría, pero lo que cuento es perfectamente comprobable tirando de hemeroteca. Que, por cierto, ahora no tengo muy claro dónde se puede consultar.
Y ya no sigo, podría hacerlo, los recuerdos que han removido quienes preparan el homenaje se me reconcentran en mi mente y podría estar escribiendo hasta mañana. Tranquilo todo el mundo, no lo haré. Pero a medida que este proyecto siga adelante –y parece que va- os mantendré informados. Aunque no sea más que por liberarme de ese miedo escénico –o como se le quiera llamar- que tengo desde que me lo comunicaron. 

miércoles, 22 de mayo de 2013

"LA FLOR DEL MANZANO", artículo de JOSÉ MARCELINO GARCÍA ("El Comercio", 22/05/12)

A pesar de la invernada que está cayendo, los pezones de los manzanos han estallado en un motín de flores, y los alrededores de la campiña gijonesa se han ido llenado de una nube densa, de una fiesta de pétalos granates, sonrosados, blancos virando al amarillo. Como patriarcas corpulentos, estos árboles tan nuestros quieren despertar la primavera con sus ramas extendidas sobre lo verde, hacer de sus copas una boda blanca bajo un cielo que desciende, día tras día, cargado de agua, de nieve y de granizo. Flor del manzano, espesa, rizada o como pequeñas obleas, que huele a pasado y a frescor, una de las pocas cosas que aún nos quedan del romanticismo asturiano. ¡Cómo se trenza y extiende entre las ramas! ¡Cómo trae, al gris corazón, el recuerdo de la sonrisa blanca de una boca! Esta primavera, que parece un enero de mármol, tiene desconcertadas a las golondrinas volando entre dos aguas, sin que puedan, con sus vuelos, dar serenidad al cielo, ese celeste que desahoga el alma, que anuncia la llegada de un nuevo tiempo de esperanza y nos calma el temor de un oscuro porvenir. Flor del manzano, salud de la continuidad, signo bonancible que nos empuja a caminar hacia delante, a dar un salto más allá, a pasar otro capítulo. Aunque son víctimas de este mal tiempo de lluvias frías, con vientos que destrozan sus pliegues, ¡qué diferencia ver las pomaradas de invierno, todas en un enredo de ramas, sin hojas, sin adornos, y el aire lleno ahora de un reventón de flores perfumadas! Cuando todo esto tiene caligrafía de ir muriendo, cuando hay hombres y mujeres que se ahorcan al ser desahuciados  de sus casas, cuando los líderes políticos y empresariales no generan más que toxicidad y en Europa no funciona apenas nada compartido, los únicos que parecen tener razón son los animales y las plantas. Árboles de azahar asturiano, dais la ilusión de la riqueza que hay en un poco de espacio y en un poco de espacio y en un poco de tiempo, mientras cae la lluvia y la borrasca sobre vosotros y también sobre el asco, la indiferencia y la indignación de las nuevas generaciones de este país granujiento, en el que se barrunta una galerna, que me parece no se podrá ahuyentar tocando la gaita.


DISCURSO DE CARMEN MORIYÓN PRONUNCIADO HACE HOY DOS AÑOS



Te deseo, estimada ALCALDESA, mucha suerte. Sé que eres una gran trabajadora y que posees una mente privilegiada. Tienes todo lo necesario para llevar con dignidad ese baston que con humildad sostienes entre tus manos. Esas manos que con tanta firmeza manejan el bisturí y con mayor delicadeza abrazan a quienes sufren. Dicen que no sabes nada de política, ni falta que te hace, porque conoces como nadie el valor de la vida, de las cosas conseguidas con tenacidad y esfuerzo y sabes muy bien lo que es tener esperanza cuando están agotadas casi todas las fuerzas. Serás una digna alcaldesa, hemos tenido mucha suerte los gijoneses: gracias.


DISCURSO PRONUNCIADO EN LA TOMA DE POSESIÓN

Excelentísimas e ilustrísimas autoridades, compañeros de Corporación, señoras y señores:
El pasado 22 de mayo, los ciudadanos expresaron en las urnas su libre y democrática voluntad. El resultado en Gijón de esas elecciones supuso un cambio histórico en las mayorías de este consistorio después de 32 años de gobierno socialista. En este momento de solemnidad institucional y de gran emoción personal, manifiesto mi gratitud a todos los gijoneses por igual: a los que nos votaron y a los que prefirieron –con toda legitimidad– otras opciones políticas.
Su primera consecuencia, la más inmediata, pero no la única, es mi elección como nueva alcaldesa de Gijón y presidenta de esta Corporación. Soy la segunda mujer de los cuatro regidores que encabezaron este ayuntamiento desde el retorno de la democracia a nuestro país, así que ya tenemos paridad plena entre hombres y mujeres. Desde hoy soy la alcaldesa de todos y al servicio de todos trabajaré. Agradezco al grupo municipal del Partido Popular y a su portavoz, Doña Pilar Fernández Pardo, la generosidad política de otorgarme su confianza sin nada a cambio. Desde hoy estudiaremos formas de colaboración que repercutan positivamente en nuestra ciudad.
Dedico también unas palabras a D. Santiago Martínez Argüelles, portavoz del grupo municipal socialista, y a D. Jorge Espina Díaz, de Izquierda Unida-Los Verdes. A ambos ofrezco mi colaboración y con la lealtad institucional y capacidad de trabajo de ambos cuento para contribuir activamente entre todos a hacer las cosas mejor. Pese a nuestras evidentes discrepancias ideológicas, son miles los ciudadanos que ustedes y sus partidos representan y les aseguro que tendrán siempre abierta la Alcaldía para consensuar iniciativas que beneficien a todos los gijoneses.
Obviamente, debo reconocer el apoyo expreso del grupo municipal del Partido Popular, al que nos unen muchas cosas. Intentamos llegar a un acuerdo de estabilidad que no fue posible rubricar, pero tenemos por delante todo un mandato de cuatro años y estoy segura de que las cosas cambiarán en un futuro próximo.
Hoy es un día de ilusión y de esperanza donde se renuevan las instituciones locales en toda España. Hace más de un tercio de siglo que se inició en nuestro país, tras cuatro largas décadas de dictadura, una Transición democrática en la que los Ayuntamientos vinieron a desempeñar una labor clave en la recuperación de las libertades, en la mejora de las condiciones de vida de los españoles y en la construcción, minuto a minuto, del futuro de nuestros pueblos y ciudades.
En Gijón, un alcalde socialista de grato recuerdo y probada honestidad, José Manuel Palacio, tomó la primera antorcha para dirigir desde esta Casa Consistorial, los destinos de nuestra ciudad. En aquel año de 1979, ocupaban asiento en este mismo salón de Plenos otros 26 concejales que, al igual que su alcalde, dejaron huella. Baste recordar a los portavoces de los grupos municipales para que muchos gijoneses se sientan identificados -con independencia de su ideología o de su voto- con aquellos ediles que, junto con el alcalde Palacio, iniciaron el municipalismo en Gijón. Personas como el también socialista Alfredo Liñero, el comunista Andrés Alvarez Costales o el centrista Agustín José Antuña Alonso, dignificaron el servicio público y marcaron una impronta en la que todos debiamos fijarnos para emprender la labor cotidiana que nos han encomendado los gijoneses tras su cita con las urnas. Testigo y partícipe de aquella ilusión, de aquella emoción y de aquella tarea colectiva fue una de nuestras compañeras en el mandato que hoy iniciamos, Carmen Veiga Porto.
En aquella primera corporación democrática de ediles debutantes (como la mayoría de los que esta tarde ocupamos estos 27 escaños) y un pueblo esperanzado por la llegada de la Democracia, estaba también Francisco Alvarez-Cascos, el que hoy es el líder y presidente de la formación política que me honró aupándome al cartel electoral de Foro Asturias y que, con el apoyo de los 5 concejales del partido popular y de los que formamos mi propio grupo, me ha colmado de responsabilidad y orgullo al concederme el bastón de mando de esta Casa, la Casa de todos los gijoneses. No resultaría prudente excederme en los elogios hacia el que entonces era joven concejal y, a pocos dias de recalar en la Junta General del Principado, ha acabado por acumular una acreditada trayectoria solo reservada a los grandes hombres de estado. Baste decir que yo, que jamás milité en partido político alguno, me afilié a FORO ASTURIAS por ser, precisamente, “el partido de Alvarez-Cascos”.
En lo personal, guardo -solo por unos años- la bata, el bisturí y el talonario de recetas para entregarme, de todo corazón y con todas mis ganas, a la noble tarea de servir a mi pueblo, a nuestra gente. Nada puede haber mas grande para un político que recibir de sus paisanos el encargo de velar desde su Ayuntamiento por los intereses comunes.
Por mi experiencia vital y profesional, acostumbrada a situaciones muy complejas, estoy preparada, junto con mi equipo, para dirigir nuestro Ayuntamiento. Y, esta tarde, me siento privilegiada al contemplar desde este Salón de Plenos a nuestro Gijón del alma, el Gijón que vibró con los goles de Quini o con los éxitos de “nuestros jóvenes atletas del once local”, los de antes y los de ahora. El Gijón que cultiva la tarea de Jovellanos o el recuerdo de otro político mas reciente, Torcuato Fernández Miranda, hombre de confianza de Su Majestad el Rey y personalidad clave en la Transición a la democracia; la ciudad que cantó con el Presi o que se deleita con las esculturas de Rubio Camín o con los cuadros de Piñole; que se sigue riendo con las anécdotas de Turraína, de Garciona o del Manquín, ¿yes empresariu?. El Gijón de mujeres siempre dignas y luchadoras como Rosario Acuña, Corín Tellado, Rosario Trabanco o La Tarabica. La ciudad, la vida y sus vueltas que nos desgranó diariamente Francisco Carantoña desde El Comercio o las divertidas curiosidades y chanzas cogidas al vuelo en sidrerías y chigres que nos relató Dionisio Viña en sus artículos de La Nueva España. Una ciudad siempre agradecida a quienes como el doctor Avelino González tanto hicieron por la infancia en tiempos muy duros.
Acostumbrada a disfrutar en mis paseos del Parque de Isabel la Católica, la Universidad Laboral, la playa de San Lorenzo o Cimavilla produce cierta tendencia a empequeñecerse el ver nuestra ciudad desde esta Casa, pero no me arrugo; con todo, aun es mayor la magnitud del desafío que Gijón, los tiempos y la crisis brutal nos exigen a todos los concejales. No me arredro, ni la Corporación se va a amendrentar: 25.000 desempleados no nos perdonarían que malgastásemos esfuerzos en disputas estériles y debates absurdos. Tenemos que desarrollar un trabajo modélico para que los gijoneses se sientan orgullosos de nosotros.
Todos ustedes saben que mi experiencia política es corta, pero en las actuales circunstancias sociales (con el desempleo azotando sin piedad y con la generación de gijoneses mejor preparados de nuestra historia fuera de Asturias), es una ventaja partir sin el lastre del descrédito en el que está sumida la clase dirigente actual. Asumo con orgullo el encargo de regir los destinos de nuestro Ayuntamiento y con equivalente humildad. Trataré de hacerlo bien y con sentido común, aceptando de antemano las críticas ante los desaciertos. Al fin y al cabo, es una servidumbre de todo representante público.
Considero que la principal cualidad que valoraron muchos de nuestros votantes, definitivamente hartos de unas instituciones anquilosadas y con protagonistas repetidos, es la entrada de aire fresco renovador y regenerador del Ayuntamiento. Foro Asturias lo ha entendido bien al romper la inercia del bipartidismo dominante. Si en 1982 el cambio fue el PSOE, en 2011 el cambio lo encarna Foro Asturias.
Tengo un buen equipo de concejales. Estoy muy bien rodeada y me siento bien arropada. Confío, además, en los funcionarios y en el personal al servicio de nuestro Ayuntamiento. Ellos serán los que apliquen todo su saber, entender y práctica al servicio de los gijoneses. Son ellos, justamente, los que con su trabajo influyen de forma decisiva en el flujo cotidiano de la ciudad y ahí radica el éxito de toda gestión: hacer bien lo cotidiano porque es la suma de muchas cosas bien hechas la que garantiza el bienestar general.

Señoras y señores:

Esta tarde de relevos no puede ser, en modo alguno, una tarde para el olvido. Quiero hacer un paréntesis en mi primera intervención ante el Pleno para señalar que Gijón recordará con gratitud y afecto la entrega de la Alcaldesa saliente a este Ayuntamiento como colofón a una vida dedicada a la tarea pública. Cuando se han vivido intensamente cada uno de los 4.383 días de mandato municipal, restando tiempo a la familia y a los amigos para dárselo a los ciudadanos, lo menos que puede decirse es ¡gracias!
Gijoneses: ¡qué no falte en sus paseos por nuestras calles un saludo hacia la Alcaldesa Paz Fernández Felgueroso y un reconocimiento a su labor pública!
Como señalé anteriormente, el relevo en la Alcaldía ha sido un hecho poco frecuente en estos 32 años de democracia municipal. Asumimos el reto del cambio político, pero no hemos venido a poner patas arriba, de buenas a primeras, nuestro Ayuntamiento. El mejor diagnóstico es aquel que se hace con datos precisos y serenidad para pautar el tratamiento adecuado o indicar la correspondiente terapia. Necesitaremos datos para corregir con precisión los males que aquejan la vida municipal y tiempo para aplicarse en su solución. Sólo las urgencias se tratarán como corresponde y, para comenzar, considero muy urgente recuperar el papel acogedor del Ayuntamiento como primer lugar al que los ciudadanos acuden para resolver sus problemas. Los concejales -al menos los concejales del equipo de gobierno- deberán aplicarse en pisar la calle, dialogar con la gente y escuchar lo que nos dicen.
El poder tiene que ser ejercido sin prepotencia ni favoritismos. Sobre todo, en una sociedad compleja donde los intereses y preocupaciones de los ciudadanos se expresan de muchas maneras. También con la indignación, que resulta más aceptable si respeta la legalidad. Por tanto, a todos compete asumir que las urnas emitieron un mensaje nítido: el “Sí” a un cambio político en el gobierno municipal. Sin mayorías absolutas, pero con una apuesta clara por el mensaje reformista de Foro Asturias. Eso es lo que nos han dicho.
Llego, como decía Machado, ligera de equipaje. Puedo repetirlo: ligera de equipaje. Jamás ambicioné ser la alcaldesa de mi ciudad. Ahora bien, dirigirme a todos ustedes como regidora de Gijón me produce una emoción singular y profunda porque soy una apasionada de nuestra villa, lo que no me impide (más bien al contrario) conocer sus grandes posibilidades de mejora. Con ese objetivo inicio mi labor y ese es mi compromiso: trabajar, trabajar y trabajar: hacerlo a tres turnos para cumplir el mandato de los gijoneses, que quieren un Ayuntamiento cercano, eficaz y con vocación de servicio.
En ningún ámbito se puede comprobar la eficacia transformadora de nuestras decisiones como en los ayuntamientos; pero también en ellos el trabajo es más exigente por la rigurosa vigilancia de los ciudadanos. Así debe ser. La Alcaldía de Gijón tiene además la responsabilidad añadida de ser la más importante de Asturias desde el punto de vista económico y social. La nuestra es una gran ciudad, pero con importantes problemas. El objetivo de nuestro equipo de concejales es revertirlos y transformarlos en oportunidades de crecimiento y modernización, tarea para la que cuento con el apoyo de todos los grupos municipales de este consistorio.
Gijón es una ciudad con más de dos mil años de historia: su pasado nos habla de gentes esforzadas, de emigrantes y obreros, de empresarios y emprendedores, pero también de una historia de esfuerzo, trabajo y desarrollo que entre todos podemos reeditar. Para ello Gijón tiene que despertar de su letargo autocomplaciente y potenciar las iniciativas de los comerciantes y empresarios que luchan hoy con angustia por salir adelante. En ellos queremos centrarnos porque el sector público, siempre necesario, no puede ser por más tiempo el motor de nuestra economía.
Durante los próximos cuatro años mi gobierno va a estar definido por el principio constitucional de autonomía municipal. Eso me obliga a diferenciar con claridad los intereses de la institución que represento de otras motivaciones particulares que pudieran existir. A mí, como alcaldesa, me compete siempre defender los intereses generales de Gijón, los beneficios para mi ciudad, el crecimiento económico de los gijoneses. Ese es mi compromiso.
En todo caso, quiero reafirmar que las políticas sociales van a ser un referente para esta Alcaldía. Una ciudad moderna y solidaria tiene que ser nuestra principal seña de identidad, tal y como asumí en campaña con los representantes de los vecinos y los ciudadanos. Con el gobierno municipal de Foro Asturias ningún barrio se sentirá discriminado, ningún comerciante olvidado, ningún ciudadano marginado. Tampoco las familias, célula esencial de la sociedad, que serán el centro de atención de nuestra acción política.
Como alcaldesa, me comprometo a buscar siempre el consenso y lograr que todos los miembros de esta Corporación compartan los grandes retos que tiene la ciudad. Creo en el diálogo como una herramienta muy útil que voy a utilizar con tenacidad: ahora bien, el diálogo no es un fin en sí mismo, sino que estará siempre enfocado al cumplimiento de los compromisos electorales y atento a la defensa de los intereses generales.
Del mismo modo, tengo la firme convicción de actuar conjuntamente con el gobierno del Principado y con el gobierno de la nación para defender con independencia las necesidades de nuestra ciudad. Sin hipotecas previas, pero con exquisita lealtad institucional, ya que hay problemas complejos que precisan del concurso coordinado y generoso de las tres Administraciones. Por ejemplo, la seguridad ciudadana, la educación, la sanidad o las infraestructuras, donde tenemos asignaturas inexplicablemente inacabadas como el Plan de Vías o el Metrotrén. Ahora bien, jamás pondré excusas competenciales para eludir un problema. Gijón reivindica el reconocimiento de su papel como locomotora de Asturias, pero consciente de sus obligaciones con el resto del país.
Naturalmente que Gijón se ha transformado en el último cuarto de siglo. Tenemos más desarrollo, pero también más déficit, más paro y más fuga de jóvenes en pos de porvenir. En este proceso de transformación, nuestra ciudad ha envejecido por lo que se hace obligado frenar el éxodo juvenil y ofrecer alternativas de futuro.
Hoy existe un choque innegable entre el derecho al ocio y el derecho al descanso. La vivienda es cara y miles de jóvenes no pueden independizarse. Mi deseo como alcaldesa es impulsar todas las iniciativas que favorezcan la cohesión social y la igualdad de oportunidades, sin discriminar a nadie.
La alcaldía hace una apuesta expresa por la potenciación de los Servicios Sociales proporcionando respuestas ágiles, adecuadas y cercanas, sobre todo en momentos tan críticos y convulsos como son los tiempos actuales para las economías personales y familiares. Colaboraremos con las entidades, asociaciones y organizaciones que trabajan a pie de calle para aliviar las situaciones de dificultad sobrevenida.
Estoy segura de que en este mandato veremos el renacimiento del empleo en Gijón. Esa es una mis prioridades y a ella dedicaré todos los esfuerzos, porque la competitividad de la industria tradicional, tiene que conjugarse con la apuesta decidida por la innovación y el conocimiento que albergan los parques tecnológicos. A este factor económico debe contribuir decisivamente una política turística y cultural novedosa, abierta y participativa. Sólo un Gijón con vida cultural de primera categoría merecerá la consideración de “gran ciudad”.
Señoras y señores, tengo el convencimiento de que ésta es la hora de Gijón. No podemos esperar más; no debemos hacerlo. Si superamos las naturales y legítimas diferencias partidarias, si estamos a la altura de nuestros ciudadanos y responsabilidades, si miramos por el bien de nuestra ciudad, pondremos Gijón como referente para atraer empresas y para hacer turismo de calidad.
No vamos a renunciar a nada de lo ya conseguido. En la gestión de una ciudad no debe haber borrón y cuenta nueva, salvo en aquellos aspectos que contribuyan a reducir el gasto público no productivo. Por ello suprimiremos aquellos organismos, entidades y empresas públicas que no descansen en la racionalidad económica, sin que ello tenga merma en la prestación de servicios a los ciudadanos.
Nuestra actuación debe aprovechar la austeridad y la eficiencia en la administración como base para proyectarse con entusiasmo hacia el futuro. Para ello, invito y cuento con la sensatez, diligencia y laboriosidad de todos los ediles aquí presentes. También con su lealtad; no con nuestro grupo, sino con la ciudad de la que somos servidores.
Termino con una referencia obligada a Jovellanos, al que tengo especial devoción por su espíritu liberal y por su amor a nuestro país. Estamos en el bicentenario de su fallecimiento y por eso más que nunca todo asturiano debe saber que Gaspar Melchor de Jovellanos y Ramírez es el símbolo de la libertad, de la cultura, del trabajo, del esfuerzo y de la franqueza, valores que manaban por igual de su fe cristiana y de su razón ilustrada. Por eso hoy quiero invocarle para la magna tarea que nos espera a todos los gijoneses en los próximos cuatro años.
Concluyo con una máxima suya de 1809, cuando estaba ya en la recta final de su vida. Es una de sus últimas reflexiones sobre la democracia, una idea sencilla, pero que me gusta como síntesis de su vida pública y lema para esta legislatura:
“Que gobierne siempre la Ley, nunca el hombre”.
Muchas gracias.

martes, 21 de mayo de 2013

Entrevista a RAFAEL GONZÁLEZ CRESPO publicada en "LA NUEVA ESPAÑA"


«Seguimos en la guerra fría, aunque con las armas del siglo XXI: las fuentes de energía»

«La crisis de Chipre ha sido una operación política y económica muy bien orquestada para poner una base rusa en la isla»

21.04.2013 
«Seguimos en la guerra fría, aunque con las armas del siglo XXI: las fuentes de energía»

Coronel en la reserva, autor de un libro sobre Rusia.
Oviedo, L. Á. VEGA.- El coronel en la reserva Rafael González Crespo (Santander, 1947), ex delegado de Defensa en Asturias y ex director de la residencia militar «Coronel Gallegos» de El Coto (Gijón), acaba de sacar un nuevo libro sobre su gran pasión, la madre Rusia. Bajo el irónico título «Cambio hoz y martillo por 4x4 con lunas tintadas», González Crespo retrata la evolución del pueblo ruso en las últimas dos décadas, del comunismo ortodoxo a un capitalismo no exento de injusticias. «Seguimos en la guerra fría, aunque con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía», señala sobre las relaciones rusas con Occidente. Y augura que el futuro económico está en Eurasia, aunque no sabe muy bien si Rusia se incorporará de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por el gigante del Este, hoy en día más poderoso que nunca.

-Dos chechenos atacan el corazón de EE UU. ¿Un problema ruso que le estalla en la cara a los americanos?

-Me faltan datos aún para opinar. En Chechenia se reunieron islamistas de todo el mundo, mayoritariamente wahabitas, especialmente durante la segunda guerra con Rusia (1999-2002). Parece que la franquicia de Bin Laden actúe en todo el mundo. Todas las cuestiones islamistas están salidas de madre. En Chechenia hay tranquilidad, aunque quizá Rusia se haya descuidado mucho en esa parte, sin hacer grandes inversiones.

-En su libro traza la evolución de los rusos en los últimos años.

-Me recuerdan un poco la España de los años sesenta, en la que el crecimiento era desordenado y se aprovechaban los viajes de conocidos para traer transistores de Andorra o medias de París. Han llegado a esa situación sesenta o setenta años después que el resto, y ahora lo que todo el mundo quiere tener es un iPhone. Todo el mundo quiere mejorar.

-¿Siguen en manos de las mafias?

-Hubo un tiempo en el que parecía que la mafia se confundía con los mecanismos del Estado, pero creo que están en un camino de regeneración. No creo, de todos modos, que hayan estado en manos de la mafia. Ni que la inventasen ellos. Ahí está el ejemplo de los mafiosos de Estados Unidos.

-Pero ahí está la extraña muerte de Berezovsky.

-La gente también se muere en Rusia de muerte natural o, como parece que ha ocurrido en el caso de Berezovsky, se arruina y opta por la salida del suicidio. Estamos demasiado acostumbrados a ver Rusia como un país de leyenda envuelto en un misterio, en el que siempre tiene que haber detrás un malo.

-Póngame un ejemplo gráfico de la evolución de los rusos.

-Los años noventa fueron de verdadera hambruna. Era difícil encontrar comida, no había nada. Las tiendas estaban cerradas, los restaurantes no se sabía lo que eran. Acababan de abrir un McDonald's, y la gente se decía si vendían la vaca entera. Hace unos meses, tras una reunión de negocios muy dura en Moscú, fuimos a un restaurante. Nos dijeron que no se podía entrar si no habíamos reservado antes. Les pregunté si podíamos llamar por teléfono para reservar y saqué el iPhone. «Si tiene usted iPhone, habrá mesa para usted», me dijeron. Lo dicho, como los transistores de Andorra. Lo cierto es que hay un problema de reparto de la riqueza, y la clase media ha desaparecido.

-A veces parece que Rusia sigue alineada contra Occidente.

-La culpa no la tienen ellos en exclusiva. Seguimos en una guerra fría, con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía. Si seguimos acosando a Rusia, tratando de quitarle sus áreas de influencia, continuará creciendo hacia el Este, hacia la India, China, Irán..., y creando un bloque más peligroso en lo económico que lo que lo fue la Unión Soviética. Tiene en marcha una unión aduanera asiática, y el desarrollo de los tratados de Shanghai y de seguridad colectiva, que les está haciendo mucho más poderosos que antes. La riqueza en el futuro se va a generar en lo que se llama Eurasia, con todas sus fuentes de energía. Lo que está por ver es si Rusia se incorpora de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por Rusia.

-Cuando habla de intentar quitarles áreas de influencia, ¿se refiere a Georgia?

-Antes eran muy proamericanos, pero ha habido elecciones y están reanudando las relaciones con Rusia. El Cáucaso siempre ha estado en guerra. Hace falta un poco de justicia social en esa zona, que no les andemos zarandeando hacia un lado u otro.

-¿Y qué le parece la última crisis de Chipre?

-A mí lo que me parece es que ha sido una operación política y económica muy amplia y muy bien orquestada para poner una base militar rusa en Limasol. Luego enviarán ayuda económica a la isla a fondo.


("La Nueva España", 21.04.2013 )

miércoles, 15 de mayo de 2013

"EN EL LABERINTO DE LAS HIPOTECAS", artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ publicado en "LA NUEVA ESPAÑA"



¡Anda Pablito, pasa y entra, que asan carne!
(De novela de pícaros)
   
La escandalera de las hipotecas, ya muy maltrechas, sigue su marcha, a paso y pasito, entre muros laberínticos; unas hipotecas que fueron garantía reina y que hoy son casi basura. Un día, el 13 de febrero de 2013, el Congreso de Diputados -para aplazar el barullo y darse tiempo a decir no, admite a trámite una radical Iniciativa legislativa popular sobre la dación en pago; otro día, sentencia-bomba de 14 de marzo de 2013, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declara “abusivos” artículos del procedimiento de ejecución de hipotecas. Y lo último, el Colegio de Registradores de la Propiedad y la ex Directora General de los Registros y del Notariado (durante gran parte del mandato de Zapatero), andan a la greña sobre supuestas responsabilidades en lo pasado acontecido. 

    Nada de lo ocurrido en la primera década de los años 2000 (“década prodigiosa”, por los prodigios en ella ocurridos, hipotecarios también), se puede entender sin referencias políticas. Si ha sido fenómeno generalizado en esa década (en Europa y America), la llamada oligarquización de la Política o “poder del dinero en pocas manos y mangoneándolo todo”, lo ocurrido en España fue de apoteosis o de Apocalipsis, como lo reveló eso tan indiscreto que fue la explosión de la burbuja inmobiliaria, seguida de la crisis y el rescate bancarios, con el gran escándalo -acaso el mayor en la Historia contemporánea española- de la desaparición de las Cajas de Ahorros.

Quienes mandaron -los del dinero- mandaron y de verdad. No mandaron ni políticos, ni esos de los “órganos reguladores” (¡qué papelón delictivo el del Banco de España!), ni funcionarios, unos genuinos y otros híbridos (notarios o registradores de la propiedad): que todos al servicio del Poder, es decir, el del dinero. En el libro La política de la impotencia de Fitoussi (2005) ya se denunciaban las exageraciones del mercado, que puso en práctica la idea nefasta de que “la protección de la población era un obstáculo a las adaptaciones del mercado”, diabolizándose lo social. Y los políticos, de derechas y de izquierdas, en general, muy en el machito corrupto y a gusto. En ese contexto, hablar de consumidores y de abusos de derechos de los consumidores, era y fue una extravagancia. 

Pongamos un ejemplo para ver claro y no borroso: resulta que el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, insiste en que los notarios y registradores de la propiedad no autorizarán ni inscribirán contratos en los que se pretenda la inclusión de cláusulas declaradas nulas por abusivas e inscritas en el Registro de Condiciones Generales de la Contratación. Curiósamente, apenas días después, la Ley 41/2007, de 7 de diciembre, para, según el Preámbulo, “mejorar y flexibilizar el mercado hipotecario”, modifica el artículo 12 de la Ley Hipotecaria, obligando a que los registradores de la propiedad no califiquen la legalidad de las cláusulas de vencimiento anticipado y las de carácter financiero, copiándolas literalmente de las escrituras de hipoteca. Y decir eso a los registradores, fue una manera de señalar el camino a los notarios, que ya lo conocían, pues unos padecían lo que era poner “pegas” a los bancos y cajas de ahorro, y otros disfrutaban poniéndoles alfombras --para eso tienen bancos y cajas, el “derecho a la libre elección de notario”--.

Seguramente los señores diputados, cuando aprobaron la Ley 41/2007, no conocían el intríngulis de la misma, creyendo a pié juntillas en lo de “flexibilizar el mercado hipotecario”, como si se necesitasen más, muchas más hipotecas, y las que se estaban firmando fueren pocas, y eso, meses después, del estallido clamoroso de las hipotecas sub prime en USA (primavera y verano del 2007). ¡Asombroso! El “asunto” de esa Ley fue de tal atentado contra los consumidores, contra los llamados principios hipotecarios y contra el sentido común, que los patrocinadores de aquello aún hoy tratan de argumentar, en su defensa, con fantasías. Es muy interesante leer lo que el Ministerio de Justicia (época de Zapatero), a través de la Dirección General de los Registros, repetía en tan “prodigiosa década” (Resoluciones declaradas nulas por los tribunales). 

La disparidad denunciada en el apartado anterior, entre lo hipotecario y lo de los consumidores, nos introduce en un asunto crucial. Una constante en el Derecho español es que, por un camino, vaya la legislación hipotecaria, que data del siglo XIX, y que por otro camino, el opuesto, vaya la legislación protectora de los derechos de los consumidores y usuarios, que es novedad de siglo XX, ya avanzado. Incidentalmente señalaré que a los nuevos derechos fundamentales (¿?), los de protección de consumidores, los relacionados con el medio ambiente y los de la salud, tan proclamados en papeles (leyes), les cuesta enormes esfuerzos “levantar la cabeza”: a estas alturas, aún no sabemos qué aire respiramos en nuestras ciudades, ni qué porquerías comemos –la novedad está en los bonitos envoltorios-. 

Exposición de Motivos de la  Ley Hipotecaria de 1861
La historia hipotecaria lo deja todo muy claro: lo que determinó el desarrollo del crédito hipotecario (préstamos con garantía hipotecaria) no fue la existencia de una novedosa ley sobre hipotecas (Ley de 1861), sino la existencia de un procedimiento judicial excepcional, fácil, abreviado y rápido, con el fin de que el acreedor hipotecario, a la mínima, pudiera “hacer efectiva la garantía hipotecaria”, o sea, cobrar y cobrar rápido. Un privilegio, que, si inicialmente lo tuvo el Banco Hipotecario (1872), por la Ley Hipotecaria de 1909 se generalizó (interesantísimos los debates de esta Ley presentada en Cortes en 1893); así hasta hoy (Ley de Enjuiciamiento Civil). Razón tienen los que consideran la hipoteca como un embargo convencional y anticipado. 

Es evidente que el aspecto procesal de la hipoteca fue esencial y lo sigue siendo para la concesión de préstamos hipotecario --el aspecto procesal y ejecutivo de la hipoteca es una de las caras, la fea o dramática (el envés), pues la otra, la de su constitución (haz), es la del momento feliz, el de recibir el dinero prestado y cambiar con ilusión de casa--. Pero, de repente, casi de improviso, en esa facilidad de ejecución hipotecaria, surgen unos nuevos protagonistas, que la lían, los consumidores con sus derechos, inimaginables; a quién se le iba ocurrir que los ejecutados hipotecarios tuvieren derechos fuera del estricto marco hipotecario, si todos los derechos estaban en el otro lado, el de los acreedores. Y en ese gran tiberio estamos, sobre todo después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en Sentencia de 14 de Marzo de este mismo año, declarase que los procedimientos judiciales de ejecución de hipotecas, por abusivos, atentan contra la Directiva 93/13 de la Unión Europea de protección de los consumidores. 

Esa Sentencia va en la línea contraria respecto de la que se basó el sistema hipotecario español, que siempre fue indiferente a la legislación sobre consumidores y usuarios. Lo de esa sentencia es una auténtica bomba atómica en y contra el sistema español de garantías bancarias y crediticias. El Tribunal Constitucional español, en sentencias sobre recursos de amparo, con esa visión, llamada de Estado, reiteró que los procedimientos de ejecución hipotecaria no impedían la tutela judicial efectiva, no entrando en asunto de consumidores (así, desde la primera sentencia, la de 18 de diciembre de 1981. 

Ya tenemos, pues, “hermanados” a los deudores hipotecarios y a los consumidores, muy juntos ahora y muy separados hasta ahora. El problema es que, para que haya hermandad efectiva, las normas procesales han de cambiar y de inmediato –cambiadas las reglas, ya se verá qué pasa con la concesión de hipotecas. Mientras tanto paralización de concesión y ejecuciones judiciales de hipotecas-.Y vuelta a empezar, como en 1872 y en 1909. 

El problema es muy grave y hasta  pudiera poner en el aire la solvencia de bonos y cédulas emitidos por las entidades financieras a millares, garantizadas con hipotecas “fetén”, de rápida ejecución. Seguimos, pues, en el laberinto, como el de Creta, a merced del Minotauro, sin poder escapar ni siquiera y provisionalmente por lo alto o volando, como Ícaro, el de las alas de cera. ¡Es que banqueros y cajeros se creyeron tan listos, tanto, siendo en realidad muy brutos, mucho!

(Fotos cedidas por el autor)


domingo, 12 de mayo de 2013

NO ME GUSTA COMPRAR EN LOS CHINOS



No me gustan los productos fabricados  en Taiwán –o en cualquier  rincón de China-, ni en la India, ni en ningún otro lugar de la tierra donde se fabrique a bajo costo. Donde  las personas sean explotadas durante doce horas diarias para poder comer. Por eso cuando compro una prenda, por mucho que me guste, le doy la vuelta y leo el lugar en el que ha sido fabricada.  Si procede de un país con obreros esclavizados, no la compro.
No me gusta que las tiendas de los chinos estén abiertas a cualquier hora del día, ni los domingos.  Sin que nos demos cuenta están arruinando nuestro comercio, sus precios está claro que no tienen competencia, pero se trata de un comercio que hace ricos a unos pocos, a costa de la miseria de muchos hombres y mujeres que trabajan a destajo en condiciones deplorables.  Y lo peor de todo no es que los productos “made in Taiwán” los vendan sólo las tiendas chinas, sino que es muy fácil encontrarse en El Corte Inglés, o mismamente en Zara –por citar las más conocidas y prestigiosas-, con bolsos, vestidos, pañuelos… en los que la etiqueta nos dice que proceden de la explotación –vamos a decirlo clarito- .  Muchas veces pienso, por supuesto sin más conocimiento de economía que la administración de mis mil euros mensuales, si no podríamos salir mejor adelante potenciando el consumo de nuestros productos, y fabricarlos también en nuestro país. Si, ya sé que saldrían mucho más caros. Pero hay algo que no entiendo muy bien –o más bien nada-, y por eso  me pregunto por qué en los comercios mencionados (El Corte Inglés y Zara) los precios son tan elevados como si los productos hubiesen sido fabricados es España.  Me temo que se están generando enormes fortunas  fabricando en Asia.  Dudo mucho que Amancio Ortega, uno de los hombres más ricos del mundo, lo sería tanto si hubiese seguido fabricando en su  Zara de Galicia. Seguro que no. Pero, a qué precio, con el sudor de quién se ha hecho tan rico.  ¿Es que todo vale? Como dijo el Papa Francisco en una de sus primeras apariciones, “El sudario no tiene bolsillos”.  Y que conste, que soy de las que no van a misa, ni sigue a la Iglesia.  Pero, por fortuna, pienso en  las personas que viven sin derechos y explotadas por los poderosos. No podré hacer nada por ellas, pero  no colaboraré a aumentar su desgracia.

viernes, 10 de mayo de 2013

EN LA VEJEZ TAMBIÉN SE PUEDE SER FELIZ



Las últimas entradas que vengo haciendo al blog son un tanto negativas, probablemente porque estoy contagiada por el ambiente que me rodea, o porque  mi estado de ánimo decae con  los años y con los achaques que llevan implícitos. No quisiera caer en ese negativismo  en el que se enfundan muchas personas mayores, probablemente porque la vejez es fea e incómoda,  eso lo reconozco.
Decía en el comentario que hice hace unos días, que empezaba a comprender el mal humor de mi madre,  la queja casi permanente en la que ha convertido su vida.  Por eso hoy voy a escribir de todo lo contrario, de que  en la vejez también se puede ser feliz. Lo hago porque esta semana –en la que me he sentido muy mayor- he tenido la suerte de conversar con un par de amigos jubilados que disfrutan de una jubilación de júbilo. Y además en pareja –con esposa, quiero decir-, que eso es más complicado.  Mis dos amigos, que pertenecen a familias diferentes,  aseguran que ahora están haciendo todo lo que no pudieron hacer ni  en la juventud ni en la madurez. Ambos ocuparon puestos muy relevantes en su época laboral, han sido ejecutivos de primera línea. De los de verdad, de esos que son los primeros en pisar la empresa y los últimos en abandonarla.  Hombres de éxito. Los dos me comentaban que en plena vorágine laboral apenas se les veía en casa, para dormir y poco más. Sus respectivas mujeres tampoco anduvieron muy a la zaga en lo tocante a trabajo, el cuidado y la educación de los hijos estuvo a su cargo.  Pero hoy, ya jubilados, disfrutan de la vida plenamente y me aseguran que son felices. La pregunta que les hice es, ¿cómo te las arreglas para ser feliz, no te pesan los años? Y la respuesta  a la segunda parte de la misma  fue contundente por parte de ambos: No, no me pesan los años. Para la primera parte tuvieron una cascada de respuestas.  Dicen que son felices porque sienten la satisfacción de haber cumplido con su trabajo, de haber  educado a sus hijos,  y porque ahora están cumpliendo pequeños sueños, que pasan por una vida tranquila, por el disfrute de las pequeñas cosas que antes no podían permitirse. A saber,  algo tan simple como poder desayunar tranquilamente sin prisas con su mujer, leer el periódico detenidamente, salir a comprar el pan, tomar el vermouth con los amigos, acudir a una tertulia, a una conferencia, ir al cine o al teatro en pareja, viajar con la parroquia, el Inserso o cualquier asociación cultural… y así sucesivamente. Todo ello compartido con su pareja. A ellos sí que les funcionó muy bien lo de envejecer juntos. Y yo, que los conozco a los dos, puedo decir que se cumple eso de que detrás de un hombre que triunfa siempre hay  una mujer inteligente. Ellas lo son, porque han sabido apoyar a sus maridos y ahora me consta que se apoyan mutuamente para envejecer.  Esto,  que cuando eres joven te pasa desapercibido, adquiere gran dimensión en la recta final.
"LAS CHICAS DE ORO" 
Por desgracia, estos dos casos son bastante excepcionales –y que conste que conozco alguno más, pero no me extenderé-; lo son porque ahora, que me he vuelto más analítica y observadora, veo demasiados matrimonios  juntos –incluso ella colgada del brazo de “su hombre” como si se le fuese a escapar- que pasan la vida discutiendo, censurándose. No hace mucho hice un viaje de larga distancia en la que conviví durante 10 días con un grupo, compuesto por unos cuantos matrimonios y por lo que yo llamaba “las chicas de oro”, mujeres que viajaban solas –separadas y viudas-.  Daba verdadero dolor contemplar a esos matrimonios que, pese a intentar aparentar que todo iba bien, discutían y se les veía malhumorados, fundamentalmente porque los intereses no eran comunes, no compartían gustos y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder  en favor del otro.  Frases como “por qué tienes que entrar a tomar algo, si ya lo tomaste antes”, que carecen de importancia, pero que actúan sobre voluntades como una espada de Damocles, daban al traste con una tarde en Viena, por ejemplo. Una tarde que ya posiblemente no vuelva a darse en su vida.  
Ahora cabe preguntarse a cuento de qué viene esta entrada en el blog, que muchos tildarán de texto de andar por casa. Lo es. Soy consciente de ello, pero dejo los tratados filosóficos para las mentes “privilegiadas” que puedan escribirlos. Para bien o para mal, la vejez y sus historias son patrimonio de todos, como lo es la  felicidad y la infelicidad. Y una cosa y la otra, se rigen por leyes muy simples, muy sencillas, que no necesitan  grandes tratamientos. Un poco de sentido común, un gran respeto a la libertad – a la propia y a  la ajena-, y un mucho de inteligencia, nos  permitirán vivir una vejez feliz. Estoy convencida que aquellas personas –sean hombre o mujer- que se empeñan en no buscar la felicidad en la recta final, que no tienen inconveniente  en amargar a quienes tienen al lado, no merecen la pena. No importa el grado de parentesco que nos una a ellas, someterse a esa tiranía no demuestra más que nuestra cobardía y no están, como piensan, cumpliendo  con su deber. El ser humano debe de perseguir la felicidad y transmitirla. Nada es más triste que una persona amargada, máxime cuando llega la vejez. Señores/as, si están ustedes a las puertas de la vejez intenten vivirla con felicidad, como hacen los dos amigos que dieron lugar a este comentario.

martes, 7 de mayo de 2013

¡QUÉ SIMPLES PODEMOS LLEGAR A SER!


 Hoy he pasado un día un poco extraño. Desperté con un tremendo dolor de cabeza, al que mientras estaba en la cama no le di más importancia que la molestia que me causaba. Pero al poner el pie en la alfombra llevé un gran susto: no era capaz a mantenerme derecha. La cabeza me daba vueltas, la pared se alejaba cada vez más, tenía visión doble y por un momento sentí que me moría. Como estaba sola tuve miedo. Miedo a no poder moverme, de hecho si lo hacía era consciente de  terminar en el suelo. Y en ese momento me acordé de mi madre, de las veces que me dice que se siente insegura, inestable, y de la importancia que yo le quito a sus quejas. Me dio que pensar. De ahora en adelante la tomaré más en serio, no le repetiré que es cosa nerviosa. Yo no lo estaba, y tenía una enorme borrachera sin haber probado una gota de alcohol. Como pude, haciendo uso de una férrea fuerza de voluntad ante la enfermedad heredada de mi padre, me propuse poner remedio a este estado de debilidad física en el que me encontraba. Poco a poco fui recuperándome, fui venciendo el miedo que me produjo sentir el cuerpo helado y la piel más pálida que creo haber tenido nunca. Pues bien, en medio de ese marasmo de sensaciones extrañas y nuevas, surgieron pensamientos absurdos, simples que, si me lo hubiesen jurado, no podría reconocerlos como propios. Me preocupaba haber dejado la ropa que recogí la noche anterior del tendal encima de la mesa de la cocina, me preocupaba que el plato de la cena estuviese aún en el fregadero, y la mesa del salón revuelta, llena de fotografías antiguas que había estado mirando por la noche. Vamos, todo junto una estupidez para quien, como yo, valora el orden en su justa medida (o lo que es lo mismo: no desordeno para no tener que ordenar). ¡Quién iba a decirme que pudiera estar más preocupada por esas nimiedades que por lo que podía estar pasándome. Me convertí en una auténtica maruja. Lo que tuve/o tengo exactamente no lo sé:  ¿vértigo, cervicales, una gotita de sangre despistada brujuleando por el cerebro? Lo único que sé es que ando camino del médico y que estoy mejor. Esto último es bueno. Pero también sorprendida conmigo misma, riéndome de mis absurdas preocupaciones. ¡Anda que preocuparme por la ropa sin planchar cuando peor me encontraba…! Simple, muy simple. Tanto como contarlo hoy aquí.

lunes, 6 de mayo de 2013

CULTURA DE MERCADILLO


O de saldo,  que viene a ser lo mismo. Restos que intenta atesorar quien un día fue y ya no es nada, ni nadie. Personas ancladas en un tiempo pasado en el que las cuatro reglas, un traje con corbata o un uniforme, una señorona colgada del brazo, la misa los domingos, y unas prácticas morales nunca cuestionadas –que ni siquiera practicaban-, siguen hoy en día en su pedestal, intentando vender su peculiar sentido de la cultura. Y así les/nos luce el pelo. Con una simple mirada alrededor, a poco que funcione el intelecto, uno se da cuenta que no sabe nada, que su ignorancia es supina, que las cuatro cosas mal aprendidas nunca podrán convertirnos en un hombre o mujer culto/a. La cultura es, en mi opinión, el camino que nunca se debe de  abandonar, a sabiendas que jamás se alcanzará  meta alguna. Porque todo cambia -por fortuna-, porque lo que hoy es dogma de fe, mañana  quizá no valga  nada. También puede suceder lo contrario, antes no era nada y hoy lo es todo. El arte, la ciencia, las reglas morales… todo cambia con el tiempo. No podía imaginarse  el hombre culto de la antigüedad que la tierra era redonda: y lo era. Quién iba a decirles a los hombres cultos de principios de siglo –que eran los máximos defensores de estas situaciones- que las mujeres servían para algo más que parir hijos y servir a sus maridos. Y ahí estamos, dando guerra. El mismo Ortega y Gasset (hombre culto sin parangón) cuestionaba la capacidad intelectual del género femenino. Un vistazo a las universidades es la respuesta. Tampoco pasó el corte del tiempo. Ya sé, estoy mezclando churras con merinas. Pero lo hago intencionadamente, porque no entiendo por cultura el simple conocimiento de muchas cosas memorizadas, sino esa capacidad  para adaptarse a los cambios que trae consigo el progreso. Cambios sociales, morales, intelectuales, científicos…, todo forma parte de nuestro bagaje cultural. Cuanto más nos aferremos al pasado, menos estaremos haciendo por nuestra cultura. Quedándonos estancados creyendo que somos sus guardianes, anclándonos en  unas normas las más de las veces obsoletas, nos convierte en  portadores de una cultura de saldo o mercadillo. La que transmitiremos, por desgracia, a nuestros hijos. 

domingo, 5 de mayo de 2013

AURORA GARCÍA RIVAS PUBLICA SU SEGUNDA NOVELA : "LA MADRIGUERA"


De momento nos tenemos que conformar con la portada, pues el libro no estará en la calle hasta junio (os informaré). Pero merece la pena disfrutar del diseño, un auténtico cuadro de Celsa Díaz, reconocida pintora asturiana que ha expuesto en nuestro país y en el extranjero y es, además, columnista de "La Nueva España".


Esta es la segunda novela de Aurora, yo me había equivocado y publiqué que era la primera, pero antes hubo una en gallego: "As razóis d'Anxélica", que yo no leí por aquello del desconocimiento de ese maravilloso idioma.

EN EL DÍA DE LA MADRE

Hoy, DÍA DE LA MADRE, he rescatado del álbum de los recuerdos unas cuantas fotos que me recuerdan de dónde vengo, quiénes fueron mis madres y a quién pertenece  el futuro. Por las fotos se puede ver la evolución de nuestra sociedad, del blanco y negro de mi abuela, de mi madre y de mí misma, al color que ya está presente en la vida de Pablo (1977) y que con tanta felicidad ilumina una nueva vida, la de Inés.

MI MADRE Y MI ABUELA


MI ABUELA, MI MADRE Y YO MISMA

POR SUPUESTO, YO

PABLO , MI HIJO, PONE COLOR A LA VIDA


INÉS, MI NIETA, EL FUTURO

miércoles, 1 de mayo de 2013

DE RICOS Y POBRES

Menuda semana de contrastes. Primero nos arrugan el corazón con las escalofriantes cifras del paro, a renglón seguido informan de una madre que se tira al río con su hijo en brazos intentando suicidarse. Sólo pasan 24 horas y otra mujer se lanza al vacío también abrazada a su hijo. Un padre y una hija de ocho años aparecen apuñalados en su domicilio. El Gobierno anuncia nuevas medidas que nos harán más pobres. La peluquería y la mueblería que hay debajo de mi casa cierran porque no pueden aguantar más.
 Han aumentado los pobres que piden en el paseo de Begoña, y quienes buscan en la basura cuando cierra el supermercado Alimerka.
Cada cinco minutos una familia pierde su casa y se queda en la calle. Una ministra llama terroristas a quienes desesperados molestan a los políticos manifestándose en las proximidades de sus casas, pobrecitos ellos, tienen más derecho que nadie a ser respetados –me refiero la los políticos, claro-, los desahuciados no merecen ningún respeto, no importa que los saquen a empujones de sus casas, con los hijos detrás mirando asustados sin comprender nada… Una amiga me cuenta que tenía depositados en un banco 48.000 euros y que al ir a retirarlo le han dicho que se convirtieron en 18.000 euros, con unos argumentos que ella no entiende, y yo tampoco. Los papeles de Bárcena dice la policía que son auténticos, pero seguro que no le pasará nada, sigue paseando su chulería como si nada. El Rey va al fútbol y Sofía visita a su hija en el palacete de Pedralbes: Urdangarín y Cristina necesitan mucho apoyo, hay que entenderlo. Podría seguir escribiendo mucho más, pero para qué, si todos estamos al hilo de lo que pasa. Pero eso son historias de pobres. De ricos y privilegiados también las hay.

Los príncipes se han desplazado a los Países Bajos para asistir a la entronización de Guillermo de Holanda. Dos días de fastos y lujos. Toda la nobleza  con sus mejores galas. Viéndolo nadie diría que la vieja  Europa está atravesando una de sus mayores crisis después de las que originaron las guerras del siglo XX. 2.400 invitados de 18 casas reinantes del mundo hicieron una digna exhibición de modelos, joyas, sombreros, cenas de gala, desfiles por alfombras reales, y un largo etcétera que nos traslada a la época de los  súbditos y los  vasallos. El pueblo pasa penurias y la nobleza disfruta ante sus ojos, como entonces. Dicen que la princesa Letizia repitió modelo en la cena de gala, el mismo traje que lució en el 60 cumpleaños de Carlos de Inglaterra en 2008. ¡Pues menos mal!, no es más que un vestido buckingham en seda y muselina azul noche, con la espalda descubierta, del diseñador español Felipe Varela. Añaden los medios –que son los que nos ponen al día de las cosas importantes- que completaba su atuendo con un "clutch" (bolso de mano) en cristal negro, también de Varela, su modisto de cabecera. Pero claro, no podía llevar el mismo modelito a la cena, así que decidió un modelito, en esta ocasión de estreno, de encaje negro chantilly con bordados de flores de azabache que combinó con otro “clutch” negro, en cristal, de Felipe Varela y unos zapatos de Magrit y una tiara de flores “vintage”, con incrustaciones de piedras preciosas, eso sí, prestada ya que pertenece a la reina Sofía y según dicen fue un regalo del Generalísimo. ¡Casi nada!

No sé después de lo visto, que sentiré mañana al toparme al ir a trabajar con esa anciana que pide cada día a la puerta del supermercado, o con ese muchacho que lo hace sentado en las escaleras de CAJASTUR, también  con el músico que me alegra la mañana con su acordeón, y  con el vendedor de pañuelos de papel que se empeña cada día en que le compre un nuevo paquete, y…con todas esas personas que malviven de las monedas que nos sobran.